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La tarde de este jueves culminó uno de los procesos judiciales más célebres de la última década: el de Jhonier Leal, sentenciado por el homicidio de su mamá y hermano. Pero solo los detalles escabrosos hicieron de este doble crimen uno que será recordado en la historia de Bogotá y el país por muchas décadas, sino por la ejemplar condena a 55 años y tres meses de prisión, que le impusieron este 14 de junio, una de las más altas en el país. Pero ¿qué otras condenas se le comparan? El Espectador hace un ejercicio de memoria.
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Garavito, condenado por 172 crímenes de menores a pena máxima
Antes de morir el 10 de octubre de 2023, por un tumor cancerígeno en su ojo izquierdo, Luis Alfredo Garavito, recordado como “el monstruo de Génova” o “La Bestia”, cumplía 24 años de presidio en la cárcel de máxima seguridad La Tramacúa (Valledupar). A pesar de que los cálculos daban para que el asesino serial cumpliera 1.853 años por el homicidio y abuso de 172 niños, niñas y adolescentes, la jurisprudencia colombiana no contemplaba pena mayor a los 40 años para la época en la que fue condenado, en los 90, pena que finalmente le fue impuesta, teniendo en cuenta que en el país no hay cadena perpetua.
Garavito aceptó su culpabilidad en la muerte de 140 menores de edad, así como de personas adultas, en Colombia, Ecuador y Venezuela, el 25 de noviembre de 1999, año de su captura. El condenado perpetró sus crímenes a lo largo de 13 departamentos del país, a partir de 1992.
Caso Yuliana Samboní: 51 años de presidio para Rafael Uribe Noguera
Cuatro meses después del feminicidio de la pequeña Yuliana Samboní, víctima de estrangulamiento, tortura y abuso sexual, la justicia condenó a Rafael Uribe Noguera, el miércoles 29 de marzo de 2017, a 51 años y 10 meses de prisión, por los delitos de secuestro agravado, acceso carnal violento y feminicidio.
Fue una de las primeras condenas “ejemplares” por un feminicidio. Incluso, aunque muchos esperaban una sentencia mayor por la gravedad de los hechos, el jurado de la novena edición de los premios ‘Género y Justicia al Descubierto’, de la organización internacional Women’s Link Worldwide, galardonó la condena en sus premios.
Crimen de periodista Luis Peralta y su esposa
La historia del periodismo colombiano tuvo uno de sus episodios más crudos de los últimos 10 años, cuando el sábado 14 de febrero 2015, Luis Peralta y Sofía Quintero fueron asesinados por sujetos en motocicleta, a la salida Linda Stereo, una emisora de su propiedad ubicada, en el barrio El Recreo, en el municipio de El Doncello (Caquetá).
Tres años, el 1 de febrero de 2018 un juez condenó a Yean Arlex Buenaventura, a 58 años y tres meses de cárcel, considerando que el crimen tenía el “agravante” de que fue cometido para silenciar el trabajo periodístico de Peralta. Medios regionales reportaron para la época que el periodista estaba a punto de revelar información que podría comprometer a la alcaldía de El Doncello.
Sin embargo, la defensa de Buenaventura apeló la sentencia, argumentando que ese agravante no lo había probado la Fiscalía, recurso jurídico que usará Jhonier Leal. Para este caso, el Tribunal Superior de Florencia – Caquetá, encargado de revisar el caso, le dio la razón al abogado del acusado y optó por reducir la pena a 45 años.
John Poulos, condenado por feminicidio agravado de Valentina Trespalacios
El feminicidio de Valentina Trespalacios marcó otro punto de inflexión en los delitos contra las mujeres en Colombia. John Poulos, ciudadano norteamericano, fue hallado culpable de asesinar a la Dj y ocultar su cuerpo en una maleta, que abandonó en Fontibón, en enero de 2023. Luego de exponer durante más de una hora sus conclusiones, tras un juicio que duró más de un año, el pasado 4 de junio de 2024, el juez dio a conocer la condena de 512 meses -42 años y ocho meses- de cárcel para Poulos como, “autor responsable de los delitos de feminicidio agravado, en concurso con ocultamiento y/o destrucción de material probatorio”, sentenció.
