Innovación y tecnología se convirtieron en los dos pilares que los fabricantes les están imprimiendo a sus productos. Vehículos más ligeros y pequeños con mejor desempeño, aceleradores y suspensiones electrónicas, frenos con discos de gran tamaño y, para sorpresa de muchos, motores eléctricos que consumen poca energía y son acordes con quienes están buscando ser más amigables con el medio ambiente.
La alemana BMW lidera la oferta con la puesta en el mercado de las K 1600 GT y GTL, que traen motores de seis cilindros en línea compactos, pesa 102,6 kg y su ancho es de apenas 555 mm. La disminución de kilogramos también se siente en el uso de materiales ligeros, pues el soporte delantero es de magnesio y la estructura del soporte superior es de aluminio.
Ofrecen la posibilidad, con tan solo oprimir un botón, de escoger entre las modalidades Road, Rain y Dinamic, cada una de ellas adecuada para desplazarse “cómodamente por carreteras, conducir sobre pistas mojadas u optar por un estilo más dinámico”, detalla la marca.
Y tal vez uno de los avances que más sorprenden es el sistema de mando integrado que por primera vez viene con Multi-Controller, pantalla TFT a color y menú guiado. Sistema audio con preinstalación para navegador, interfaz para iPod y MP3, puerto USB, Bluetooth y radio satelital (únicamente EE.UU. y Canadá en la K 1600 GTL). Para completar, el control dinámico de tracción le permitirá al piloto tener mayor seguridad a la hora de acelerar y su sistema de regulación electrónica de la suspensión ofrecerá un mejor manejo en la distribución de la carga. Una máquina que, sin duda, impacta.
En contraste y para aquellos que lo que buscan es una opción ecológica de transporte, aparecen las Lucky Lion: “Las motos eléctricas funcionan a partir de un motor eléctrico que se encuentra sellado y es libre de mantenimiento. Está ubicado en el interior de la rueda trasera y traspasa directamente el movimiento, lo que aumenta significativamente su eficiencia”, explica Guido Prieto, representante de la marca para Colombia.
El motor es del tipo Brushless, es decir, sin escobillas que producen rozamiento, lo que aumenta su rendimiento, no desprende calor, tampoco genera ruido y no tiene desgaste, por lo que no requieren una sustitución periódica y tampoco requieren mantenimiento.
Y para cargarlas, basta con conectar la batería a una toma de corriente normal (110 V) entre 4 y 8 horas. Una vez se completa, el cargador se desconecta automáticamente. En cuanto a autonomía, alcanza entre 45 y 70 km con baterías de plomo y el único mantenimiento necesario es el de revisar periódicamente el estado de las ruedas y frenos, una rutina tradicional en cualquier medio de transporte.
Las luces de Yamaha
Con esta máquina, la XT1200Z, los faros proyectan dos haces de luz potentes y, en lugar de utilizar un filamento independiente para las luces de carretera y las de cruce, cada proyector dispone de una pieza de color accionada mediante un solenoide que se mueve hacia arriba y abajo para alternarlas. Así, el mismo faro de proyector brinda la luz alta y baja, garantizando una buena iluminación hacia adelante y permitiendo un ensamblaje frontal más compacto para el piloto. En la parte trasera de la moto, se adoptó una luz tipo LED.