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Un viaje por las nubes

Este vehículo, ideal para la ciudad y con un bajo consumo de combustible, es la combinación perfecta entre poder, confort y suavidad.

Mariana Suárez Rueda
27 de enero de 2012 - 10:34 p. m.

La primera sensación al montarse en un Mercedes Benz E 220 CDI es la del agradable olor a piel de sus asientos. Luego, llama la atención una pantalla en la consola que muestra sus diferentes funciones, como las alertas, el sistema satelital de posicionamiento global (GPS) y el radio.

Se trata de un carro equipado con todo lo necesario, pero que además viene con ciertos lujos que hacen placentera la experiencia de conducirlo o viajar como copiloto. Por ejemplo, el manejo de la temperatura por zonas, pues cada pasajero puede adecuarla a sus necesidades y gustos. También el piloto antiniebla y el adaptive brake con función hold que ayuda al arranque en pendientes.

Aunque no es un modelo diseñado para más de cinco pasajeros, en caso de tener que transportar a varias personas en un trayecto corto es posible acomodarlas sin que queden incómodas, gracias a que su habitáculo es bastante amplio. Sin embargo, mas allá de sus bondades de diseño, lo más interesante de este vehículo es manejarlo.

El Mercedes Benz E 220 CDI no tiene el motor de mayor cilindraje que ofrece la marca alemana, pero sus 2.143 centímetros cúbicos, junto con el sistema de doble turbo, lo hacen un carro de grandes prestaciones, dentro de las cuales se destacan su fuerza, frenado y capacidad de moverse. En tan sólo ocho segundos acelera de 0 a 100 kilómetros.

Otro aspecto muy favorable es que la caja de cambios automática prácticamente no se siente. Es muy suave y esto evita que el conductor se canse en trayectos muy largos.

Los carros con motor diésel tienen un sonido particular que no resulta muy agradable para los entusiastas amantes de la conducción, pero en el caso de este Mercedes Benz, una persona que no sepa que tiene motor diésel difícilmente puede notar la diferencia.

A lo anterior se suma el bajo consumo de combustible. Por ejemplo, de Bogotá a la laguna de Tota, ubicada a tres horas y media de la capital, cerca de 286 km, ida y regreso, gasta menos de medio tanque, algo así como $50.000 de diésel.

Además de todas estas bondades están los sensores de parqueo. Una tecnología que ha logrado un importante desarrollo y que Mercedes Benz ha implementado extraordinariamente en este modelo, pues, a pesar de sus voluminosas dimensiones, estacionar se convierte en una tarea sencilla gracias a que los espejos y señales de alerta ayudan a evitar obstáculos que a veces son imposibles de ver.

Otra característica atractiva es el control de tracción, que, aunque lo tienen muchos carros, en el E 220 CDI es perfecto. A pesar de que se trata de un automóvil pesado y corpulento, se agarra y cruza muy bien en las curvas, no derrapa y tiene un sistema de frenos ABS que permite un control total en caso de cualquier emergencia.

En definitiva, es un modelo que va muy bien para la ciudad y sus trancones, ya que a pesar de lo estresante del tráfico se está cómodamente sentado, con la temperatura deseada, sin necesidad de preocuparse por meter los cambios y con la posibilidad de manejar el radio, el celular o dispositivos con Bluetooth desde el timón.

Cuando está en carretera, en cambio, este carro tiene el comportamiento de un deportivo, porque su motor permite hacer adelantamientos con facilidad y sus frenos y los sistemas de seguridad responder ante cualquier eventualidad de manera efectiva. Pero, sin duda, lo mejor es su combinación entre poder, confort y suavidad y, por supuesto, el respaldo de su fabricante.

Por Mariana Suárez Rueda

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