Así son los nuevos semáforos de Bogotá

“El 2009 será el año de las obras”, advirtió el alcalde Samuel Moreno cuando empezó a funcionar, entre trancas y barrancas, la medida del Pico y Placa ampliado en febrero de este año. “Preparamos la implementación de semáforos inteligentes como parte de la solución a los problemas varios de movilidad que se viven en la capital”, había dicho en noviembre del año pasado, cuando las reiteradas averías de algunos semáforos de la ciudad lo llevaron a aceptarle la renuncia a su secretario de Movilidad, Luis Bernardo Villegas. Por aquel entonces, la semaforización se había convertido en el florero de Llorente de la Alcaldía.

Hoy, la situación se ha transformado. El pasado 2 de marzo, la Secretaría de Movilidad Distrital comenzó con la instalación de 4.900 módulos de leds (diodos emisores de luz) como reemplazo de las bombillas de halógeno, o incandescentes, que tendían a sobrecalentarse con frecuencia.

El contrato con la firma Gasespol fue por 1.137 millones de pesos y hace parte del plan de modernización que debe tener el sistema de semaforización de Bogotá en los próximos tres años. Hasta el día de hoy se han implementado 1.074 dispositivos.

Tanto dinero invertido no sólo incluye la instalación de los leds, también es proporcional a su tecnología. Estos diodos ahorran hasta un 80% de energía, duran ocho veces más que un reflector común, disminuyen las emisiones de calor —un punto a favor del medio ambiente—, son fáciles de cambiar y tienen una unidad óptica a prueba de los rayos del sol y un alto contraste con la luz solar.

Con el tiempo, según la Secretaría, la llamada inteligencia de los semáforos permitiría adaptarse a las condiciones del tránsito, por ejemplo en horas pico, en una intersección determinada, para evitar los embotellamientos generados por la acumulación de vehículos.

Mientras tanto, los reflectores que sean retirados para ubicar los nuevos, se utilizarán como repuestos en las otras intersecciones semaforizadas de la ciudad.

“El 2009 será el año de las obras”, advirtió el alcalde Samuel Moreno cuando empezó a funcionar, entre trancas y barrancas, la medida del Pico y Placa ampliado en febrero de este año. “Preparamos la implementación de semáforos inteligentes como parte de la solución a los problemas varios de movilidad que se viven en la capital”, había dicho en noviembre del año pasado, cuando las reiteradas averías de algunos semáforos de la ciudad lo llevaron a aceptarle la renuncia a su secretario de Movilidad, Luis Bernardo Villegas. Por aquel entonces, la semaforización se había convertido en el florero de Llorente de la Alcaldía.

Hoy, la situación se ha transformado. El pasado 2 de marzo, la Secretaría de Movilidad Distrital comenzó con la instalación de 4.900 módulos de leds (diodos emisores de luz) como reemplazo de las bombillas de halógeno, o incandescentes, que tendían a sobrecalentarse con frecuencia.

El contrato con la firma Gasespol fue por 1.137 millones de pesos y hace parte del plan de modernización que debe tener el sistema de semaforización de Bogotá en los próximos tres años. Hasta el día de hoy se han implementado 1.074 dispositivos.

Tanto dinero invertido no sólo incluye la instalación de los leds, también es proporcional a su tecnología. Estos diodos ahorran hasta un 80% de energía, duran ocho veces más que un reflector común, disminuyen las emisiones de calor —un punto a favor del medio ambiente—, son fáciles de cambiar y tienen una unidad óptica a prueba de los rayos del sol y un alto contraste con la luz solar.

Con el tiempo, según la Secretaría, la llamada inteligencia de los semáforos permitiría adaptarse a las condiciones del tránsito, por ejemplo en horas pico, en una intersección determinada, para evitar los embotellamientos generados por la acumulación de vehículos.

Mientras tanto, los reflectores que sean retirados para ubicar los nuevos, se utilizarán como repuestos en las otras intersecciones semaforizadas de la ciudad.