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El posparto es una etapa de cambios y ajustes físicos y psicológicos. Y así como con el ciclo hormonal, el embarazo o la menopausia, no es un proceso lineal ni idéntico para todas las mujeres. Como ya lo hemos dicho anteriormente: cada cuerpo responde de manera distinta.
La recuperación luego de tener un bebé depende de factores como las condiciones de salud previas, de los cuidados que se tengan, y del cuerpo mismo, que está aprendiendo a acomodarse a una nueva realidad.
El cuerpo cambia radicalmente en la mayoría de los casos. Es por eso que durante los primeros días y semanas los cambios emocionales aparecen un tanto desbordados: además de los procesos químicos, hay un choque porque ya no nos vemos ni nos sentimos igual.
Desde la Fundación Cardiovascular de Colombia explican que después del nacimiento el cuerpo sigue trabajando en la cicatrización de los tejidos y la recuperación de los músculos: ¿qué transformaciones físicas aparecen en las semanas posteriores al nacimiento del bebé?
Cambios físicos que pueden presentarse en el postparto
De acuerdo con un artículo escrito por Rebekah Bhansali y Hope Hunt, para la plataforma de salud femenina Clue (conocida también por su calendario de seguimiento menstrual), es común experimentar cólicos posteriores al parto. Esto ocurre con mayor frecuencia durante la lactancia; el vientre está volviendo a reducir su tamaño y puede tardar algunas semanas.
Algunas mujeres también presentan una separación de los músculos abdominales, conocida como diástasis, que puede durar unos cuantos meses e ir mejorando de forma gradual:
Otro de los cambios notorios es el sangrado vaginal posparto, más conocido como loquios. Esa expulsión o evacuación suele ser mucho más abundante durante los primeros días y va disminuyendo con el paso de las semanas, hasta que se pausa por completo.
Pero, aunque esto sea normal, la presencia de sangrados en exceso o de coágulos grandes sí es un motivo de consulta médica.
Además, pueden aparecer pequeñas fugas de orina, sobre todo al toser, reír o hacer esfuerzos que antes eran normales. Esto ocurre por el debilitamiento del piso pélvico tras el embarazo y el parto y es, justamente, uno de los temas que desarrollamos en nuestra nota dedicada a los ejercicios de Kegel, que ayudan con su fortalecimiento.
Después de un parto vaginal, los tejidos de la zona quedan “sensibles” o ”resentidos” y, en algunos casos, con pequeños desgarros. Los dolores e inflamaciones pueden extenderse por varias semanas. Para ampliar las recomendaciones y los cuidados en este proceso, publicamos otra nota que puede leer aquí:
🤱 Postparto: cuidados y el tiempo que tarda el cuerpo en recuperarse
¿Hay cambios en el periodo de lactancia?
Sí: amamantar implica una demanda física. Según la Fundación Cardiovascular de Colombia —citada también al principio de este artículo— durante la lactancia, las mamas aumentan de tamaño, puede haber mayor sensibilidad (es decir, dolor) y algunos cambios en su forma.
Los primeros días es posible que haya “congestión u obstrucción mamaria”, lo que quiere decir que la leche se acumula. Recuerde que, si no la extrae adecuadamente, existe el riesgo de desarrollar mastitis, una infección cuyos síntomas son: fiebre, enrojecimiento y dolor excesivo, y que, reiteramos, necesita de atención médica.
Es importante mencionar también que algunos de los cambios hormonales que se dan durante la lactancia (u otros puntos del postparto) pueden provocar sequedad vaginal, sensibilidad y disminución del deseo sexual.
Como ejercicio en notas previas, compartimos un video que acompaña y explica muchos de estos puntos:
Volver a la normalidad
Retomar la actividad física debe hacerse despacio, sin apuros. El ritmo de recuperación depende tanto del tipo de parto—vaginal o por cesárea— como de la condición física que ha tenido normalmente cada mujer.
Algunas mejorías pueden sentirse a partir de los seis meses, pero los tejidos pueden tardar, como mínimo, un año en recuperarse por completo. La prioridad es recuperar de a poco la fuerza, la movilidad y el bienestar, sin obligar al cuerpo a que se esfuerce más de lo que debería.
Recuerde que esta nota no reemplaza una valoración médica: su intención es acompañar a los padres con información guía al respecto.
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