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Deshidratadas, mal alimentadas y con afectaciones en su piel, así han sido encontradas algunas llamas en zonas históricas de Bogotá que por años han sido usadas como atractivo turístico.
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Casos recordados como en diciembre de 2024, cuando una llama de nombre Luna se desplomó y se creyó que había muerto, además de otras dos más rescatadas en junio de 2023, son algunos ejemplos de las malas condiciones en que tienen a estos animales que terminan siendo explotados con fines económicos.
Para hacerle frente a este problema, la senadora animalista, Andrea Padilla, viene liderando un proyecto de ley nacional para declarar parques y plazas como espacios libres de explotación y maltrato animal. En el caso de Bogotá, instó la congresista, se debe hacer una caracterización para establecer cuántas llamas existen en la ciudad y quienes son sus propietarios, pues dice, muchas veces son alquiladas.
En línea con lo anterior, este viernes el alcalde Carlos Fernando Galán anunció el inicio de un censo, con base en una caracterización que ya existe, para determinar el número y el estado de las mismas. “Queremos asegurarnos que las llamas tengan una mejor vida. No son animales autóctonos y están siendo explotados económicamente para fines turísticos”, señaló.
En cuánto a las familias, Galán agregó que ofrecerán alternativas de formación e inserción laboral. “Vamos a vincularlas a los programas de capacitación y empleo de la Alcaldía”.
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Según la senadora Andrea Padilla, entre 2023 y 2024, 17 llamas han sido aprehendidas por el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA).
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Por Redacción Bogotá
