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La expansión en el norte se viene planeando formalmente hace una década. Primero como POZ Norte y ahora como Lagos de Torca, proyecto que intervendrá 1.803 hectáreas, desde la carrera séptima hasta la reserva Van der Hammen y desde la calle 183 hasta el límite con el municipio de Chía. Lo integran 34 planes parciales, que ofertarán 130.000 apartamentos, casi la mitad VIS y VIP. Con una particularidad: los constructores financiarán la infraestructura pública. El cálculo es que tendrán $4 billones para obras, entre ellas, una que generará discusión: la extensión de la avenida Boyacá, que tocará la reserva. No obstante, según los promotores, es la mejor decisión ambiental. Así lo indica Natalia Trujillo, gerente del fideicomiso Lagos de Torca.
El norte es valioso ambientalmente. ¿Cómo conservarlo con su plan?
Por la construcción desordenada, hay zonas sin alcantarillado; lo que es un riesgo ambiental. Además, por la construcción de la carrera séptima, el ferrocarril y la autopista Norte quedaron nueve quebradas sin conexión con el río Bogotá y se partió el humedal Guaymaral. La idea es recuperar esa conexión con recursos privados.
¿Pero extenderán la av. Boyacá que pasa por la Van der Hammen?
Pese a que se ampliará la autopista Norte, se necesita un corredor paralelo. Por eso gestionaremos el permiso para extender la Boyacá. Además, hacia el occidente no habrá más vías. No se extenderá la av. Ciudad de Cali, ni la ALO. Aunque se retiró una solicitud inicial, esta vez, con el Distrito, pediremos sustraer dos tramos.
¿Pero esa obra no es muy impopular?
Pero necesaria, en especial para bajar la contaminación por los trancones en la Autonorte y ampliar la red de alcantarillado y corregir ese problema, que genera la contaminación del subsuelo. Esto hace importante la ampliación.
¿Ya tienen los estudios?
Avanzamos los estudios de diseños y detalle. Además, un inventario ecosistémico. Eso está listo para radicar la solicitud. ¿Qué nos frena? Que nos confirmen si se requieren otros trámites. Aunque previamente nos indicaron que la ampliación no requería licencia ambiental, lo queremos ratificar. La idea es empezar obras a mediados del 2021.
¿Cuáles serán sus características?
Es un tramo de 2,5 kilómetros, entre la calle 183 y la 235. Esto lo complementa la ampliación que hará el IDU entre las calles 170 y 183, que comenzaría en enero. Con eso tendríamos un corredor paralelo a la Autonorte.
¿Conectará con Chía?
No está prevista esa conexión, pero se debería discutir.
¿Cuánto tendrán para obras?
La proyección es $4,4 billones, pero depende de la aprobación de los planes parciales. Hoy contamos con $596.000 millones de dos planes adoptados en diciembre. Esperamos que este año salgan otros. Eso marca el ingreso de recursos.
¿En qué han avanzado?
Desde 2018 tenemos el plan maestro de servicios públicos. Además, el plan de vías como la avenida Polo, la calle 200, la avenida Santa Bárbara, la prolongación de la carrera 19, los diseños de la avenida Boyacá. Serán catorce km de vías, que generarán 36.000 empleos en el cuatrienio.
¿Cuál es el plan ambiental?
Es una prioridad. Sembraremos 95.000 árboles, pero con un plan ecosistémico y teniendo en cuenta la biodiversidad. Estará la ampliación del humedal, que pasará de 34 hectáreas a 75 ha, y la creación del parque metropolitano. Con esto pasaremos de 4,4 metros cuadrados de espacio público por persona a tener 7,5. Además, la idea es que implementemos el concepto de barrio compacto, donde las personas que estén en Lagos de Torca tengan todo a la mano.
¿Hay espacio para sistemas masivos?
Las vías nuevas tendrán doble carril por sentido y ciclorrutas. Además, un gran separador verde, con espacio para construir sistema masivo, sea TM o tren ligero. El espacio estará garantizado.
¿Desistir de la troncal por la séptima afectará la movilidad?
La ventaja es que hay alternativas. Por ejemplo, el Regiotram o que la ampliación de la Autonorte tendrá Transmilenio en el tramo de Lagos de Torca. Además, la ampliación de la séptima permitirá llevar el corredor verde. A esto se suma la evaluación de una solución de alta densidad por la Boyacá.
¿Qué ha pasado con los planes parciales con medidas cautelares?
Son dos, ubicados donde hoy quedan Bima, Multiparque, Metro Kia y las bodegas de Muebles y Accesorios. Seguimos pendientes de un estudio que debe contratar el Ministerio de Ambiente, para definir qué se debe hacer para garantizar la conectividad.
¿Cuál es la proporción de viviendas comerciales y de interés social?
Este es un proyecto multiestrato. De 130.000 viviendas, 29.000 serán de interés prioritario (VIP) y 37.000 de interés social (VIS). Todos tendrán la misma calidad de vida, una nueva forma de relacionarse, de construir y cerrar brechas sociales, de encontrarnos todos en la misma acera.
¿Cómo evitar que los estratos bajos queden en la periferia del proyecto?
Las secretarías de Planeación y Hábitat, al expedir los decretos de planes parciales, revisan que las condiciones de calidad no se vean disminuidas. Todos los estratos están muy integrados.
¿Cómo hacer para que se beneficien las familias y no los especuladores?
Los constructores lo están verificando. Amarilo, por ejemplo, que empezó ventas, lo hace. Además, hay convenios con la Secretaría de Hábitat para priorizar a familias identificadas.
¿Cuándo comenzarán obras?
Esperamos que sea en junio del próximo año, pero la pandemia ha desplazado los tiempos. El Ministerio de Vivienda ha hecho anuncios para retomar los subsidios y eso será importante. En los dos proyectos en venta hemos visto buen comportamiento.
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