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Suna está ubicado en el norte de la ciudad (calle 74 con carrera 4). Su nombre es de origen muisca y significa camino natural: ese sendero que existe entre surco y surco de la tierra, en donde se siembran hortalizas y vegetales.
Este sitio nació hace casi cuatro años con la idea de ofrecer una opción alimentaria para aquellos capitalinos que prefieren lo natural. La comida vegetariana era su principal ingrediente. Pero con el tiempo fueron llegando más y más clientes que superaron las expectativas de sus dueños y por eso decidieron ampliar la carta y ofrecer un menú más variado.
Platos con pollo, pescado y lácteos fueron la combinación perfecta para que Suna fuera uno de los sitios predilectos de los vegetarianos.
Aquí los vegetarianos, crudíveros (que sólo consumen alimentos crudos) y veganos (no consumen nada derivado de animales), pueden deleitarse con platos cuidadosamente equilibrados y seleccionados por su chef Silvestre Saiz, un español que desde muy niño decidió quedarse en Colombia para explorar el mundo culinario.
Los 22 empleados de este restaurante también se inclinaron por un estilo de vida más saludable y aunque no son por completo vegetarianos, decidieron brindarle a su cuerpo alimentos orgánicos, “aquellos que no han sido fumigados ni tratados con químicos que puedan interferir en su crecimiento”, explica el chef. “Aquí no hay frituras, azúcar refinada ni grasas hidrogenadas”. Los panes y las salsas que se ofrecen en Suna son preparados en el mismo restaurante.
Este sitio es visitado en un 70% por mujeres que quieren cuidar su cuerpo, claro, alimentándose naturalmente. Y para esto pueden elegir entradas, ensaladas y platos fuertes donde predominan los vegetales.
También hay creaciones a base de carnes, como el pollo, el salmón y la corvina, entre otros pescados. En el mismo sitio hay una área especial de delicatessen y un bar especializado en cocteles.