A pesar de que muchas ensambladoras ofrecen amplias garantías y no es común que un auto nuevo se averíe, no está de más que realice las revisiones mecánicas que le sugiere el fabricante en el manual de uso de su carro al llegar a determinado kilometraje o cuando éste haya cumplido un año, de este modo evitará futuros daños y todos los sistemas del automotor tendrán un mejor funcionamiento.
Cada marca e incluso entre los modelos las condiciones de verificación de funcionamiento varían; asimismo, el momento de llevar a cabo los controles depende más del tipo de empleo que se le dé al carro que de un criterio general. “No hay una regla de oro para saber cuándo hay que mandar a chequear el auto, algunos tienen la costumbre de hacerlo cada 10.000 kilómetros y en el caso de las camionetas, cada 20.000. Pero en realidad la revisión depende más de las condiciones de uso del automotor: no es lo mismo un vehículo que se utiliza en el campo a uno que no sale de la ciudad”, asegura un ingeniero de Mazda.
Aunque haya diferencias entre marcas, los ingenieros de Chevrolet aconsejan que los siguientes sistemas, partes y procedimientos tengan un control permanente:
Embrague: encargado de mantener la potencia y fuerza del carro. Se desgasta debido al uso normal, por tanto, cuando tenga dificultad para arrancar, para realizar los cambios o cuando llegue a un recorrido de 80.000 kilómetros, mande a revisar este sistema, de lo contrario se puede afectar la caja de cambios o el motor.
Sincronización: se debe realizar cada 30.000 kilómetros, cuando note pérdida de potencia o salga mucho humo por el tubo de escape, ya que si deja pasar bastante tiempo, puede generar una mala combustión, lo cual acorta la vida del motor y genera mayores niveles de contaminación.
Frenos: las pastillas delanteras y traseras se deben inspeccionar cada 10.000 kilómetros. Si no hace el cambio a tiempo, puede afectar la seguridad de los ocupantes u ocasionar ruido y menor nivel de efectividad al accionar el freno.
Aceite: es necesario sustituirlo cada 5.000 kilómetros para proteger las partes móviles del motor y asegurarle una mayor vida. Si no se genera un cambio oportuno, puede causar fricción entre metales y dañar las partes vitales del motor.
Por otro lado, Renault aconseja hacer cada 10.000 kilómetros unas operaciones de mantenimiento complementarias, las cuales son claves para la duración y buen estado de algunas piezas. Estos procedimientos son alineación, balanceo y rotación de llantas, cambio de correas y filtro de gasolina, del líquido de frenos, bujías y refrigerante; test de batería, limpieza y recarga del aire acondicionado, del filtro del habitáculo y de las plumillas.
Asimismo, cuando decida llevar a cabo una revisión preventiva a su carro, preferiblemente llévelo a un taller especializado en la marca, pues los ingenieros conocen a profundidad el funcionamiento de los vehículos, por esta razón podrán detectar más rápido las fallas y usarán repuestos originales con los que el automóvil trabajará mejor.