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La Toyota Fortuner llegó a su segunda generación con un cambio de diseño exterior y con un mayor nivel de equipamiento, pero manteniendo la rudeza y confiabilidad que la convirtieron, tras tres años de comercialización, en uno de los modelos preferidos en el segmento de los deportivos utilitarios (SUV).
Con tres filas de asientos, los cambios más importantes están en su exterior y en especial en la parte delantera, en la que ahora tiene un rediseño en forma de trapecio invertido, tomando prestados elementos del legendario Toyota Land Cruiser 200. La parrilla cuenta con siete rejillas (para mejorar la refrigeración) y en la misma está incorporado el logo. Así mismo, el diseño de la toma de aire inferior genera una imagen más robusta.
Se mejoró su coeficiente aerodinámico (cx de 0.38 frente a 4.0 de la primera serie), gracias a un difusor en la parte inferior del vehículo (para disminuir la turbulencia). Otras novedades: las luces delanteras o farolas son ahora más afiladas y tendidas horizontalmente. En el caso de las versiones diesel, que vienen con turbo e intercooler, la entrada de aire en el capó es ahora más grande. Los rines son de 17 pulgadas, con radios más separados.
Interiormente, los instrumentos tienen un sentido horizontal (antes longitudinal) y con un uso del color más efectivo. La tapicería de los siete asientos también ha cambiado y es bitono (según versión), mientras que el sistema de audio evolucionó y cuenta con lectores de archivos de USB, lectores para iPod desde la consola y una auxiliar para diferentes dispositivos de almacenamiento de música.