Poulos anunció que apelará la decisión para que un Tribunal juzgue si la decisión fue tomada con base en material probatorio que corrobora la tesis de la Fiscalía. El acusado intentó sostener que no fue un feminicidio, sino un homicidio culposo, ya que, argumentó en una nueva versión, que asesinó a la joven de 21 años “por accidente”. Pero por más que la defensa de Poulos intentó desviar el delito de feminicidio a homicidio, el juez determinó que dentro de este crimen sí hubo un estereotipo de género, que derivó no solo en las conductas machistas del feminicida contra Valentina, sino también en la premeditación del crimen.
“¿Cuál era la dominación? Se pregunta el señor Poulos. Comprobado está que buscaba controlarla en todo lo que hacía, al punto que tenía que rendirle cuentas diarias, la llamaba a deshoras, incluso cuando estaba dormida (...) Luego de cometido ese hecho tan atroz, dice (John Poulos) que entró en pánico. En pánico no se puede resolver ese “problema”, fue uno de los argumentos del juez.
Feminicidio de Rosa Elvira Cely
Rosa Elvira Cely, una madre soltera, que vendía dulces frente a la entrada peatonal del Hospital Militar de Bogotá, fue asesinada por Javier Velasco Valenzuela el 24 de mayo de 2012. Cely fue encontrada en el Parque Nacional, con graves signos de violación y torturava. La mujer alcanzó a llamas a las autoridades y dar indicios de su agresor, pero falleció poco después, en el hospital Santa Clara.
Su caso sirvió para crear la tipología de “feminicidio” en las leyes del país, pero también sirvió para condenar al Estado y al Distrito el año pasado -11 años después de lo ocurrido-, por la ausencia de las instituciones y las pobres respuestas al momento del suceso, según denunció la familia de la víctima.
Velasco aceptó su responsabilidad en la violación, tortura y muerte de la mujer de 35 años. Tras escuchar el relato de los hechos en los que asesinó a su excompañera de clase, se tapó los oídos, mientras el fiscal leía la acusación. Posteriormente, aceptó los cargos y fue condenado a 48 años de cárcel.
La ejemplar condena en el caso Sara Sofía Galván
Carolina Galván Cuesta y Nilson Bladimir Díaz Valenzuela, madre y padrastro de Sara Sofía Galván, fueron hallados responsables del delito de desaparición forzada agravada, por el caso de la menor de dos años, cuyo rastro se perdió en enero de 2021, en Bogotá. El rostro de la niña se convirtió en un ejemplo de violencia contra menores que todavía no cesa.
Un fiscal del Grupo Nacional de Género demostró que el 15 de enero de 2021, Galván recogió a su hija en una vivienda del barrio Roma, en localidad Kennedy, donde residía la menor residía con su tía, quien estaba a cargo del entorno de cuidado y protección, desde septiembre de 2020. Según el ente acusador, el día en que la menor desapareció, Carolina Galván le aseguró a su hermana que volvería con su hija, pero esto nunca pasó. “Labores de policía judicial evidenciaron que la sentenciada se trasladó junto con la niña a la residencia donde convivía con su pareja Díaz Valenzuela”, detallaron.
Versiones que no concordaban, sitios marcados por la pareja donde supuestamente escondieron el cuerpo de la niña, y hasta la teoría de que la habían vendido, fueron algunas de las versiones que la Fiscalía evalúo en este caso. Aunque Carolina Galván se señaló como una víctima más de Nilson Díaz, ambos fueron condenados a 42 años y seis meses de presidio.
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Por Redacción Bogotá
