El que para muchos fue el reemplazo del Renault 4, el que no tenía seguidores medios sino que apasionaba o disgustaba, el que en los albores de los 90 apenas rodaba en viajes de prueba, el que fue para muchos su primer carro. Ese, el emblemático Renault Twingo, que por 17 años registró jugosas ganancias a la industria automotriz, dejó de acelerar y ya no va más en el mercado colombiano. Sofasa, su ensambladora, terminó su línea de producción y anunció que con casi 100.000 unidades vendidas, el último de su clase fue armado en la planta de Envigado, Antioquia.
“Cumplió su ciclo”, dijeron al interior de la organización que hoy, junto con Chevrolet, se mantienen en los dos principales lugares de fabricantes de carros en el país. En sus anales, el más pequeño de la familia Renault-Sofasa logró poner en las calles colombianas 18 distintas versiones y junto con alianzas comerciales que se firmaron con otras marcas, mantuvo vivas nueve series especiales que buscaron avivar a nichos especiales de consumidores, entre ellos los más jóvenes de la población. Allí aparecieron los Renault Twingo Oui, Fidji, Sportif, Blue, Totto, SoHo, Twingo Ü, XBox 360 y Tattoo.
De su diseño se dijo mucho. Aparecieron aquellos que lo criticaban porque, a simple vista, era poco aerodinámico, demasiado rectangular, cubierto con colores no tan atractivos y, mecánicamente, a pesar de la fortaleza de su motor, venía con una dirección demasiado fuerte y nada ‘hidráulica’. Pero sus seguidores también se encargaron, con razones de fondo, de visibilizar las bondades: compacto, con amplio espacio interior, un buen desempeño en conjunto y con un consumo tan bajo de combustible que se convirtió en la primera opción de segundo carro para aquellos que necesitaban un vehículo de más para solucionar el pico y placa.
Y quizás, de esos detalles que pocos conocieron, está el de su tablero, que fue diseñado por Fisher Price. Con un gran toque de practicidad, lograron poner indicadores digitales para el medidor del combustible y el velocímetro en un espacio proporcionalmente adecuado e innovador que rompió todos los esquemas que hasta el momento lograron ofrecer los vehículos de ese segmento y precio. Fue uno de esos golpes tecnológicos que hicieron del Twingo un carro de otra especie.
Pero quienes tienen este ‘ícono’ en sus manos, de acuerdo con Sofasa, no tendrán que preocuparse por el mercado de repuestos. “Debemos seguir contando con ellos porque por ley tenemos que responder en los años siguientes a la terminación de la fabricación y el ensamble”, contaron fuentes de la compañía.
Así, el que fuera durante varios años uno de los más vendidos en las clasificaciones de vehículos en Colombia, sale para darle paso al nuevo Clio Campus, que no vendrá tan equipado como su antecesor de línea, de acuerdo con analistas del mercado, pero sí promete llenar el vacío que deja este pequeño carro que después de 17 años dejó una huella tamaño familiar.