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¿Cómo crear un banco de leche materna en casa?

Así es posible garantizar que el bebé siempre tenga su alimento disponible.

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Redacción Bienestar
14 de diciembre de 2025 - 11:19 p. m.
¿Cómo crear un banco de leche materna en casa?
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Foto: Getty Images
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Ser mamá implica bastantes retos. Entre ellos, la necesidad de salir de casa o regresar al trabajo y seguir pensando en cómo continuar con la lactancia, incluso a distancia. Con algunos cuidados y siguiendo recomendaciones profesionales, es posible organizar un banco de leche en casa y garantizar que el bebé siempre tenga su alimento disponible.

Esta nota se realizó con base en información de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y de la Clínica Alemana. Compartiremos algunas de sus recomendaciones sobre higiene, almacenamiento y conservación para que cualquier mamá pueda organizar su banco de leche de manera práctica.

Veamos cómo hacerlo.


Antes de extraer la leche

Lo más importante es lavarse bien las manos con agua y jabón. Puede parecer obvio, pero ayuda a que la leche no se contamine. Luego de eso, hay que revisar el extractor: que esté limpio, con los tubos libres de humedad y sin restos difíciles de quitar que obstruyan el paso normal de la leche. Si alguna de las partes tiene moho o no se limpia bien, lo más seguro es reemplazarla o no utilizarlo.

Los CDC recomiendan limpiar también las superficies en donde se va a apoyar el extractor y desinfectar también las partes externas del equipo, incluso las que no entran en contacto directo con el seno.

Esto debe hacerse, al menos, una vez al día. El cómo es sencillo: hirviendo los utensilios por cinco minutos y usando un esterilizador de vapor o agua caliente.


¿Qué equipamiento puede usarse para obtener la leche?

Para organizar un banco de leche en casa, puede resultar útil armar una especie de “kit” con todo lo necesario: el extractor, que puede ser manual o eléctrico (o utilizar únicamente los movimientos de la mano para obtener la leche), según lo que resulte más cómodo para la mamá; los recipientes para almacenar la leche, que deben ser de plástico o de vidrio, siempre esterilizados o, en otros casos, las bolsas con medidas impresas que ayudan a llevar un control de la cantidad que se va guardando.

También es recomendable tener a la mano etiquetas para registrar la fecha de extracción y los datos del bebé. Esto último en caso de que la leche deba trasladarse a un lugar distinto a la casa.


Por cierto, la Clínica Alemana advierte que se deben evitar los envases que contengan bisfenol A (BPA), que es una sustancia química que se encuentra en algunos plásticos. Es posible identificarla en los recipientes con el número 7 en el símbolo de reciclaje.


Compartimos otras recomendaciones sobre los empaques:


Cómo almacenarla y cómo transportarla

La leche puede mantenerse varias horas a temperatura ambiente, pero lo recomendable es refrigerarla o congelarla. Al guardarla, es mejor que se haga en cantidades pequeñas y que se deje un espacio libre o vacío en el envase: primero, para conservarla mejor y, segundo, porque la leche, al aumentar su volumen, puede reventarlo.

Los CDC dicen que, a temperatura ambiente, lo seguro es usarla en unas cuatro horas. En la nevera puede durar unos cuatro o cinco días y en el congelador lo ideal es aprovecharla dentro de seis meses, aunque puede aguantar hasta un año. Y la Clínica Alemana propone algo similar: que, fuera del refrigerador, dura de seis a ocho horas, en la nevera hasta cinco días y en el congelador entre tres y seis meses, con la opción de llegar a conservarse hasta un año si se mantiene en la parte más fría.


Cómo descongelar la leche para usarla

Lo más seguro es pasarla del congelador a la nevera (esto para que el cambio de temperatura no se haga abruptamente) o sumergir el envase en agua tibia, como en una especie de baño María. Hay que evitar el microondas, porque puede destruir los nutrientes y dejar zonas muy calientes que podrían quemar al bebé o dañar el recipiente.

Una vez descongelada, la leche debe consumirse en un máximo de 24 horas si permanece en el refrigerador, o en dos horas si ya se calentó o alcanzó la temperatura ambiente. Antes de ofrecérsela al bebé, hay que probar unas gotas en la muñeca para asegurarse de que esté tibia y en buen estado.


Consejos adicionales para su banco de leche

Algunos tips que puede implementar son:

  1. Lo mejor es guardar la leche en el fondo de la nevera o del congelador. Si se deja en la parte de afuera, cada vez que se abra la puerta se expondrá a la temperatura ambiente y, al volver al frío, puede dañarse.
  2. Congelar en porciones pequeñas. Puede ser de dos a cuatro onzas, para evitar desperdicios.
  3. Si no planea usar la leche en los primeros cuatro días, lo mejor es congelarla de una vez, según los CDC, para mantenerla en buen estado.
  4. No volver a congelar la leche que ya descongeló.
  5. Tip viajero: Si debe realizar trayectos que no duren mucho tiempo, puede usar una bolsa térmica con hielo para mantener la leche en buen estado hasta por 24 horas.

La Clínica Alemana recomienda aprovechar los momentos del día en los que el cuerpo produce más leche para realizar la extracción. Estos momentos pueden ser: después de alimentar al bebé, cuando se siente que “baja” la leche —a veces evidente por el goteo que moja la blusa—, cuando hay cierta pesadez o hinchazón en los senos, o incluso durante la madrugada, que suele ser un período de mayor producción para las mamás.


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Por Redacción Bienestar

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