Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              11 de mayo de 2008 - 02:21 p. m.

                                                                                                                              A todo balín

                                                                                                                              Cada año se realiza en La Victoria una competencia de carros esferados que, además, incluye comparsas, teatro y danza.

                                                                                                                               

                                                                                                                              Santiago La Rotta

                                                                                                                              Hubo un ganador. Después del pito, una bajada. El sonido era como de una catarata de metal que desciende por la calle. Los más pequeños observaban a través de la ventana, más allá de la cortina de agua. Miraban, apostaban, sufrían, gritaban por su corredor favorito.

                                                                                                                              Eran las diez de la mañana del domingo 5 de mayo en el barrio La Victoria, un conjunto de callecitas, casas y pequeños negocios incrustado en la parte más alta de los cerros orientales, al sur de la ciudad. El lugar, donde algunas edificaciones aún tienen la decoración de la Navidad pasada, se despertó con la lluvia mañanera que limpió la cerveza derramada la noche anterior y que lúgubremente anunció el comienzo de un día nuevo para todos sus habitantes.

                                                                                                                              Lentamente la lluvia cesó, aunque el cielo permaneció gris, a manera de líquida promesa, de inminente aguacero. Los niños se agolparon a la entrada de sus casas. De las entrañas de la construcción iban saliendo zancos, pancartas y disfraces. En el piso de la entrada se encontraba una montaña de carros de balineras. Varios niños entraron a sacarlos. Emprendieron, presurosos, el camino por entre las calles del barrio hasta el lugar de la carrera.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              “Artífice Inimaginable está invitando a toda la comunidad del barrio La Victoria a que haga presencia en el evento ‘Las balineras se toman la cultura’. En unos momentos daremos inicio a la carrera de carros de balineras”. Los parlantes llegaron. La voz que hacía los anuncios era de Hernando Merchán, un hombre alto, barbado y con el pelo largo a quien los niños, y también los adultos, se refieren como “El abuelo”.

                                                                                                                              Merchán ha estado al frente de Artífice Inimaginable desde hace algunos años. A punta de arte se ha encargado de mostrarles a los jóvenes del lugar el lado de la vida que a veces no se ve desde la loma. Ese lado que habla de opciones y oportunidades, de cultura y educación.

                                                                                                                              “Las carreras comenzaron como una competencia entre vecinos. Eran de noche y se apostaba cerveza. Nosotros, hace ya siete años, le metimos teatro y cultura a la cosa y así sacamos a los borrachos”, dice “El abuelo”.

                                                                                                                              A través de los parlantes fueron llamados los primeros corredores. De entre los adultos surgieron pequeños intrépidos. Se acomodaron encima de los carros. Alguien dijo: “Toda su seguridad en una puntilla”.

                                                                                                                              “Vista al frente, atentos al pitazo”, indicó el juez. Sus miradas transmitían una sensación de seguridad, de profesional calma.

                                                                                                                              Sonó el pito y el primer competidor en salir disparado, como si hubiera estado dentro de la boca de un cañón, fue un niño de 12 años que se impulsaba con las manos. La distancia entre él y los demás se ampliaba ante la mirada atónita de sus rivales. Cinco, siete, diez metros. La victoria estaba cerca, casi podía arañarla. En la lejanía cruzó la meta. Alzó los brazos. El barro le bajaba por los codos.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La siguiente ronda de corredores se alistaba mientras aquellos que ya bajaron subían desganados la inclinada pendiente. El

                                                                                                                              No ad for you


                                                                                                                              juez repitió las instrucciones. Antes de que sonara el pito pasó un momento, que para aquellos que estaban sentados y prestos a partir debió durar más que la vida misma. La mirada de los observadores siguió el recorrido de los carros, se centró en quien se cayó, en aquel que no arrancó, en el que se atascó. El triunfo es algo solitario, efímero: lo que queda en la memoria del público son los accidentes, las pequeñas miserias.

                                                                                                                              El carro arrancó, esta vez lenta y progresivamente. La velocidad se hizo más evidente en la medida en que avanzaba. En un momento dado fue imposible darle alcance corriendo. Atrás quedaron los parlantes y el público, adelante estaba la meta. Con todas las fuerzas de su cuerpo, el piloto presionó los pies contra el suelo para frenar. El roce de la suela del zapato contra el pavimento mojado dejó ver una estela de agua, como si se tratara de un barco que avanza en medio del mar.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Lo único que separa una bajada exitosa de una raspada de brazo, o algo peor, es la pericia, el temple necesario para halar de la cuerda, que hace las veces de timón, justo lo necesario. Un conductor impulsivo está condenado al pavimento, al golpe que destroza ropa y tejido.

