El pasado miércoles, el museo de la Universidad de La Salle fue el escenario del primero de varios conversatorios previos a la Cumbre Mundial de Desarrollo Sustentable de la ONU, Río+20. El objetivo era discutir acerca del futuro del planeta y de las acciones que se pueden implementar para garantizar su bienestar y el de todos los habitantes.
El tema de conversación fue la energía. Paolo Lugari Castrillón, director de la fundación Centro Experimental Las Gaviotas, presentó un panorama mundial sobre la problemática del uso de la energía y las soluciones posibles para obtenerla de diferentes fuentes sostenibles, que la hagan mucho más accesible y disminuyan su impacto sobre el medio ambiente.
En el marco de esta conversación, en la que también participaron Edder Alexánder Velandia, director del Centro de Investigación en Desarrollo Sustentable y Cambio Climático de La Salle, y Antonio Bernal, director del programa de Ingeniería Eléctrica de la universidad, se le otorgó un papel protagónico al carro eléctrico, que sorprendió a los asistentes.
Aunque en Colombia solamente hay dos ejemplares de este vehículo —desarrollado durante la última década por Mitsubishi—, la empresa Endesa, propietaria de uno de ellos, se ha propuesto liderar la investigación e implementación de este tipo de carros en el país como estrategia para reducir emisiones, mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas, aumentar la eficiencia energética del transporte, reducir el uso de combustibles fósiles y elevar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.
No será una tarea fácil, pero ya se ha visto el impacto positivo que el carro eléctrico puede tener para el medio ambiente —la potencia del motor es de 47 kW, el rendimiento energético de 0,12 kW/km, y tiene opción de recarga rápida que permite a la batería acumular el 80% de la capacidad de energía en treinta minutos—, sobre todo en naciones como Japón, donde se utiliza como medio de transporte particular y como taxi.