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Piloteando una tractomula

Dos hermanos, de 19 y 21 años, estudiantes universitarios, fueron los más jóvenes competidores en el Premio Nacional de Tractomulas 2012. A bordo de dos International, con 18 cambios hacia delante, viajan a 4.000 revoluciones por minuto.

El Espectador
02 de agosto de 2012 - 10:37 a. m.

Un par de sillas Sparco sirven de soporte para que Leonardo y Manuel Gil aseguren sus livianos cuerpos a las máquinas de más de ocho toneladas que pilotean. Cómodamente sentados en dos cabezotes de la marca International, una Pro Star y la otra una Eagle petrolera, cada uno lleva desde el timón el control de un motor de 450 hp, una transmisión manual de 18 velocidades y 10 llantas rodando a toda velocidad. Ellos, vestidos con tenis Lacoste, pantalones desgastados de Diesel y un par de camisetas compradas en una de tantas tiendas del Hard Rock en algún lugar del mundo que han visitado, conforman la nueva generación de camioneros de Colombia.?

De aquellos que dividen su tiempo entre los motores y la universidad, pues Leonardo estudia ingeniería mecánica en la Universidad América, mientras Manuel hace lo propio con administración de empresas en El Bosque. Hijos de familia transportadora, compitieron contra otros 118 habilidosos pilotos que se reunieron en el Autódromo de Tocancipá para celebrar el día de la Virgen del Carmen y, paralelamente, el Gran Premio Nacional de Tractomulas en sus 25 años.?

Y aunque sus tiempos fueron más atractivos el año pasado —“mi hermano fue el mejor novato en la gran clasificación del sábado y quedó de 6”, cuenta Leonardo—, en esta edición del certamen las dos tractomulas les dieron para superar a sus directos contrincantes y ranquearse, en una reñida prueba, de 21 y 60 entre los 120. Manuel, por una falla en la prueba del sábado, no pasó. “A pesar de que lo hice más rápido que mi compañero de grilla, el tiempo no me alcanzó y quedé por fuera”, detalla.?

Los dos jóvenes pilotos se iniciaron a los 14 y 16 años, edad en la que empezaron a conducir, con pasión, las tractomulas de su padre, pues desde infantes han tenido contacto directo con los carros. Viven en Duitama, Boyacá, pero ahora que estudian en la universidad, están radicados en Bogotá. Además agregan: “Corremos en el TC 2000 juntos, un Honda Civic. Las empresas Cargando S.en C.S e Industrias Viancha nos patrocinan. Lo hacemos en Tocancipá cada mes. Hemos tenidos varios Top 10 y Top 5, y el mejor puesto que hemos ocupado es el segundo. Estamos aprendiendo y vamos en constantes peleas por el campeonato porque siempre estamos en la punta”. ?

Entre sus objetivos, donde claramente aparecen los negocios que marchan sobre cuatro ruedas, está abrir una empresa que les permita, junto a la que tienen sus padres, conformar un grupo empresarial con el que hagan más sólido el transporte de carga seca, surtiendo servicios para los sectores petroleros y cementeros. Y saben que tienen las herramientas para conseguirlo. Leonardo vivió un año en Oxford y Manuel ha pasado un par de veces por campamentos de verano en Estados Unidos con un objetivo claro: aprender inglés y poder sortear, como lo hicieron en la pasada Mid American Trucking Show, la feria de camiones más grande de Estados Unidos, algunos de los negocios en materia de compra de tractomulas con uno de los fabricantes más grandes del mundo: International. ?

Cerca del pódium, al que dicen apostarle para protagonizar su próxima fotografía en el siguiente Premio Nacional de Tractomulas, este par de pilotos de peso pesado seguirán mejorando sus técnicas y conociendo aún mejor la pista de Tocancipá, la misma en la que los peraltes les jugaron una mala pasada y con un desgaste profundo en sus llantas no les dejaron llegar a beber la tan anhelada champaña de la victoria automotriz. ?

Por El Espectador

 

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