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Una leyenda que se niega a morir

Aunque el futuro del modelo más emblemático de Land Rover no es claro, Iván Pérez, gerente de la marca en el país, cree que la próxima generación será parecida a los concepto DC100 y DC100 Sport, presentados en Fráncfort hace cinco años.

El Espectador
27 de febrero de 2016 - 05:07 a. m.

Los grandes personajes siempre tienen una salida memorable de sus oficios. Pasa con los futbolistas, los cantantes y hasta con los empresarios. El mundo automotor no podía ser la excepción a la regla. Sus protagonistas, los que han dejado huella en la evolución de esta industria, se prolongan en el tiempo y se convierten en leyendas. Así pasó con la Land Rover Defender. Una todoterreno que durante 68 años ha sido la imagen emblemática de la casa británica y utilizada tanto por campesinos como por reconocidos personajes, como Winston Churchill y la reina Isabel II.

La Defender ha tenido que acomodarse a las legislaciones y necesidades de cada época. Lo hizo en los cincuenta, los ochenta y los noventa. Sus creadores, los hermanos Spencer y Maurice Wilks, la construyeron como un vehículo de uso agrícola. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Reino Unido se encontraba económicamente debilitado, pero con una tremenda capacidad productiva, decidieron hacer rentable con ella la Rover Company. En 1948 se lanzó el modelo definitivo en el Salón de Ámsterdam.

Su nombre provino de un Rover 12 con suspensión modificada que usaba Spencer para recorrer una de sus propiedades en Escocia, al que un empleado apodó Land Rover. Ese primer carro fue construido en la planta británica de Solihull, donde hace menos de un mes se llevó a cabo la despedida de este ejemplar que con los años dejó la agricultura y pasó a ser ambulancia, quitanieve, volqueta, grúa e incluso protagonista de películas.

Dos millones de unidades fue la cifra elegida para detener la producción del modelo icónico de Land Rover. Eso y las exigencias de una nueva era que piensa más en el ambiente. De hecho, cuando Premier Jaguar Land Rover, propiedad de la automotriz india Tata Motors, notificó que cesaría la producción de la Defender, anunció que la decisión se debía principalmente a un problema de legislación, pues las reglas de las emisiones de gases serán más estrictas a partir de 2020 y la “Defender simplemente no podrá cumplir”.

Aunque aún no se sabe cómo será el vehículo que la reemplazará, está claro que la marca busca ampliar su oferta para la ciudad.

Sustituir el modelo más emblemático no es una labor a la ligera. Premier Jaguar Land Rover tiene claro que se tomará todo el tiempo que pueda para respetar la línea de la Defender y acomodarla al siglo XXI. Así lo ratifica Iván Pérez, gerente de la marca en el país, quien cree que “seguramente algo aportarán los carros concepto DC100 y DC100 Sport que Land Rover presentó en el Salón Internacional de Fráncfort en septiembre de 2011”. Modelos que fueron creados en las oficinas de Gaydon bajo la supervisión de Gerry McGovern, diseñador de otros prototipos, como el LRX, y quien se inclina por características como el chasis de largueros, el sistema de tracción integral y la carrocería en aluminio.

Entretanto, Land Rover anunció que abrirá un programa de restauración Heritage que utilizará la cadena de montaje actual de Solihull. Un grupo de expertos, en el que se incluyen algunos de los empleados más veteranos, supervisará la restauración de diferentes vehículos de las series Land Rover, provenientes de todo el mundo. Estas unidades estarán listas y saldrán a la venta en julio de 2016.

Land Rover también está investigando la posibilidad de mantener la producción de la actual Defender en el extranjero. “Sería de bajo volumen para flotas de vehículos seleccionados y aplicaciones especiales para la venta fuera de la Unión Europea”, añadió Pérez.

Despedida memorable

A finales del mes pasado Land Rover decidió hacer una ceremonia memorable, digna de un carro que marcó la historia. Invitó a los 700 empleados actuales y a los que trabajaron en la fabricación de este vehículo en décadas anteriores a la planta de producción de Solihull para crear el último ejemplar. Todos los asistentes, emocionados, presenciaron cómo pieza a pieza se construía la última unidad de la leyenda.

En medio de un viaje en el tiempo, los directivos de Land Rover destacaron las glorias de este gladiador que tuvo que adecuarse a las exigencias del mercado y que les abrió la puerta a los avances del mundo 4x4. Los empleados observaron y condujeron los vehículos más importantes de su historia, incluyendo el primer Serie I, apodado Huey, hasta llegar al actual, que apagó su motor en medio de aplausos y luces.

“Celebramos el trabajo de generaciones de hombres y mujeres desde que el boceto del Land Rover se dibujó en la arena. Y esto no acaba aquí. Tenemos un glorioso pasado y un fantástico futuro por delante”, concluyó Ralf Speth, CEO de Jaguar Land Rover.

Por El Espectador

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