Uno de los bienes más preciados de una familia conformada por una bogotana y un sanandresano de origen austriaco, es este Chevrolet 1955 de cuatro puertas, equipado con un motor de 2.400 centímetros cúbicos. Y lo es porque desde 1955 este singular modelo, que se hizo famoso en los Estados Unidos, formó parte de la vida de Francis Jaramillo, que junto con su esposo Herbert se dieron a la tarea de reformarlo y de dejarlo casi como nuevo.
“El carro era de mi tío abuelo. Él lo compró en 1955 y en él realizábamos todos los paseos. Puedo decir que yo crecí al lado de él y que por eso se convirtió en un miembro más de nuestra familia. Mi tío nunca lo quiso vender y siempre nos dijo que él quería que el auto quedara en buenas manos y por eso, después de su muerte, decidimos comprarlo con mi esposo y restaurarlo”.
La tarea no fue fácil. Si bien el auto había sido bien conservado por su propietario (Gilberto Yáñez), había unas partes que habían sufrido el desgaste normal y otras que se habían perdido con el correr de los años. Pero Francis, con la complicidad de su esposo, se dio a la tarea de recuperarlo, como un homenaje a su tío abuelo.
“Lo llevamos a uno de los lugares más importantes en restauración de autos de Bogotá y conseguimos lo que faltaba en Estados Unidos, a través de internet y aprovechábamos cada uno de nuestros viajes para comprar las piezas faltantes. Incluso, mi tío, antes de morir, había comprado un motor y lo tenía guardado en un guacal. Nosotros lo montamos y sólo tiene 170 kilómetros de recorrido”.
Pese al cariño y a que uno de sus hijos, Raymond, quiere el vehículo como herencia, la familia Blomberg-Jaramillo se tuvo que ir a vivir a Barranquilla y su deseo es que el auto quede en las mejores manos. “Es una decisión difícil, pues el auto está en excelentes condiciones, pero no lo podemos llevar con nosotros. Queremos que lo tenga alguien que valore su importancia, que lo cuide y lo mantenga a través del tiempo”, confiesa Francis, quien se volvió una experta en el tema.
“Sé que de este auto se vendieron 16 modelos diferentes de carrocería, entre ellos el cuatro puertas, como el de nosotros. Además, me enteré de que Chevrolet lo sacó al mercado con la firme intención de competirles a los modelos de Ford, Studebaker y Oldsmobile. Tal fue su éxito que se llegaron a producir, en sus diferentes versiones, 773.382 unidades”, afirma con seguridad y con tono de experta la propietaria.
“Todos en mi familia queremos lo mejor para el carro y sabemos que en el país existe mucha gente que sabe apreciar su valor y lo que un carro de estas características significa para la historia de la industria automotriz”.