                                                                                                                              Es ese talento innato lo que se aprecia en John, un muchacho de 16 años que monta en balinera desde hace unos dos meses.

                                                                                                                              Con serenidad se acomodó encima de la tabla. Arrancó. Rápidamente otro de sus compañeros le tomó ventaja. Sin mostrar señales de angustia timoneó para esquivar una alcantarilla. Su rival se atascó y se estrelló contra el andén. La victoria estaba asegurada. Siguió, recostado para evitar la resistencia del viento, hasta el final. Aseguró su triunfo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              A la hora del descenso

                                                                                                                              Más allá de las consecuencias, los accidentes terminan siendo el gran espectáculo de las carreras. Los pilotos les temen, el público se emociona, una madre los sufre. A más de 50 kilómetros por hora en un descenso lleno de obstáculos callejeros, cualquier cosa puede ocurrir. Una volcada puede marcar la diferencia entre terminar la competencia o salir hacia el hospital.  

                                                                                                                              Los preámbulos de la carrera

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La preparación para la carrera de balineras de La Victoria es larga. Hay que lijar las tablas, conseguir las bielas más veloces, probarlas, conocer el trazado de la  pista, los defectos y virtudes de los principales contendores, saber cuáles son sus máquinas. Por último, es necesario pintar los carros y escoger el número que le traiga buena suerte al equipo. La superstición es, tal vez, lo más importante.

                                                                                                                              Amenazas a la carrera

                                                                                                                              “Las balineras se toman la cultura” se celebra hace siete años. Ha habido días aciagos cuando la violencia y la intolerancia han puesto a prueba el temple y la perseverancia de las personas que conforman Artífice Inimaginable, la organización responsable de la actividad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              “El año pasado se aparecieron los paramilitares. Nosotros seguimos con la carrera y con el festival porque sabíamos que teníamos el apoyo de la Alcaldía Local y porque, en últimas, esta es una cosa para los niños. Por ellos seguimos adelante”, dice Hernando Merchán, uno de los promotores de Artífice.

                                                                                                                               

                                                                                                                              Hubo un ganador. Después del pito, una bajada. El sonido era como de una catarata de metal que desciende por la calle. Los más pequeños observaban a través de la ventana, más allá de la cortina de agua. Miraban, apostaban, sufrían, gritaban por su corredor favorito.

                                                                                                                              Eran las diez de la mañana del domingo 5 de mayo en el barrio La Victoria, un conjunto de callecitas, casas y pequeños negocios incrustado en la parte más alta de los cerros orientales, al sur de la ciudad. El lugar, donde algunas edificaciones aún tienen la decoración de la Navidad pasada, se despertó con la lluvia mañanera que limpió la cerveza derramada la noche anterior y que lúgubremente anunció el comienzo de un día nuevo para todos sus habitantes.

                                                                                                                              Lentamente la lluvia cesó, aunque el cielo permaneció gris, a manera de líquida promesa, de inminente aguacero. Los niños se agolparon a la entrada de sus casas. De las entrañas de la construcción iban saliendo zancos, pancartas y disfraces. En el piso de la entrada se encontraba una montaña de carros de balineras. Varios niños entraron a sacarlos. Emprendieron, presurosos, el camino por entre las calles del barrio hasta el lugar de la carrera.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              “Artífice Inimaginable está invitando a toda la comunidad del barrio La Victoria a que haga presencia en el evento ‘Las balineras se toman la cultura’. En unos momentos daremos inicio a la carrera de carros de balineras”. Los parlantes llegaron. La voz que hacía los anuncios era de Hernando Merchán, un hombre alto, barbado y con el pelo largo a quien los niños, y también los adultos, se refieren como “El abuelo”.

                                                                                                                              Merchán ha estado al frente de Artífice Inimaginable desde hace algunos años. A punta de arte se ha encargado de mostrarles a los jóvenes del lugar el lado de la vida que a veces no se ve desde la loma. Ese lado que habla de opciones y oportunidades, de cultura y educación.

                                                                                                                              “Las carreras comenzaron como una competencia entre vecinos. Eran de noche y se apostaba cerveza. Nosotros, hace ya siete años, le metimos teatro y cultura a la cosa y así sacamos a los borrachos”, dice “El abuelo”.

