No todos los años es posible encontrarse con un evento de lanzamiento de Porsche. Por eso cuando la marca alemana decide organizar uno, la prensa especializada le presta especial atención. Esto se confirmó esta semana, cuando la casa de Stuttgart presentó la tercera generación de la Cayenne, un vehículo que definen como “el deportivo de los SUV” y que hoy por hoy representa el 70 % de las ventas de la marca.
Por tradición, y desde 2002, los alemanes han fabricado una nueva versión de este modelo cada ocho años, con un facelift a la mitad de cada ciclo. Si bien las dos primeras generaciones han sido un éxito rotundo (a la fecha se han vendido más de 760.000 unidades), los puristas de la marca siguen prefiriendo la primera generación sobre la segunda, por razones netamente estéticas. Ahora, esta tercera llega al país con algunos guiños al diseño original.
Esto se hace evidente, sobre todo, en la forma de las luces delanteras, que se suaviza para presentar una cara más amable. Esto no significa que pierda carácter; de hecho, lo gana con la nueva forma de la parrilla de tres secciones, más amplia y angulosa, descripción que también aplica para las barras de luz incrustadas en esta. Así, el aspecto en general es el de un vehículo atlético.
Esto se acentúa en los laterales, donde la atención se la llevan dos líneas: la del techo, ligeramente más inclinada hacia el final con respecto a la segunda generación, con lo que pierde un centímetro de altura; y la intermedia, que conecta el faro delantero con el stop trasero para presentar la sensación de fluidez. Esta hace un recorrido más largo, por los 63 mm adicionales del vehículo, que sin embargo mantiene su distancia entre ejes de 2,89 m.
Para rematar, la parte trasera gana en elegancia con una línea LED que conecta los stops laterales, enmarcando el anagrama de Porsche como un haz de luz rojo. El remate deportivo lo da el spoiler adaptativo, el primero incorporado en un SUV, que cambia su ángulo de apertura según el modo de manejo en el que se desplace el auto (confort, sport o personalizado) o desplegarse a máxima capacidad en situaciones de emergencia para reducir hasta en dos metros la distancia de frenado así se vaya a una velocidad de 250 km/h, solo en la versión turbo.
Estamos hablando, además, del único SUV capaz de llegar de 0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos. Lo anterior se debe, claro, a las diferentes motorizaciones del vehículo: un V6 turbo de tres litros y 340 caballos de potencia (40 más que la versión anterior) para la Cayenne; un V6 twin-turbo de tres litros con capacidad para generar 440 (20 más que su versión anterior) caballos para la Cayenne S y finalmente un V8 twin-turbo de cuatro litros que eroga 550 caballos de potencia (30 más que la anterior) y unos monstruosos 770 N/m de torque.
Para controlar semejante maquinaria, Porsche incluyó varios sistemas, como el de rejillas móviles que regulan la entrada y salida de aire de la parrilla, para mantener el radiador en temperatura de servicio en todo momento. A este se le suman una suspensión neumática con tres cámaras y una barra estabilizadora electrónica con sistema electrónico de compensación del balanceo de la carrocería. Además, al mejor estilo del 911, las llantas traseras son 20 mm más anchas que las delanteras y, al igual que el Panamera, tienen la capacidad de dar dirección hasta en tres grados, todo conectado a una tracción total activa. La cereza del pastel son los nuevos frenos Porsche Surface Coated Brake (PSCB), que llevan una superficie cubierta por una capa de carburo de tungsteno.
El exterior y el desempeño se ven complementados con un interior exquisito. Leales a su vocación en las pistas de carreras, los de Stuttgart mantienen la idea de que “un piloto no tiene tiempo para buscar en un menú lo que necesita, por eso hay un botón para cada cosa”, esta vez con interruptores completamente táctiles acoplados a una consola de última generación. En esta se destaca una pantalla táctil de 12,3” que controla el sistema de infoentretenimiento PCM que, entre otras cosas, cuenta con el muy esperado sistema de navegación tridimensional, que por fin funcionará en el país; es compatible con AppleCar exclusivamente y puede convertir el auto en un punto de Wi-Fi.
Finalmente, y de serie, la nueva Cayenne equipa asistente de frenado con detección de peatones activa, control crucero con Speedlimiter y asistente de parqueo frontal y trasero. Con todo, su precio de arranque es de $350 millones y puede alcanzar hasta los $700 millones en la versión más completa.