Para descansar bien es necesario tanto dormir las horas suficientes como apoyar bien el cuerpo durante las noches. En esta nota, con base en distintas investigaciones (como la de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos) recopiladas y avaladas también por National Geographic y BBC, hablaremos sobre cómo la postura al dormir puede hacer la diferencia entre un descanso que realmente funcione o despertar con molestias físicas y mayor cansancio.
Es preciso recordar que la falta crónica de descanso y sueño está vinculada a problemas cardiovasculares, alteraciones metabólicas, sobrepeso y dificultades para concentrarse o responder con normalidad en la situaciones del día a día.
Antes de preguntarnos cuál es la mejor o la peor postura, vale la pena que revisemos cuál es, entonces, la más común.
La mayor parte del tiempo las personas duermen de lado. Dormir boca arriba ocupa el segundo lugar y, muy por debajo, se encuentra la posición boca abajo. Los análisis señalan que, con el paso de los años, la preferencia por dormir hacia un lado va en crecimiento, mientras que en los niños las posturas suelen repartirse de forma más equilibrada.
¿Cuál es la peor posición para dormir?
La postura boca abajo es considerada la más perjudicial. Según los estudios, dormir de esta manera obliga a tener que girar el cuello de forma constante para poder respirar, y eso altera la curvatura cervical y lumbar. Por eso, además, se incrementa la presión sobre la espalda y cuello.
¿Cuáles son las consecuencias? Muchas personas que duermen así despiertan con cefaleas, contracturas y rigidez muscular. Y, no como detalle menor, la presión que ejerce el rostro contra la almohada también puede incidir, con el tiempo, en la aparición de marcas faciales, hendiduras en los ojos y afectaciones de la piel.
Hablemos de los beneficios de dormir de lado
Esta favorece la respiración: mantiene despejadas las vías aéreas superiores, lo que ayuda a disminuir los ronquidos y algunos episodios de apnea obstructiva del sueño. En los estudios citados también encontraron que quienes duermen boca arriba presentan con mayor frecuencia molestias de espalda que quienes descansan de lado.
Ahora bien, no cualquier postura lateral es adecuada. Dormir de lado con el cuerpo torcido —por ejemplo, con la columna girada o una pierna demasiado cruzada— puede hacer que aparezca dolor y haya rigidez en el cuello.
Dentro de las recomendaciones generales para personas que padecen acidez estomacal —además de las recomendaciones médicas—, aquí sugieren elevar ligeramente la cabeza con almohadas extra o dormir preferiblemente sobre el lado izquierdo, porque reduce el paso del ácido hacia el esófago. Dormir sobre el costado derecho, en cambio, podría dar pie a que esos episodios aparezcan.
¿Y dormir boca arriba?
Como lo mencionamos, dormir boca arriba es una de las posiciones que mejor preserva la alineación natural de la columna vertebral porque distribuye el peso corporal de manera uniforme. También reduce tensiones en cuello, espalda y caderas.
Entonces... ¿cuál es la postura perfecta?
Realmente no hay una “posición ideal única” válida para todas las personas, pues cada cuerpo responde diferente según problemas previos de espalda, cuello, respiración o digestión y, por supuesto, comodidad y una rutina ya aprendida.
Pero las posturas que respetan nuestra alineación corporal —boca arriba o de lado— presentan menos riesgos, mientras que dormir boca abajo concentra la mayoría de efectos negativos que se han documentado.
Como sugerencia, se pueden probar pequeños cambios: ajustar almohadas o modificar la postura en el día a día que puede, indiscutiblemente, mejorar el descanso en las noches gracias a la memoria muscular de nuestro cuerpo.
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