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A celebrar Navidad con mesura: limitan la venta de licor y las grandes fiestas en Bogotá

La alcaldesa Claudia López busca contrarrestar el aumento de contagios en la capital. Medidas se repetirán para las fiestas de fin de año. Se levanta pico y cédula para restaurantes y hoteles.

Manuela Valencia Gómez
23 de diciembre de 2020 - 02:12 a. m.
La restricción a la venta de licor al público regirá desde la medianoche de hoy hasta el  27 de diciembre
La restricción a la venta de licor al público regirá desde la medianoche de hoy hasta el 27 de diciembre
Foto: Pixabay

El mensaje del autocuidado, que se viene martillando con insistencia desde comienzos de diciembre, de evitar las aglomeraciones, el lavado de manos e incluso preferir las novenas virtuales para tener un fin de año con relativa calma, parece que no caló tanto como se esperaba. Ahora, por haber bajado la guardia en medio de la pandemia, la ciudad tendrá que pasar Navidad y Año Nuevo con limitaciones.

En medio del preocupante aumento de contagios por COVID-19, la administración restringió la venta de licor al público (excepto domicilios) y las fiestas. Aunque la medida era más estricta, luego de diálogos con los comerciantes se flexibilizó. La restricción a la venta de licor no comenzó anoche, como estaba previsto inicialmente, sino que será a partir de la medianoche de hoy y regirá hasta la medianoche del 27 de diciembre, día en el que será la final del fútbol colombiano.

La medida se repetirá desde la medianoche del 30 de diciembre hasta la medianoche del 1° de enero. En ese tiempo, ningún establecimiento podrá vender licor al público. Eso sí, quienes deseen pedir a domicilio lo podrán hacer, ya que este servicio no está restringido, pero no para consumir en espacio público, aclaró el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez.

Otra orden que se flexibilizó fue la del pico y cédula. El funcionario, a través de su cuenta de Twitter, anunció que ya no aplicará para restaurantes y hoteles (para el resto de negocios sí), en respuesta al clamor de los comerciantes que consideraron la regla como un golpe a la reactivación económica. La restricción se levantó bajo la premisa de hacer control estricto de aforos y medidas biosanitarias.

Eso sí, la que se mantendrá será la recomendación de evitar multitudinarias reuniones familiares y fiestas en espacio público, insistiendo en que estos encuentros deben llevarse a cabo solo con el círculo familiar más cercano y en ningún caso pueden asistir más de 10 personas.

El argumento del Distrito para justificar las medidas es ayudar a detener la velocidad y el riesgo de contagio, ya que de esta manera se evita que la gente se relaje con las medidas de bioseguridad. Y es que las cifras preocupan. Aunque casi el 90 % de los ciudadanos que tuvieron coronavirus están recuperados, siguen activos 32 mil casos, la mayoría están pasando la enfermedad en sus casas. Esto sin contar con los asintomáticos, que sin saberlo están regando el virus.

El secretario de Gobierno explicó que a lo largo de este año han buscado que las medidas del Distrito tengan un justo equilibrio entre la salud y la economía. “Lamentablemente por el incremento de contagios tuvimos que tomar medidas”. Si bien estos datos respaldan la premisa de la administración, de que la salud está por encima de cualquier cosa, esta tuvo que modificar su postura en cuestión de horas, pues los anuncios iniciales generaron gran inconformismo.

Los primeros en hacerlo fueron los comerciantes, a través de Fenalco, que cuestionaron el pico y cédula. Y ayer fue el gremio de la venta de licores, que incluso señaló que la ley seca solo favorecía era a los que se dedicaban a la venta ilegal de licores.

“La adulteración de licor y los espacios ilegales, que son el principal foco de contagio en estos momentos, se beneficiarán. Por eso solicitamos a la administración que dé la oportunidad para que los empresarios puedan tomar decisiones con anticipación”, dijo en su momento Camilo Ospina, director nacional de Asobares. Y el reproche parece que caló.

Tanto Fenalco como Asobares celebraron el reversazo. “Se le hicieron llegar a la Alcaldía todas las preocupaciones del sector, habíamos radicado oficio al Distrito solicitando la revisión del pico y cédula, ya que con todas las pérdidas restrictivas para nosotros era un escenario de nueva pérdida de trabajo, cancelación de contratos y cierres totales. Celebramos esta primera parte de las solicitudes expresadas”.

El secretario de Gobierno terminó haciendo una invitación a los bogotanos a celebrar en casa, con medidas de autocuidado y moderación, mensaje que cobra sentido si se tiene en cuenta que la pandemia sigue y se acerca el segundo pico. Las reglas están. Ahora cambiar el panorama, una vez más, queda en manos de los ciudadanos.

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