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Tener un carro es sinónimo de comodidad. Sin embargo, en algunas ocasiones este confort se transforma en un dolor de cabeza, especialmente cuando hay una emergencia mecánica y no se sabe qué hacer. Las llantas, el motor, la batería y los frenos son algunos de los elementos que más sufren a medida que va pasando la vida del automóvil.
Para William Muñoz, ingeniero mecánico de la Escuela Colombiana de Carreras Industriales (Ecci) y con más de 20 años de experiencia en este campo, “los problemas mecánicos se producen por falta de una revisión preventiva que se le tiene que hacer cada año al vehículo”. Cuando sucede una emergencia como estas, es fundamental estar preparado. Muñoz compartió algunos consejos para salir bien librado de un incidente en la vía.
Motor
Uno de los imprevistos más alarmantes es cuando empieza a salir humo (vapor) del capó. Esto indica que el motor se recalentó y hay un problema en el sistema de refrigeración, por lo que el agua del tanque empieza a hervir y el testigo en el tablero sube inmediatamente.
Ante esta emergencia, es indispensable apagar el carro y esperar aproximadamente 20 minutos para que la temperatura baje. Al encender el vehículo nuevamente hay que agregar agua al tanque para reemplazar el líquido que se perdió. Este proceso es fundamental para que el motor no sufra malformaciones.
Recuerde que lo mejor es llevar el carro al taller para que verificar qué está fallando.
Frenos
Uno de los signos de que hay problemas con los frenos es que, al pisar el pedal, se escucha un chillido en las llantas. Esto se debe a que las pastillas, fabricadas con asbesto, se van desgastando a medida que pasa el tiempo.
Tener que pisar el pedal hasta el fondo es otra señal de que algo anda mal. Posiblemente las bandas o los discos están fallando.
Ante estas emergencias lo mejor es llevar el carro a un centro especializado.
Lo recomendable es hacer una revisión periódica, dependiendo de las recomendaciones del fabricante.
Batería
Dejar el radio o las luces encendidas cuando el vehículo está estacionado es uno de los descuidos más frecuentes entre los conductores. Este hace que la batería se descargue y el carro no responda cuando se va a encender.
Lo mejor es llamar a un técnico, pero si quiere intentar encenderlo por su propia cuenta deberá empujarlo.
Esta alternativa suele dar resultado, siempre y cuando la batería no esté totalmente descargada. Otra opción es conectar los cables a otra batería para que le de carga.
Llantas
Si el carro está en movimiento y el timón se pone duro de repente y empieza a tirar hacia un lado es porque una llanta puede estar sin aire. Las que tienen tecnología Run Flat o Zero Pressure permitirán que se desplace sin contratiempos hasta el taller o montallantas.
Si se trata de un neumático convencional deberá reemplazarlo por el de repuesto. El gato es la pieza fundamental. Este se debe ponerse a 50 o 60 centímetros de la llanta averiada para luego retirar las tuercas y hacer el cambio. Recuerde que este proceso requiere de bastante fuerza, por lo que en algunos casos es mejor llamar al seguro.
Recomendaciones
Cada 60.000 km hay que reemplazar las llantas, especialmente cuando el labrado se empieza a desgastar. También es recomendable mantener el carro alineado para que los neumáticos estén equilibrados.
Cada 5.000 kilómetros realizar el cambio de aceite del motor. Es indispensable reemplazar el líquido refrigerante, alrededor de los 25.000 kilómetros. La revisión periódica de estos elementos es fundamental para que no se presenten fallas.
Revisar cada 15.000 kilómetros el sistema de frenado. Cuando se haga el reemplazo de las pastillas, la sugerencia es hacer el cambio del líquido de frenos.