                                                                                                                              A través de los parlantes fueron llamados los primeros corredores. De entre los adultos surgieron pequeños intrépidos. Se acomodaron encima de los carros. Alguien dijo: “Toda su seguridad en una puntilla”.

                                                                                                                              “Vista al frente, atentos al pitazo”, indicó el juez. Sus miradas transmitían una sensación de seguridad, de profesional calma.

                                                                                                                              Sonó el pito y el primer competidor en salir disparado, como si hubiera estado dentro de la boca de un cañón, fue un niño de 12 años que se impulsaba con las manos. La distancia entre él y los demás se ampliaba ante la mirada atónita de sus rivales. Cinco, siete, diez metros. La victoria estaba cerca, casi podía arañarla. En la lejanía cruzó la meta. Alzó los brazos. El barro le bajaba por los codos.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La siguiente ronda de corredores se alistaba mientras aquellos que ya bajaron subían desganados la inclinada pendiente. El

                                                                                                                              No ad for you


                                                                                                                              juez repitió las instrucciones. Antes de que sonara el pito pasó un momento, que para aquellos que estaban sentados y prestos a partir debió durar más que la vida misma. La mirada de los observadores siguió el recorrido de los carros, se centró en quien se cayó, en aquel que no arrancó, en el que se atascó. El triunfo es algo solitario, efímero: lo que queda en la memoria del público son los accidentes, las pequeñas miserias.

                                                                                                                              El carro arrancó, esta vez lenta y progresivamente. La velocidad se hizo más evidente en la medida en que avanzaba. En un momento dado fue imposible darle alcance corriendo. Atrás quedaron los parlantes y el público, adelante estaba la meta. Con todas las fuerzas de su cuerpo, el piloto presionó los pies contra el suelo para frenar. El roce de la suela del zapato contra el pavimento mojado dejó ver una estela de agua, como si se tratara de un barco que avanza en medio del mar.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Lo único que separa una bajada exitosa de una raspada de brazo, o algo peor, es la pericia, el temple necesario para halar de la cuerda, que hace las veces de timón, justo lo necesario. Un conductor impulsivo está condenado al pavimento, al golpe que destroza ropa y tejido.

                                                                                                                              Es ese talento innato lo que se aprecia en John, un muchacho de 16 años que monta en balinera desde hace unos dos meses.

                                                                                                                              Con serenidad se acomodó encima de la tabla. Arrancó. Rápidamente otro de sus compañeros le tomó ventaja. Sin mostrar señales de angustia timoneó para esquivar una alcantarilla. Su rival se atascó y se estrelló contra el andén. La victoria estaba asegurada. Siguió, recostado para evitar la resistencia del viento, hasta el final. Aseguró su triunfo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              A la hora del descenso

                                                                                                                              Más allá de las consecuencias, los accidentes terminan siendo el gran espectáculo de las carreras. Los pilotos les temen, el público se emociona, una madre los sufre. A más de 50 kilómetros por hora en un descenso lleno de obstáculos callejeros, cualquier cosa puede ocurrir. Una volcada puede marcar la diferencia entre terminar la competencia o salir hacia el hospital.  

                                                                                                                              Los preámbulos de la carrera

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La preparación para la carrera de balineras de La Victoria es larga. Hay que lijar las tablas, conseguir las bielas más veloces, probarlas, conocer el trazado de la  pista, los defectos y virtudes de los principales contendores, saber cuáles son sus máquinas. Por último, es necesario pintar los carros y escoger el número que le traiga buena suerte al equipo. La superstición es, tal vez, lo más importante.

                                                                                                                              Amenazas a la carrera

                                                                                                                              “Las balineras se toman la cultura” se celebra hace siete años. Ha habido días aciagos cuando la violencia y la intolerancia han puesto a prueba el temple y la perseverancia de las personas que conforman Artífice Inimaginable, la organización responsable de la actividad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              “El año pasado se aparecieron los paramilitares. Nosotros seguimos con la carrera y con el festival porque sabíamos que teníamos el apoyo de la Alcaldía Local y porque, en últimas, esta es una cosa para los niños. Por ellos seguimos adelante”, dice Hernando Merchán, uno de los promotores de Artífice.

                                                                                                                               

                                                                                                                              Por Santiago La Rotta

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar