Expertos en temas ambientales y miembros de entidades de cooperación internacional se reunieron esta semana en el taller “Asegurando el Futuro Hídrico para Bogotá”, liderado por el Acueducto de Bogotá y el Banco Mundial, para definir estrategias, a mediano y largo plazo, que garanticen abastecimiento y permitan maniobrar ante los retos hídricos a futuro.
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“Cuando se tomó la decisión de implementar el racionamiento en 2024, recibimos llamadas de apoyo y de interés para sumarse a las soluciones y pensar en un plan a largo plazo. Tuvimos una misión del Banco Interamericano de Desarrollo liderada por expertos que hicieron parte de los planes de mitigación de crisis similares en Barcelona, Brasil, Bolivia, Uruguay y Sudáfrica, entre otros países. En junio tuvimos una misión del Banco Mundial que se instaló con el mismo fin: buscar soluciones a largo plazo. También recibimos llamadas de la OEA, de agencias de cooperación de Corea, de Japón, de Dinamarca, de Suiza, y en octubre citamos una mesa de cooperantes para organizar una estrategia conjunta de seguridad hídrica”, señala Natasha Avendaño, gerente del Acueducto.
Las líneas de acción
Tras las reuniones, se establecieron seis líneas de acción que buscan, a grandes rasgos, implementar las acciones necesarias para que la ciudad no vuelva a enfrentar un escenario de racionamiento:
I) Modelación de alternativas de abastecimiento: en este punto se busca tener un modelo integral de la gestión del recurso hídrico, teniendo como base la incertidumbre climática que viene con el cambio climático.
II) Aguas subterráneas: debido a que en la ciudad nunca se ha usado ese recurso, el equipo de expertos tomó la información existente y concluyó que hay que realizar un estudio, que tarda entre uno y dos años, para tener los términos de referencia puntuales que permitan medir adecuadamente los puntos disponibles y la gestión adecuada de las recargas para minimizar daños en los ecosistemas relacionados. Agencias de cooperación de la Unión Europea, de Japón y Corea han mostrado interés para financiar los estudios, cuyo valor aproximado es de US1,4 millones.
III) Reúso de agua residual tratada: actualmente está en curso un piloto para el uso del agua tratada de la PTAR Salitre, que también se aplicará cuando esté disponible la PTAR Canoas. En este punto la pregunta es, ¿cómo utilizar las aguas residuales tratadas para usos que no requieran agua potable? Sobre este particular ya hay una solicitud radicada ante la CAR de concesión para hacer uso de esa agua. En este pilar, el Banco Mundial asesorará el modelo de negocio, es decir, la distribución y la tarificación.
IV) Gestión de pérdidas de agua: el año pasado el Distrito contrató un estudio con la U de los Andes para la elaboración del Plan Maestro de Perdidas. Con base en esos insumos, el Banco Mundial asesorará el proceso con modelos de análisis de datos y herramientas de Inteligencia Artificial para mejorar la gestión de pérdidas.
V) Protocolo de sequías: los eventos climáticos extremos, por cuenta del cambio climático, se vuelven más cercanos y según los cálculos de expertos, tienden a empeorar. La imposibilidad de tener una medición exacta de su llegada y de su incidencia puede derivar a futuro en una crisis como la actual. Así las cosas, el protocolo de sequías es la hoja de ruta que va a permitir tomar acciones anticipadas para no tener que llegar a otro escenario de racionamiento. En este punto, las experiencias de países como Sudáfrica, Brasil, España y Bolivia serán un modelo de referencia importante para tomar acciones que permitan crear estrategias que alejen la posibilidad de otro escenario de racionamiento.
VI) Gobernanza del agua: Este parámetro se desarrollará con base en un estudio apoyado por la OEA. La idea, cuenta la gerente Avendaño, es sentar a varios actores en la mesa y entender los detalles básicos que permitan una lectura global del problema: cómo se toman las decisiones hidrográficas y de abastecimiento, qué cuencas son las más afectadas, qué van y cuál es la idoneidad de las concesiones a privados, los riesgos por contaminación, la discusión por Chingaza 2, la protección urgente de la Amazonía y las soluciones en infraestructura necesarias para garantizar el abastecimiento en Bogotá y la región, que suman unos 10 millones de usuarios, son la clave de la discusión.
En ese sentido, durante la jornada de esta semana, el grupo de expertos, la mayoría colombianos con conocimiento del contexto particular, expuso los avances que han tenido en estos seis pilares. Se espera que al final del año, exceptuando el estudio de aguas subterráneas, la estrategia finalice y se pueda articular la transición de estrategias enfocadas en garantizar el abastecimiento en los próximos 60 años.
“Este taller es la primera entrega de lo que venimos avanzando en relación con la construcción de una estrategia de seguridad hídrica que vaya más allá de la contingencia coyuntural. Queremos tomar decisiones basadas en evidencia, en estudios y con la mejor información en un escenario cambiante y de incertidumbre que nos plantea tomar acciones inmediatas”, resalta la gerente del Acueducto.
Entre tanto, la medida de racionamiento continúa, entre el tire y afloje del Distrito y entidades como la CAR que recomiendan no suspenderlo hasta que los embalses superen, al menos, el 50% de su capacidad. Enero, febrero y marzo han sido meses buenos en términos de lluvias. Sin embargo, son los meses “secos” del año hidrológico, y en ese sentido, se espera que en abril las lluvias arrecien y los embalses se recuperen y alivianen su estrés. Frente a ese panorama, la gerente Avendaño señaló que en las próximas semanas harán un anuncio definitivo en relación con el término, o no, del racionamiento.
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