Ante el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre la adhesión del país a la iniciativa de la Franja y la Ruta, conocida popularmente como la nueva Ruta de la Seda, la cual, según Presidencia convertirá al país en “un puente tecnológico entre América, Asia y Europa”, varios actores del sector empresarial del país han expresado su sensación de inconformidad.
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Si bien la Franja y la Ruta es una iniciativa que busca facilitar la cooperación entre países a través de la integración económica, también representa una plataforma estratégica con la que China aspira a consolidarse como un actor global. Esa dualidad ha generado tensiones y desconfianza en ciertos sectores.
Entre los sectores que han manifestado públicamente sus reservas frente a la decisión, está el gremio de los comerciantes de San Victorino, uno de los puntos más importantes del comercio y la confección en el país. En un comunicado, el grueso de comerciantes del sector expresó su malestar por los acuerdos porque, según señalan, afectarían gravemente la mano de obra colombiana.
Las reservas
Para los fabricantes y comerciantes del sector, este tipo de acuerdos en los que se generan espacios que favorecen la importación de productos, especialmente textiles desde China a Colombia, debilitan el producto nacional, ya que competir con el gigante asiático, se avizora como una tarea imposible para muhos emprendedores, teniendo en cuenta la dificultad de competirle a los precios de los productos que llegarían.
“Frente a Colombia, la desventaja es grandísima y va en detrimento de las familias menos favorecidas, sobre todo en productos como confecciones, cuero y marroquinería. El sistema impositivo colombiano es supremamente alto, los pocos controles a las normas y los incentivos del Gobierno Nacional para la exportación de productos, hace que estemos en desventaja comercial”, afirmó Yansen Estupiñán, presidente de Aso San Victorino y gerente del Times Square Bogotá.
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Para los comerciantes, aunque aún no se habla de reducción de aranceles u otro tipo de impuestos para la importación de productos Chinos en Colombia, la Ruta de la Seda si favorece estos escenarios, por lo que los comerciantes le piden al Gobierno evaluar el impacto en el abaratamiento de los productos hechos en el país y la desvalorización de la mano de obra colombiana.
¿Qué era la Ruta de la Seda?
La Ruta de la Seda fue una extensa red de caminos comerciales que unía el Este con el Oeste, desde la ciudad china de Chang’an (actual Xi’an) hasta distintos puntos de Europa y África. Su origen se remonta al menos al siglo I antes de Cristo, y con el tiempo llegó a convertirse en una compleja red terrestre y marítima por la que se intercambiaban todo tipo de bienes: especias, porcelana, marfil, vidrio y muchos otros productos que impulsaron un vibrante intercambio comercial y cultural entre civilizaciones. Sin embargo, aunque en ella se comerciaban numerosos artículos valiosos, fue la seda el producto más emblemático, al punto que en el siglo XIX la ruta recibió su nombre en honor a esta lujosa fibra, cuya técnica de elaboración era un secreto cuidadosamente protegido por China.
El recorrido era largo, pues este entramado atravesaba algunas de las ciudades más importantes del mundo antiguo —como Karakórum, Samarcanda, Antioquía o Alejandría— y logró conectar tres continentes a través del comercio, pero también a través de las ideas, las religiones, las tecnologías y las costumbres. Fue por estas rutas, por ejemplo, que el budismo llegó a China y, durante el siglo I después de cristo, se construyó el primer templo budista del país en el monte Emei, un sitio que hoy forma parte del Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, con la expansión marítima europea en el siglo XV y el descubrimiento de América, los grandes viajes oceánicos comenzaron a redibujar los mapas del comercio mundial. La llegada masiva de plata americana, el ascenso del Imperio británico y las Guerras del Opio, entre otros factores, marcaron el inicio del declive de estas rutas históricas y del comercio intraasiático, que perdió protagonismo durante varios siglos.
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