Pese a que la marca Mazda goza de buena salud en el país, como lo expresó Fabio Sánchez, presidente de la Compañía Colombiana Automotriz (CCA), preocupa el problema con Ecuador y Venezuela.
El directivo de la CCA afirma que “el impacto negativo se está sintiendo desde enero, cuando se cerró el mercado ecuatoriano y cuando se terminaron de entregar las cuotas a las ensambladoras, las cuales no han sido liberadas”.
Además, existe inconformismo porque mientras los autos colombianos están congelados, los ecuatorianos siguen teniendo las ventajas del Pacto Andino.
“Si bien el Gobierno ha sido receptivo, la problemática es grande, porque no hay equidad. El impacto es negativo, mucho más para el mercado de autopartes, pues por cada puesto de trabajo que se pierde en una planta, se pierden cuatro en la cadena de autopartes y servicio. No es fácil ser optimistas, pero guardamos la esperanza de que la situación mejore”, dijo Fabio Sánchez.