El brasileño Carlos Araújo, un ingeniero industrial que lleva 23 años de su vida dedicados a Bridgestone, es el encargado de dirigir los hilos de esta compañía de llantas en el país o, en otros términos, de ponerla a “rodar” con el objetivo de llevarla a los primeros lugares en la industria colombiana.
Tiene un año y cuatro meses en Colombia y, como muchos extranjeros que llegan al país, su concepto inicial cambió radicalmente, al punto de que no tiene problemas para afirmar que “Bogotá, hoy en día, es la ciudad en la que me siento más tranquilo”.
Conocedor como ninguno del tema, Araújo habló sobre una industria que crece a la par del sector automotor y que día a día se hace más exigente y competitiva.
¿Cómo es la operación de Bridgestone en el país?
Desde finales de octubre de 2010, Bridgestone comenzó una operación independiente en Colombia, pues antes dependía de Venezuela. Es la operación más joven que tenemos en el mundo y hemos visto un gran potencial, pues es el cuarto mercado de la región y nosotros tenemos una participación pequeña, por eso nos propusimos crear un plan de crecimiento. Nos preguntamos, ¿si somos el número uno en el mundo, por qué no en Colombia? Tenemos en la actualidad 48 tiendas con letrero y 80 puntos de venta (multimarca). Queremos crecer en 20 puntos de venta y trabajar fuertemente en el segmento de los camiones.
¿Qué piensan hacer para alcanzar ese liderazgo?
Eso no es a corto plazo. Lo que queremos primero es ser reconocidos como los número uno en calidad, servicio y productos. Estamos en el proceso de transformar la empresa, con desarrollos internos. El primer gran paso fue establecernos en Colombia. Para ser número uno podríamos estar pensando en 2015, pero, como dije anteriormente, buscamos ser la mejor opción, no sólo para el cliente sino para los distribuidores.
¿Cómo ve el potencial del mercado colombiano?
Colombia es un país de oportunidades y hay muchas cosas por hacer. Estamos construyendo nuestras bases y columnas como empresa, y queremos demostrarle al mercado todo lo que es Bridgestone, que llegamos para quedarnos. Este es un mercado muy competitivo, en el que existen cerca de 150 marcas, de las cuales cinco son las más grandes. Tenemos una participación del 6% y para ser líderes tendríamos que pensar en un 18 o 20%. Teniendo en cuenta eso, sé que nos vamos a tardar. Eso sí, somos muy reconocidos en el segmento alto, con una participación que supera el 15%.
¿Cree que la gente ya tiene conciencia de la importancia de una llanta?
Ha empezado a cambiar el proceso, pero siempre digo que no conozco a nadie que se despierte por la mañana diciendo: “Hoy voy a comprar cuatro llantas”. Pese a que es el producto más importante en el carro, la gente no se pone a mirar si es bonita o fea, y a veces se deja llevar por el precio. En ese sentido, hay un desconocimiento del mercado. Por tal motivo tenemos que hacer muchas actividades y campañas de seguridad vial y del aspecto ecológico, tan importante en estos tiempos.
Debemos recalcar temas como la presión del aire en las llantas, algo vital, pues si todos hiciéramos lo adecuado en ese sentido, podríamos estar hablando de un ahorro del 15 al 20% de combustible en el mundo. Además vale la pena hacer énfasis en que un producto prémium cuesta más, pero es más eficiente y seguro.
¿Qué van a hacer en este aspecto?
Pienso que hay que hacer de la experiencia de compra algo distinto. Por eso debemos trabajar de la mano de los puntos de venta y con los distribuidores. El cliente debe recibir gran servicio y atención, y además contar con la asesoría del vendedor para conocer las bondades del producto y el uso adecuado del mismo.
Usted habló de manejo ecológico. ¿Cómo es el aporte de esta industria en ese sentido?
Es un tema que ya se ha venido trabajando. Se trata de las llamadas “llantas verdes”, que no tiene nada que ver con el color, sino con su desempeño: contribuyen a disminuir el consumo de combustible.
¿Pero qué pasa después del uso de las llantas, que evidentemente son elementos contaminantes?
El problema es cómo se utilizan después de su uso. El proceso de reciclaje es caro y al reutilizarlas la calidad es más baja, pero se pueden utilizar en parte y en Colombia ya hay una ley en este sentido, cuyo objetivo es poder reciclar el 20% del producto y crecer cada año un 5% hasta llegar al 65%. Ya empezamos a trabajar con el Comité de Llantas de la Andi. Existe un mercado y eso es lo importante. Están los centros de acopio o cementeras, y las llantas también se podrían reutilizar como barreras en las vías, como sucede en muchos países.
¿Cómo definiría la palabra Bridgestone?
Partiría de la filosofía de su fundador, en la que se destaca que hay que servir a la sociedad con calidad superior. Eso es lo que hace la gran diferencia.
¿Y llanta?
Es el componente más importante del auto, pues sin llantas el automóvil no se mueve de su lugar, así que es el producto más esencial, aunque también el más sufrido y desconocido, pero aún así es el que logra superar muchos obstáculos.