Alcaldía de Bogotá entrega kit inyectable a adictos a la heroína

Desde hace cuatro meses en Bogotá el Distrito entrega a las personas adictas a sustancias psicoactivas inyectables, como la heroína, los materiales higiénicos de inyección como jeringa (corta y/o larga), agua destilada, filtro, toallita de alcohol, cazoleta (cuchara pequeña), torniquete (caucho) y una cura.

La Secretaría de Salud, que lidera el programa, busca reducir la posibilidad de contagio de hepatitis y VIH entre los consumidores. Por esto, desde hace cuatro meses, funciona la “Estrategia de Reducción de Daños en el Consumo de Sustancias Psicoactivas Inyectables”, que concibe el acceso a este tipo de material de inyección para población drogodependiente.

“La necesidad de abrir un servicio de este perfil nació de los resultados de la investigación sobre sustancias psicoactivas inyectables en la capital, que plantea que el consumo de estas sustancias es cada vez mayor y su población actúa sin mayor información técnica, intercambiando material de inyección y aumentando así la probabilidad de transmisión de VIH y hepatitis B y C entre estas personas y sus parejas”, señala la Secretaría de Salud.

A parte del acceso a este tipo de material, la estrategia también cuenta con lugares adecuados para desechar de manera segura las jeringas utilizadas; apoyo y fortalecimiento a los adictos y el acceso a servicios sociales, de salud y de desintoxicación y superación del consumo.

“En el lugar donde se desarrolla esta estrategia no se permite el consumo de ninguna sustancia psicoactiva, tampoco se hace publicidad y no se promueve la estrategia en ningún otro espacio diferente al punto de entrega de jeringas. La población consumidora de drogas inyectables puede acceder a las acciones que se desarrollan sin ningún tipo de barrera y sin sentirse juzgada”, aclara la entidad distrital.

“La entrega de estos productos no está condicionada a la entrega de material usado, sin embargo, la experiencia ha demostrado que se va adquiriendo la práctica de entrega del material a desechar. Después de cuatro meses de funcionamiento, con corte a 30 de noviembre, esta iniciativa atiende a 140 personas”, agrega.

En cuatro meses se han presentado 1.689 oportunidades de acceso al material higiénico de inyección. También se han realizado 399 actividades de socialización de información sobre inyección higiénica, manejo de sobredosis, prevención de transmisión de enfermedades asociadas a la inyección (VIH y hepatitis virales).

El informe de Análisis de Situación de Salud en Colombia –ASIS- de 2014 del Ministerio de Salud y Protección Social indica que los usuarios de drogas intravenosas representan el segundo grupo poblacional en Colombia con mayor vulnerabilidad ante la infección por el VIH.

El Estudio sobre Uso Intravenoso de Drogas y Riesgos para la Salud, llevado a cabo por la OMS en 2013, confirmó que el uso de drogas inyectadas se había posicionado como una alternativa para muchos jóvenes de Bogotá, y adicionalmente detectó que el uso de alcohol y cocaína inyectada tendían a volverse cada vez más popular.

“El grupo con mayor proporción de usuarios de drogas inyectables es el de 19 a 24 años (47%), seguido del grupo de 25 a 34 (43,9%), solo un 7% tiene más de 35 años. Con respecto a hepatitis C, se calcula que cada Usuario de Drogas Inyectables (UDI) que la adquiere puede transmitir el virus aproximadamente a otras 20 personas al compartir agujas u otro material contaminado con sangre y al cabo de 20 años sin tratar, el 20% de las personas infectadas desarrollan cáncer o cirrosis, momento en el que la única alternativa es realizar un trasplante hepático. Adicionalmente, se reportan deterioros importantes de las venas por la reutilización de jeringas y por malas prácticas de inyección y frecuentes episodios de sobredosis”, estos son los resultados arrojados por una rigurosa investigación que hizo la Secretaría de Salud para argumentar por qué es importante crear estrategias como estas.

La ciudad de Pereira ya cuenta con una estrategia similar denominada “Cambie”, mediante la cual los usuarios llevan su material usado y les es cambiado por material nuevo.
 

