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• Mire el estado de todas las luces de la unidad, y si fuera necesario sustituya la luz que no funcione. Intente llevar siempre a la mano una caja de repuesto de bombillos. Más vale prevenir que lamentar.
• Tenga en cuenta la altura de las luces, porque si el alumbrado es demasiado alto, encandilará a todos los carros que vengan de frente en la carretera y se perderá distancia de visión efectiva, al igual que si es demasiado bajo.
• Sea cauto en la revisión de los neumáticos. Es importante que no sufran de mucho desgaste, ya que se perdería adherencia e incluso podría reventarse alguno durante la marcha. Además, mire que la presión de los neumáticos esté conforme especifica la marca para ese modelo.
• El funcionamiento de los limpiaparabrisas es clave y que sus gomas de barrido estén en buen estado.
• No deje pasar la revisión de los niveles de los líquidos del camión y, por supuesto, asegúrese de que estén en buen estado. Si no lo están, vaya a un concesionario y cámbielos.
• Compruebe que el motor esté bien de temperatura, de esta forma evitará que se recaliente.
• Revise los frenos de la unidad para tener la tranquilidad y seguridad de que el sistema no tiene anomalías aparentes y funciona correctamente. Para ello es muy importante acudir a un concesionario autorizado.
• Es vital comprobar el estado de todas las correas del motor, ya sean de servicios o de la distribución, ya que si algunas de ellas está en mal estado o rota, puede provocar una parada no premeditada del camión.