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Así resisten los municipios las crecientes súbitas de los ríos Bogotá y Sumapaz

Pérdidas de cultivos, casas inundadas y cierre viales son algunos de los estragos de las fuertes precipitaciones y el desbordamiento de quebradas. El departamento asegura estar listo para responder a las emergencias.

María Angélica García Puerto y Juan Camilo Parra

08 de abril de 2025 - 09:00 p. m.
De la casa de Leonides Sánchez y Jaime Martínez, no queda más que escombros y lodo/ Mauricio Alvarado.
Foto: MAURICIO ALVARADO
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Leonides Sánchez es una tiktoker de 60 años, habitante de Tocaima (Cundinamarca), que en medio de su casa destruida buscaba su celular, mientras que su esposo, Jaime Martínez, trataba de salvar lo que les quedó en pie. Ellos y otros habitantes resultaron afectados por la emergencia invernal, que se registró en la madrugada de este martes 8 de abril. Su caso refleja el riesgo que se vive, de momento, en 12 municipios ubicados en inmediaciones de los ríos Bogotá y Sumapaz.

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La comunidad afirma, en Tocaima y otros municipios afectados, que los aguaceros se vienen presentando desde hace dos semanas. Por eso, el desastre que hoy enfrentan era casi previsible. Para la familia de Leonides todo se empezó a venir abajo sobre las 2:00 a.m., cuando el agua se les metió a la casa. “Nos despertó la lluvia. El agua estaba bordeando nuestras camas cuando, de repente, una especie de ola empujó la casa. Mi niña, aunque tiene 23 años, tiene una condición especial, la cual hace que tenga la movilidad de una bebé. Por fortuna, los bomberos me la salvaron”, relató Sánchez.

Tal han sido las lluvias de los últimos días, que el IDEAM emitió tres alertas rojas en Cundinamarca ante la alta probabilidad de crecientes súbitas en los ríos Negro, Bogotá y Sumapaz. La alerta aplica, además, en la ronda de varias vertientes del Sumapaz como los ríos Cuja, Subía, Pague, y las quebradas La Arenosa, La Lejía y Sabaneta.

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Según Bomberos de Cundinamarca, los habitantes de municipios como Ricaurte, Cabrera, Pandi, Arbeláez, Silvania y Nilo, en Cundinamarca, y Carmen de Apicalá, en el Tolima, deben tomar medidas especiales. Lo mismo deben hacer los residentes de los municipios La Mesa, Anapoima, Apulo, Tocaima, Agua de Dios y Girardot, ante la latente probabilidad de crecientes en la cuenca baja del río Bogotá y sus aportantes, como los ríos Apulo y Lindo, así como las quebradas La Pilama y Cachimbula.

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Entre cauces

Mientras en los cascos urbanos de municipios como Tocaima y Ricaurte se inundaron, en parte, por la insuficiencia de los sistemas de alcantarillado, las zonas veredales, que abarcan más territorio que las zonas urbanas, sufrieron con más fuerza los impactos de la temporada. Por ejemplo, a 10 minutos de Tocaima, la principal quebrada se desbordó, causando obstrucción de las vías y deslizamientos que comprometen los caseríos. “Nos quedamos sin luz. La remoción nos ha dejado incomunicados. La mayoría somos adultos mayores. Yo tengo 80 años y mi esposa, 84 años”, dijo Francisco Quijano, en la vereda Santa Ana.

Por su parte, Daniel Velásquez Mantilla, líder del municipio de Viotá, denunció que esta crítica situación no se ha podido solventar en años. “Llevamos exigiendo que se adecúen las vías terciarias y secundarias. Necesitamos medidas claras de contingencia, para la contención del cambio climático. Estuvimos bloqueados por las lluvias y las comunidades están cansadas. El gobierno municipal hace lo que puede, pero le hace falta apoyo nacional y departamental”, sentenció.

Mientras tanto, en la vereda Tierras Negras, en Fusagasugá, campesinos perdieron sus invernaderos y galpones. “No pude dormir en toda la noche. No se veía nada. Y yo veía que la casa se me iba a caer encima y nos fuimos a otro lado. Cuando me levanté, vi todo destruido”, lamentó una adulta mayor, residente en Fusagasugá, para el medio local Fusaonline.

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Prevención, la clave

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Desde mediados de marzo, el Ideam declaró oficialmente el inicio de la primera temporada de lluvias del año en el país, la cual, esperan, se extienda hasta junio. La región Andina y la zona al oriente de la región Caribe son las que experimentarán las mayores precipitaciones de la temporada. Ante el aumento sostenido en la humedad del suelo, sumado con la predicción de lluvias, aumentan los riesgos.

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Según Natalia Gómez, directora de la Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca (UAEGRD), los municipios en alerta están en permanente monitoreo, especialmente La Mesa, Anapoima, Apulo, Tocaima, Agua de Dios, Girardot, Ricaurte, Cabrera, Pandi, Arbeláez, Silvania y Nilo, por su cercanía al afluente.

“Los ojos están puestos allí, porque ahí hemos tenido el mayor número de emergencias y están las alertas rojas emitidas por el Ideam”, explicó Gómez a El Espectador.

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En lo corrido del año y producto de las lluvias, agregó, el saldo es de casi 800 familias damnificadas. “Afortunadamente no ha habido pérdidas humanas. Hemos llegado con ayudas primarias para que las personas puedan restablecer sus medios de vida”. La funcionaria resaltó que el departamento está listo para responder preventivamente, al igual que para atender las emergencias, como lo han hecho en 107 casos, provocados por lluvias (inundaciones, deslizamientos, crecientes súbitas y vendavales) en 12 provincias y 52 municipios afectados a la fecha.

Según el IDEAM, la temporada de lluvias se extendería hasta mediados de junio/ Mauricio Alvarado.
Foto: MAURICIO ALVARADO

“El departamento hizo una inversión en maquinaria para 33 municipios con el fin de ayudar a la atención de emergencias. También hemos hecho limpieza de cuerpos hídricos que siempre generan desbordamiento, como medida preventiva y capacitaciones en los Fondos Municipales de Gestión del Riesgo. Ahora tenemos un PMU activo donde nuestros grupos operativos están en alistamiento por si se necesita una ayuda adicional a los cuerpos de bomberos”, acotó.

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De momento, tanto la familia de Leonides Sánchez como sus vecinos no saben donde pasarán los próximos días, en una época donde los aguaceros no darán tregua. “Alerta hubo hace unas semanas, pero nunca volvieron a guiarnos sobre qué podíamos hacer. Llevamos más de 20 años viviendo aquí y aguantando. Ahora lo que nos queda, está apilado aquí en lo que fue nuestro hogar”, concluyó.

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Por María Angélica García Puerto

Cubre temas de seguridad, primera infancia, educación, movilidad, derechos humanos y género.@_amariag

Por Juan Camilo Parra

Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com
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