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En el centro religioso de la Policía se realizó en la mañana de ayer la velación de Albeiro Garibello Alvarado, el patrullero de 23 años que falleció debido a la explosión registrada en La Macarena el pasado 19 de febrero. Con un acto solemne, miembros del Escuadrón Móvil Antidisturbios escoltaron el féretro —el cual estaba cubi por la bandera de Colombia— y acompañaron a sus familiares hasta la sala de velación número dos.
En medio de más de una veintena de coronas florales, reposaba sobre un pedestal de mármol el casco que solía utilizar el patrullero desde hace cuatro años. En la parte posterior, se levantaba la fotografía del policía, en la que aparecía con su uniforme formal, sonriente, tal y como lo recuerdan sus familiares y amigos.
Poco a poco la sala se llenó de uniformados que llegaron para decirle adiós a su compañero. “El sacrificio más grande que puede hacer un hombre es el de proteger a sus semejantes. Dios lo bendiga”, fueron las palabras que le dedicó un amigo al joven que lo despedirán hoy como un héroe.
Mientras sus seres queridos pidieron privacidad en la sala, los compañeros y amigos de Garibello se reunieron en el vestíbulo para hacer un homenaje en su memoria. Javier Alexánder Chingaté, de 20 años, con aire abatido recordó el momento en que lo conoció: “Fue hace más de ocho años. Nos unió un videojuego de computador y desde entonces conformamos un grupo. Nos volvimos inseparables. Él era el más maduro, nos aconsejaba para que nos portáramos bien y cuando fuimos creciendo, él era quien le daba la cara a nuestros papás para que nos dejaran salir a bailar. A él lo respetaban porque era el más serio de nosotros”.
Edward Osorio, otro amigo de vecindario, recuerda que, cuando alguno de ellos tomaba malas decisiones, Albeiro se sentaba junto a esa persona e intentaba hacerlo entrar en razón para que volviera a estudiar o siguiera los consejos de sus padres. “Deje de ser tan loco, vaya por el buen camino que eso no lo lleva a ningún lado”.
Su primo Kevin Gómez aseguró que pasó gran parte de su infancia al lado de Albeiro Garibello en Pasca (Cundinamarca). “Hacíamos trabajos propios del campo. Recuerdo que nos gustaba pasarnos a una finca cercana a tomar las manzanas que se caían de los árboles. De pronto, cuando creció, decidió irse a Bogotá para independizarse. Siempre estaba tras la búsqueda de sus sueños”.
Las exequias del joven policía se realizarán hoy, a las 10:00 a.m. Aunque inicialmente estaba previsto que se llevarían a cabo en el Panteón de la Policía Nacional, los seres queridos del patrullero Garibello pidieron que la inhumación se realizara en el Cementerio Local de Usme, para tener la oportunidad de estar cerca de sus restos mortales.