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El contraste define la experiencia. Afuera, cinco metros de largo, 1,7 de alto y 2,2 de ancho. Números sobre los que se mueven más de dos toneladas de peso (2.200 kg sin ocupantes). La capacidad para albergar hasta siete pasajeros y su conflicto constante con lo urbano. Con el espacio reducido. Con el parqueadero de centro comercial. Con el edificio nuevo.
Adentro, el exterior toma sentido. Una promesa que se cumple. Sí, lo que aparentemente es una distancia entre ejes —de tres metros— bien aprovechada. Espacio en cada plaza. Aun en esa tercera fila que agrupa a un par de sus pasajeros. El buen tacto, en la mayoría de las piezas que rodean la cabina. Y, de nuevo, el buen tacto, para la persona al volante, en un pedal derecho, digamos, generoso y por momentos brioso. Uno que no teme entregar la mejor expresión del bloque V6 y de tres litros que reposa bajo el capó.
Cuando las siglas ST se suman al nombre Explorer, la SUV mediana de Ford insinúa lo que los norteamericanos transmiten en sus productos de alto rendimiento. Se transforma. Básicamente, es intervenida y su suspensión, frenos y motor se afinan y configuran para impregnar una mayor dinámica y, por qué no, deportividad a una camioneta tradicionalmente familiar.
Adentro y afuera, ST
Dentro de la cabina, rojo y negro es la propuesta del fabricante. La Ford Explorer ST que llegó recientemente a Colombia, la misma que se expuso en la pasada edición del Salón del Automóvil de Bogotá; juega con ambas tonalidades tanto en el tablero como en las puertas y sillas. Existe, también, un contraste visual dentro del habitáculo.
Resalta el logo ST —con relieve— en el volante. Lo mismo ocurre con el centro multimedia, protagonizado por una pantalla multimedia de 13,2”. Otra, de 12,3”, se ocupa de la información del panel de instrumentos. Para esta opción, Ford incluyó un sistema de audio compuesto por 14 parlantes y firmado por Bang & Olufsen.
Es llamativa la barra de sonido que el fabricante integró al salpicadero, que fácilmente pasa desapercibida. La cabina suma seis puntos USB, uno tipo A y cinco tipo C. Hay un punto de carga inalámbrico y la posibilidad de conectar de forma inalámbrica al centro multimedia los dispositivos que cuenten con Android Auto o CarPlay.
Es un producto cuyo precio supera los $250 millones. Por eso —y por ser el tope de la línea, claro— levas en un volante con calefacción, la posibilidad de abatir la tercera fila de asientos por medio de un botón, así como asientos delanteros eléctricos, que ofrecen masajes, calefacción y refrigeración.
Afuera, un cúmulo de adjetivos. La silueta de la actual generación de Explorer. El logo ST en rojo, instalado en la parte inferior derecha de la parrilla frontal. Rines de 21” rediseñados. Barras de techo negras y, en ese mismo color, los espejos, las manillas de las puertas. Cuatro salidas de escape ubicadas por parejas en cada extremo de la parte trasera, cromadas.
Experiencia ST
La actualización de la Ford Explorer ST conserva las bondades al volante de su generación anterior. En carretera, es evidente el contraste entre dimensiones, peso y motor. Conserva el bloque V6 de tres litros, biturbo, con 400 caballos de potencia y hasta 542 Nm de torque. Es, por el momento, su versión más potente.
El motor se expresa según le permita una, aparentemente bien afinada, caja automática de diez velocidades. Las levas en el volante permiten una mayor libertad de movimiento y el número de marchas le sienta bien en adelantos, descensos, ascensos y, sin duda, aquellos lugares con mayor espacio para transitar.
La suspensión delantera y trasera es independiente y fue ajustada por el equipo de Ford Performance. El resultado es una sujeción superlativa en curvas y, de nuevo, el contraste frente a las dimensiones. Usa frenos de disco ventilados tanto adelante como atrás y suma los modos de manejo Normal, Eco, Deportivo, Remolque-Carga pesada, Resbaladizo y Pista.
En ciudad el ajuste de la suspensión se traduce en una reacción tosca ante desniveles, reductores y otras imperfecciones del camino. Allí mismo brilla la insonorización, una intuitiva interacción entre los ocupantes y el sistema multimedia, esa correcta insonorización que se potenció en la actual generación de Explorer y una llamativa cantidad de portavasos —por lo menos 10— que recuerdan el origen del producto.
Seguridad y precio
Ford dotó a la Explorer ST con su sistema Co-Pilot 360 Assist 2.0, que incluye tecnologías como el sensor de estacionamiento frontal y asistente de intersección con predicción de trayectoria de vehículos, ciclistas, peatones, freno de emergencia y reconocimiento de señales de velocidad.
De igual forma, tiene ocho bolsas de aire, ABS, EBD, frenado poscolisión, asistente de frenado en reversa, asistente de ascenso y descenso de pendientes, monitoreo de punto ciego, frenado de tráfico cruzado, dirección asistida evasiva delantera, control crucero adaptativo y encendido automático de luces, entre otros.
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Ford inyecta adrenalina a su SUV Explorer con la variante ST. Una transformación del producto que no se queda en la estética. Un producto a valorar, sobre todo en la actualidad, gracias a una versión que transforma su base para hacer lo mismo con la experiencia al volante. Una camioneta al día en equipo y seguridad, digna de un bolsillo generoso: en ciudad el consumo promedio de gasolina fue de 26 km/gal. Su precio es de $280’000.000.
