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Su diseño, como todos los autos de la familia, mantiene la elegancia, la distinción, los rasgos básicos del sedán y las características que le han servido para ganarse el cariño del selecto grupo de compradores de gama alta.
Con el T se quiso ir mucho más allá, con la concepción de un habitáculo mucho más generoso, pensado para quienes, sin perder la exclusividad, requieren de un amplio espacio interior para guardar sus artículos personales de forma segura.
Y esto se consigue gracias a los asientos traseros abatibles (dividido en proporción 1/3: 2/3), que permiten configurar el espacio de carga de manera flexible y prácticamente plano, con un nivel bajo para mejor facilidad en el momento de cargarlo.
La seguridad y la tecnología siempre serán fundamentales para Mercedes-Benz. Y, en este sentido, el Kompressor T cuenta con el moderno sistema Pro-Safe, patentado por la marca, que abarca desde la detección temprana de peligros hasta la protección pasiva adecuada durante un accidente y la prevención de daños secundarios después del siniestro.
El rendimiento, tanto en ciudad como en carretera, también es fundamental y por ello cuenta con un motor de 1.8 litros, el cual desarrolla 184 HP y una aceleración de 1 a 100 km/h en tan sólo nueve segundos, con una velocidad máxima de 225 km/h.
En materia de audio, algo que se ha vuelto importante en los últimos años, cuenta con un radio con CD, que le da al conductor la posibilidad de escuchar CD en MP3 o conectar el I-Pod. El radio cuenta con una pantalla en color de cinco pulgadas y se deja manejar completamente a través del volante multifuncional. Integrada en todo los vehículos de la Clase C viene una interfaz de Bluetooth que permite utilizar la función manos libres con casi todos los teléfonos móviles con este sistema.