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Los beneficios que tiene la música clásica en los bebés

Ciertas melodías pueden ayudar a la calma, el desarrollo cerebral y el bienestar emocional de los más pequeños.

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Redacción Bienestar
28 de noviembre de 2025 - 02:58 a. m.
Cuando se escucha música clásica los registros de actividad cerebral muestran ondas tipo alfa, asociadas a la concentración y la relajación.
Cuando se escucha música clásica los registros de actividad cerebral muestran ondas tipo alfa, asociadas a la concentración y la relajación.
Foto: Getty Images
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Durante años se ha comentado que las piezas de música clásica de compositores como Mozart tienen efectos calmantes y favorecen la estimulación temprana del cerebro de los bebés.

Un estudio titulado Análisis sobre el Efecto Mozart en el desarrollo intelectual de niños y adultos, y publicado en Ingenius Revista de Ciencia y Tecnología, en Ecuador, asegura que estas canciones activan áreas del cerebro que están relacionadas con la atención, la memoria y la recepción de sonidos y palabras.

Pero veamos algunos beneficios adicionales de incluirlas en el día a día de un niño.


La música clásica en la rutina

Como lo comentamos antes, desde muy pequeños, los bebés no solo perciben o capturan los sonidos, sino que su cerebro responde a ellos de manera que favorece la calma y la disposición para aprender. Esto puede verse especialmente en bebés prematuros, cuyo cerebro está aún en proceso de desarrollo acelerado.

Según ese mismo estudio, escuchar música clásica contribuye a la estimulación de la corteza cerebral.

Al crecer específicamente durante los primeros tres años de vida de un bebé, el cerebro es bastante sensible ante los estímulos externos. Entonces, escuchar música clásica fomenta la creatividad y la imaginación, y promueve la interacción con adultos y otros niños. Es un fortalecimiento integral en habilidades tanto cognitivas como sociales.


Estas melodías también influyen en su bienestar emocional. La Orquesta Filarmonía de Madrid explica que las composiciones con ritmo “regular” permiten entrar en un estado de relajación pleno, casi que absoluto. Algunos estudios mencionados en el análisis sobre el Efecto Mozart indican que escucharlas puede, incluso, estimular la producción de sustancias naturales que inducen a mejorar el estado de ánimo y la disposición emocional de los pequeños.


¿Hay un proceso para elegir las canciones?

No exactamente, pero se recomienda seleccionar composiciones sencillas, que sean fáciles de seguir para el oído infantil. La Orquesta, en uno de sus artículos web, sugiere las Goldberg Variations, de Bach; los Piano Trios, de Mozart y la Canción de cuna, de Brahms.

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Por el contrario, obras que sean muy intensas o rápidas (como algunas óperas de Wagner), podrían sobreestimular al bebé.


¿En qué momento del día es mejor escuchar música clásica con los bebés?

Realmente no hay un horario que deba seguirse para potenciar los resultados. La música clásica puede acompañar la rutina de sueño, servir como fondo o ambientación durante las sesiones de juego o escucharse como parte del día a día.

Uno de los puntos que Filarmonía también sugiere es observar cómo reacciona el bebé: si se inquieta o llora, es mejor hacer una pausa o cambiar la pieza. Incorporar pequeñas sesiones de música a lo largo del día permite que se adapte y que se trabajen los momentos de estímulo cognitivo.


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Por Redacción Bienestar

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