EN AUTOS
Lo que busca el mantenimiento preventivo es conservar el estado del automóvil. Y no necesariamente hay que ser o pasar de experto para entender que toda máquina requiere cuidado y mantenimiento. Por eso, con la idea de formar mejores conductores y en especial si se va a viajar en esta época de fin de año, estas son algunas recomendaciones del gerente de mercadeo posventa de Chevrolet, Diego Ocaña, antes de que tome el volante.
¿Qué se revisa?
Los diferentes componentes del carro: aspectos mecánicos de piezas metálicas asociadas al motor, y el mismo motor, por construcción, tiene piezas que utilizan lubricantes que cuentan con una vida útil. Esto quiere decir que cada cierto tiempo se debe reemplazar. “Todo este proceso se hace buscando que las condiciones tanto de lubricación como de refrigeración sean apropiadas y con eso aseguramos la larga vida del motor”, afirma Ocaña. A lo anterior se suma el reemplazo de los filtros: combustible, filtro de aire y el de centro de ventilación. Por ejemplo, si no se hace el cambio de aceite y se espera hasta los 10.000, 20.000 o 30.000 kilómetros va a perder propiedades en algún momento y el motor perdería el sellado que tiene, y la capacidad de lubricación podría desgastarse y fundirse.
¿Cuánto toma realizarlo?
La revisión de rutina podría tomar cerca de treinta minutos sin ninguna actividad adicional. Supongamos que requiere un reemplazo de pastillas de freno, que es de los más comunes: podría tomar una hora más de trabajo.
¿Hay otros procedimientos?
Nosotros recomendamos hacer cambio cada 5.000 kilómetros o seis meses, lo que ocurra primero; eso en motores con aceite mineral. En el caso de los motores con aceite sintético es cada 10.000 kilómetros o doce meses, lo que primero suceda. “Las pastillas de freno tienen una alarma auditiva, que es más un chirrido que da la señal de que es momento de reemplazar. Por el lado de los neumáticos, las mismas bandas de rodadura cuentan con unos indicadores de elaborado que dan fe de que hay que reemplazar. Y, por último, en materia de amortiguadores cuando el cliente ya se siente que no está absorbiendo el sistema de suspensión, y los baches y los huecos se sienten muy duro”, concluye Ocaña.
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EN MOTOS
El ingeniero Santiago Arbeláez, director de posventa de AKT Colombia, comenta que “las motos son máquinas compuestas por muchas piezas, que van a durar hasta que una de ellas falle. El mantenimiento preventivo alarga la vida del motor y previene que alguna pieza falle y genere un daño mayor”.
¿Qué se revisa?
Todos los componentes del vehículo: el sistema de seguridad, que incluye un componente primordial: los frenos. Se comprueba la funcionalidad de cada una de las luces y el desempeño de la suspensión, pues de ella depende, en gran medida, la comodidad del usuario. También las llantas, que no deben haber alcanzado su límite de servicio. El siguiente paso incluye la revisión del motor y su componente vital: el aceite. Arbeláez recomienda “revisar cuando fue la última vez que se hizo cambio y que este se encuentre en óptimas condiciones para rodar. También el filtro, sin importar su tecnología, y el carburador”. Por último, señala el ingeniero, revisan el “kit” de arrastre.
¿Cuál es su periodicidad y duración?
El tiempo que debe pasar entre revisión, por lo general, está estipulado por el fabricante, el tipo de moto y la calidad de los materiales con los que cuenta. Las motos con un cilindraje alto pueden requerir revisiones más frecuentes que las que tienen uno bajo. El tiempo que la motocicleta dura en la revisión es proporcional a las necesidades mecánicas que tenga; es decir, a las reparaciones que el profesional en mecánica automotriz haya detectado y realizado.
¿Cómo evitar el desgaste?
“Recomiendo, primero, cambiar el aceite. Segundo, que las llantas tengan la presión indicada, para que rueden mejor y el conductor se sienta cómodo. Es preferible conducir en cambios de fuerza que de velocidad (subir una loma es mejor en primera marcha, a altas revoluciones, que hacerlo en cambios altos y revoluciones bajas, así la moto es más eficiente). Por último, no mantener las mismas revoluciones por un largo periodo de tiempo”, cierra Arbeláez.