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A todas luces, todo parece oscuro. La decisión arbitraria por parte de la Cámara de Comercio de sacar de la programación de ArtBo a la galería Nueveochenta y al artista Juan Fernando Herrán resulta desconcertante para los artistas, los coleccionistas y las galerías.
A tan sólo 20 días de que empiece la feria de arte más importante del país, las explicaciones han sido vagas, no han sido oficiales y mucho menos claras. María Paz Gaviria fue nombrada por la Cámara en febrero de este año como directora de la feria. Para nadie es un secreto que es la hija de César Gaviria, uno de los mayores coleccionistas de arte del país y uno de los dueños de la galería Nueveochenta. La razón para que se hubiera sacado del programa tanto a la galería como al artista, representado por aquélla pero también por otras galerías españolas, es que hay un supuesto conflicto de intereses. La pregunta que surge es: ¿por qué hasta ahora hay un conflicto de intereses si siempre se supo que la galería Nueveochenta es de César Gaviria?
Cabe aclarar que María Paz Gaviria, como directora de ArtBo, no tiene ninguna injerencia en la decisión de cuáles galerías quedan incluidas en la feria. Hay un comité organizador que debe seguir unas pautas y realizar un estudio serio para decidir si las propuestas de las galerías que presentan sus solicitudes son aceptadas o no.
Por otra parte, el medio del arte celebró la decisión de nombrar a Gaviria como directora porque es una persona que se ha movido en este mundo desde pequeña. Como lo afirma María Eugenia Niño, de la galería Sextante y miembro del comité de selección de ArtBo, “el nombramiento de María Paz fue muy acertado porque tiene todo la formación y el conocimiento”. Marta Matiz, de la galería Casas Riegner, recuerda: “En todas las ferias internacionales a las que íbamos, María Paz estaba presente”. Entonces, su nombramiento fue acogido con beneplácito por todos, porque al final saben que una persona con su preparación actuará en pro del arte, de la feria y del país.
El Espectador intentó contactar a Consuelo Caldas, directora de la Cámara de Comercio, para que aclarara la decisión que está en boca de todo el medio artístico y de la opinión pública, pero su respuesta fue que no se pronunciará antes de la próxima semana. Sin embargo, la señora Caldas habló ayer con la W y, a pesar de que no hubo mucha claridad en las razones para tomar decisiones de última hora, admitió que lamenta lo que está pasando, pero que debe acogerse a unas reglas de la Cámara de Comercio y a un código de ética vigente que considera incompatible que la galería del padre de la directora esté presente en la feria. Por otra parte, en una carta fechada el 24 de septiembre y dirigida a Consuelo Caldas, María Paz Gaviria expresa su inconformidad y aclara que durante el proceso previo a su escogencia para el cargo manifestó su inquietud, tanto a la galería Nueveochenta como a la Cámara de Comercio, para saber si había algún tipo de incompatibilidad. “Después de un largo proceso, que duró varios meses, y en conocimiento de la relación con mi padre como copropietario de dicha galería, ustedes llegaron a la conclusión de la inexistencia de causales de inhabilidades o conflictos de intereses que impidieran mi vinculación; lo que también fue consignado en el concepto que le envié, el cual fue revisado por la Oficina Jurídica de la Presidencia de la República, antes de ser entregado a la Cámara de Comercio, con anterioridad a mi posesión”, advierte la directora en la carta.
Según Carlos Hurtado, director de Nueveochenta, este “ha sido un problema de una ambigüedad enorme, porque no han emitido ninguna comunicación. Ellos han venido tomando acciones de facto y mandando razones. Todo lo han manejado a partir de presiones, rumores y no hay ningún concepto claro”. Por otra parte, retirar a un artista que participa en uno de los capítulos de Artbo llamado Proyectos Individuales (fuera del circuito comercial), que aloja las propuestas de destacados artistas contemporáneos bajo la curaduría de María Inés Rodríguez, es una arbitrariedad. Juan Fernando Herrán mandó un derecho de petición para que tal decisión sea reevaluada, ya que invirtió tiempo y dinero en un proyecto para el que fue escogido independientemente de quien lo representara. Por estas razones, la galería Nueveochenta envió una carta a Consuelo Caldas en la que declara que prefiere retirarse de Artbo. “Queremos manifestarle la decisión de retirar nuestra participación en la Feria, de la que hemos hecho parte, de manera ininterrumpida desde nuestra creación; pues no permitiremos que se ponga en duda el trabajo de la directora. No queremos que nuestra participación incomode a la Cámara de Comercio de Bogotá, ni a nadie, y lamentamos que las preocupaciones de su despacho no hayan sido manifestadas anteriormente”, dice el texto.
De acuerdo con la galerista María Eugenia Niño, Consuelo Caldas debería poder defender ante la Cámara el nombramiento de Gaviria sin que hubiera un conflicto de intereses donde nadie más que la Cámara lo ve. “El arte no es sólo un mercado, es cultura, es historia. Esto no es un tema político y no es el momento para tomar una decisión así”.
La feria no se construye en un día y esas presuntas inhabilidades han debido surgir desde que Nueveochenta presentó su solicitud y desde que María Paz Gaviria fue nombrada como directora. Para Hurtado, una decisión de este calibre sólo logra hacerle daño al medio del arte y al país. Por este motivo, artistas, coleccionistas y galeristas se han movilizado con cartas firmadas expresando su indignación.
Ojalá que la próxima semana se aclaren las cosas y se pueda llegar a un acuerdo donde nadie salga en desventaja.