Desde hace cuatro meses en Bogotá el Distrito entrega a las personas adictas a sustancias psicoactivas inyectables, como la heroína, los materiales higiénicos de inyección como jeringa (corta y/o larga), agua destilada, filtro, toallita de alcohol, cazoleta (cuchara pequeña), torniquete (caucho) y una cura.

La Secretaría de Salud, que lidera el programa, busca reducir la posibilidad de contagio de hepatitis y VIH entre los consumidores. Por esto, desde hace cuatro meses, funciona la “Estrategia de Reducción de Daños en el Consumo de Sustancias Psicoactivas Inyectables”, que concibe el acceso a este tipo de material de inyección para población drogodependiente.

“La necesidad de abrir un servicio de este perfil nació de los resultados de la investigación sobre sustancias psicoactivas inyectables en la capital, que plantea que el consumo de estas sustancias es cada vez mayor y su población actúa sin mayor información técnica, intercambiando material de inyección y aumentando así la probabilidad de transmisión de VIH y hepatitis B y C entre estas personas y sus parejas”, señala la Secretaría de Salud.

A parte del acceso a este tipo de material, la estrategia también cuenta con lugares adecuados para desechar de manera segura las jeringas utilizadas; apoyo y fortalecimiento a los adictos y el acceso a servicios sociales, de salud y de desintoxicación y superación del consumo.

“En el lugar donde se desarrolla esta estrategia no se permite el consumo de ninguna sustancia psicoactiva, tampoco se hace publicidad y no se promueve la estrategia en ningún otro espacio diferente al punto de entrega de jeringas. La población consumidora de drogas inyectables puede acceder a las acciones que se desarrollan sin ningún tipo de barrera y sin sentirse juzgada”, aclara la entidad distrital.

“La entrega de estos productos no está condicionada a la entrega de material usado, sin embargo, la experiencia ha demostrado que se va adquiriendo la práctica de entrega del material a desechar. Después de cuatro meses de funcionamiento, con corte a 30 de noviembre, esta iniciativa atiende a 140 personas”, agrega.

En cuatro meses se han presentado 1.689 oportunidades de acceso al material higiénico de inyección. También se han realizado 399 actividades de socialización de información sobre inyección higiénica, manejo de sobredosis, prevención de transmisión de enfermedades asociadas a la inyección (VIH y hepatitis virales).

El informe de Análisis de Situación de Salud en Colombia –ASIS- de 2014 del Ministerio de Salud y Protección Social indica que los usuarios de drogas intravenosas representan el segundo grupo poblacional en Colombia con mayor vulnerabilidad ante la infección por el VIH.

El Estudio sobre Uso Intravenoso de Drogas y Riesgos para la Salud, llevado a cabo por la OMS en 2013, confirmó que el uso de drogas inyectadas se había posicionado como una alternativa para muchos jóvenes de Bogotá, y adicionalmente detectó que el uso de alcohol y cocaína inyectada tendían a volverse cada vez más popular.

“El grupo con mayor proporción de usuarios de drogas inyectables es el de 19 a 24 años (47%), seguido del grupo de 25 a 34 (43,9%), solo un 7% tiene más de 35 años. Con respecto a hepatitis C, se calcula que cada Usuario de Drogas Inyectables (UDI) que la adquiere puede transmitir el virus aproximadamente a otras 20 personas al compartir agujas u otro material contaminado con sangre y al cabo de 20 años sin tratar, el 20% de las personas infectadas desarrollan cáncer o cirrosis, momento en el que la única alternativa es realizar un trasplante hepático. Adicionalmente, se reportan deterioros importantes de las venas por la reutilización de jeringas y por malas prácticas de inyección y frecuentes episodios de sobredosis”, estos son los resultados arrojados por una rigurosa investigación que hizo la Secretaría de Salud para argumentar por qué es importante crear estrategias como estas.

La ciudad de Pereira ya cuenta con una estrategia similar denominada “Cambie”, mediante la cual los usuarios llevan su material usado y les es cambiado por material nuevo.