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Nuevo BMW X4: elegancia dinámica

La segunda generación de la camioneta deportiva llegó con un rediseño más robusto y moderno. Tres motorizaciones, más potentes que la versión anterior, la convierten en un auto dinámico y emocionante.

esteban dávila náder
02 de febrero de 2019 - 02:44 p. m.
Nuevo BMW X4: elegancia dinámica

La ingeniería alemana es reverenciada mundialmente por su elegancia, funcionalidad, eficiencia y precisión. Un claro ejemplo de esto se ve con los fabricantes de automóviles, y entre ellos con BMW, marca que recientemente estrenó la segunda generación de la SUV deportiva X4, un vehículo a la altura de la reputación germana.

Definido por los bávaros como “un vehículo con capacidades todocamino, de carácter individual y una dinámica de conducción significativamente mejorada”, llega al país en tres motorizaciones a pocos meses de su lanzamiento mundial. Para la prueba de manejo, El Espectador tuvo la oportunidad de tomar la variante xDrive 30i —la intermedia—, equipada con propulsor de cuatro cilindros en línea capaz de desarrollar 252 caballos de potencia y 350 Nm de torque. Gracias a esto puede alcanzar una velocidad de 240 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos.

El motor llega acoplado a una caja automática de ocho velocidades, con modo secuencial y levas en el volante; y a una dirección deportiva variable con Servotronic. Se trata de un trío lleno de versatilidad gracias a tres modos de manejo: Sport (que puede ser standard, sport plus e individual), Confort y Eco (con opciones standard e individual). Este último, además, ofrece control sobre la propulsión por inercia, la climatización y la visibilidad de las luces.

Al probar cada uno, son notables los cambios en la rigidez de la dirección y la sensibilidad del motor. Es como tener tres carros en uno, todos con personalidad propia, pero dinámicos y divertidos en esencia.

Luego de recorrer 130 km con la X4, y solo gastar un cuarto de tanque de gasolina (su capacidad es de 17,2 galones), hay que decir que tanto el desempeño como el consumo son bastante satisfactorios. Un cálculo básico indica que en condiciones normales la autonomía del SUV es de 520 km; no obstante, la cifra puede variar dependiendo del modo de manejo en que se use el auto y de la forma en la que cada persona lo conduzca.

Para que tanta capacidad de desempeño no se salga de control, el auto cuenta con varias asistencias al conductor. Entre estas llaman la atención el control de crucero con función de frenado, el control de distancia en aparcamiento, la función Auto Start/Stop con Autohold y el sensor de lluvia con accionamiento automático de las luces de cruce.

Estos, sin embargo, no son tan llamativos como el asistente automático de parqueo horizontal y perpendicular, que maniobra, acelera, frena y opera los cambios automáticos. El sistema es intuitivo y muy fácil de manejar teniendo en cuenta las dimensiones de la X4.

Para esta segunda generación, la SUV deportiva ganó 81 mm de longitud, 54 mm de distancia entre ejes y 37 mm de ancho, ganando considerablemente en términos de espacio. Además, el exterior se renueva con un diseño frontal más robusto, gracias a las clásicas riñoneras de BMW, ahora más grandes y redondas, mientras que los faros gemelos LED se estilizaron con contornos dinámicos. Así mismo, las luces traseras ahora son tridimensionales, totalmente LED y, aunque mantienen su forma de L, la modernizan ligeramente.

Las branquias laterales, las líneas curvas y la particular silueta alargada, única de los modelos pares de la familia X, se mantienen prácticamente intactos, así como la identidad refinada y el porte deportivo. Otros detalles, como las luces en las manijas de las puertas y el “tapete de bienvenida” —una proyección de líneas de luz, como de competencia, sobre el suelo a ambos lados del auto— le dan un toque moderno.

Esa sensación futurista se acentúa en el interior con las líneas de luz que adornan las cuatro puertas y la guantera, que pueden ser de seis colores. Estas complementan a la perfección el hub de infoentretenimiento, que digitaliza parte del panel de instrumentos y cuenta con una pantalla de 6,5”; la primera se controla desde el volante y la segunda desde un comando de perilla ubicado junto a la palanca de cambios. Curiosamente, y aunque no lo necesita, la X4 no equipa los sistemas Apple CarPlay ni Android Auto, que hoy en día vienen casi que de serie en todos los lanzamientos.

Para completar el interior con elegancia, BMW abandonó los acabados en pasta negra, reemplazándolos en su mayoría por molduras recubiertas en aluminio y texturas suaves al tacto. En el diseño, hecho para cinco pasajeros, con sun roof y climatizador de tres zonas, abundan las formas trapezoidales.

Con dinámica y gallardía, la segunda generación de la X4 es fiel a todo lo que se puede esperar de una casa alemana como BMW. En muchos casos, incluso, supera las expectativas y justifica su precio de $179’990.000.

Por esteban dávila náder

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