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La Navidad suele asociarse con celebración, familia y felicidad. Sin embargo, para muchas personas diciembre también es una época emocionalmente compleja.
El cierre del año activa balances personales, expectativas no cumplidas y ausencias que se sienten con más fuerza. Lo que socialmente se presenta como un tiempo de gozo puede convertirse, en la práctica, en un momento de sobrecarga emocional.
Para la psicóloga Diana Ducuara, en diciembre, en algunas personas se instala una sensación de felicidad obligatoria que no siempre coincide con la realidad individual.
“Se hacen balances del año y lo que faltó duele, las ausencias se sienten más”, mencionó. Estar en familia, además, no siempre es sinónimo de bienestar: en algunos casos implica momentos complejos, ya que no todos los reencuentros son sanadores.
A esto se suma el estrés emocional y económico propio de la temporada. Por eso, advierte, diciembre merece cierto cuidado.
Un calendario emocional para cerrar el año
Ante este panorama, Diana Ducuara diseñó una estrategia que funciona como un calendario emocional, pensado para acompañar a las personas en su cierre de año. La psicóloga explicó así el origen de la herramienta:
“La estrategia de calendario emocional nace como una herramienta enfocada en la perspectiva de ritual de cierre de año; en consulta se evidencia constantemente que la falta de planeación es un factor de riesgo para la salud mental y aprovechando la temporada la idea es tener un cierre a través de actividades cotidianas que le permitan a las personas pensar en el ahora y proyectar un inicio de año más organizado en términos emocionales”.
La estrategia no reemplaza un proceso terapéutico, pero puede ser un primer paso: un espacio seguro para escucharse, pausar y empezar a poner en palabras lo que a veces cuesta sentir.
Ejercicios prácticos
Entre las propuestas de los primeros días se encuentra el inventario de logros, orientado a reconocer el esfuerzo realizado durante el año. El ejercicio invita a repasar cinco logros, enfocándose más en el proceso que en el resultado, y a nombrar tres sensaciones físicas sin juzgarlas. Este ejercicio puede complementarse coloreando una mandala o dedicando algunos minutos al silencio consciente.
Otra de las estrategias es el adiós a la frustración: escribir una carta dirigida a una frustración o expectativa no cumplida y luego romperla o borrarla simbólicamente, identificando las emociones del proceso. La intención psicológica es dar nombre a lo que ocurrió durante el año. A esto se puede sumar un dibujo, una pintura o la escritura de palabras o símbolos que representen el año vivido, sin castigarse.
El calendario incluye además un anclaje positivo con terapia musical. La propuesta es elegir tres canciones que remitan a momentos de alegría pura del pasado, escucharlas activamente y sentir la emoción en el cuerpo.
La actividad puede acompañarse con dibujar, colorear sin presiones u otra acción que permita liberar lo que se siente, soltar la autoexigencia y hablarse a uno mismo como se le hablaría a alguien que se ama.
Algunas claves emocionales para diciembre
Además del calendario emocional, la psicóloga comparte algunas claves para atravesar diciembre con mayor calma:
- Establece límites: No tienes que decir sí a todo.
- Maneja las expectativas: la Navidad perfecta no existe; abraza la imperfección y enfócate en el significado personal de estas fechas.
- Prioriza la calidad sobre la cantidad de interacciones: dedica tiempo a quienes te nutren.
- Intenta mantener patrones de sueño regulares, una alimentación consciente y algo de actividad física. Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán.
- Date permiso para sentir: busca apoyo en alguien de confianza o espacios de reflexión. Las emociones son parte de la experiencia humana.
- Reflexiona sobre los logros del año: la gratitud es un potente antídoto contra el estrés.
- No olvides asistir a terapia, si lo necesitas.
Entender lo que sentimos
Para Ducuara, una de las claves para atravesar diciembre con mayor calma es poder identificar qué tipo de experiencia emocional se está viviendo, sin meter todo en el mismo saco. No toda tristeza es igual, ni todo malestar significa lo mismo.
“Para poder identificar cuál es la experiencia emocional que estamos viviendo es importante tener claro que el duelo está asociado a las pérdidas significativas, no solo relacionadas a la muerte. También están situaciones, trabajos, versiones de sí mismo. Por otro lado, la nostalgia es una emoción propia de estas temporadas que se asocia al extrañar o recordar; y finalmente el agotamiento emocional como el resultado del no gestionar situaciones y emociones que me llevan a sentir cierto colapso y desgaste”.
Ese reconocimiento también es clave cuando el desafío aparece en los encuentros familiares, uno de los focos de mayor tensión durante estas fechas. Ducuara insiste en que no se trata de forzar la convivencia, sino de leer con honestidad el propio estado emocional y actuar en consecuencia.
“Para estas fechas donde debemos manejar las tensiones familiares es importante tener presentes aspectos como la comunicación asertiva, los límites claros y la consciencia emocional de qué tan dispuesto o preparado estás para lidiar con ciertas situaciones sin entrar en conflicto. Aunque la familia es importante, es sabio saber cuándo quedarse o irse de un espacio”.
El cierre del año, entonces, no tiene por qué convertirse en una actuación. Para la psicóloga, soltar la idea de cumplir expectativas externas puede abrir la puerta a una experiencia más cuidadosa y personal de estas fechas.
“Un consejo importante es que no debes actuar como todos lo esperan, no estás obligado a celebrar si así no lo sientes, pero puedes ver estas fechas como una oportunidad de descanso, desconexión digital, de reconexión familiar y de planeación. Recuerda: la vida es más que una temporada”, aseguró la psicóloga Diana Ducuara.
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