En medio del caos vial que a diario vive Bogotá, una ciudad donde cada vez hay más vehículos, menos nacimientos y más mascotas, persiste una realidad silenciosa tan evidente como normalizada: los atropellamientos de animales en las vías. Y, en sintonía con una visión que apunta a proteger todas las formas de vida en la capital, urge estrategias que respondan a esa meta.
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Una de ellas se anunció esta semana: la creación de la Mesa Distrital de Prevención de Atropellamientos de Animales, estrategia en la que trabajarán varias entidades para reducir esta problemática. La problemática, invisible para muchos, impacta no solo a los animales, sino también a las comunidades que conviven con ellos, conductores, peatones y sistemas de movilidad.
Una deuda histórica
De acuerdo con el Instituto de Protección y Bienestar Animal, en Bogotá hay casi 3,5 millones de animales domésticos como perros y gatos. Un hecho estadístico es que, en los últimos años, se han reportado más animales de compañía que niños nacidos en los hogares capitalinos: según el DANE, mientras en 2011 nacieron unos 111.000 niños, para 2024 la cifra cayó a 56.500, reducción que revierte una tendencia sostenida durante décadas e impacta los datos de crecimiento poblacional.
En consecuencia, con el aumento de animales por hogar, también aumentaron los atropellamientos. Entre 2019 y 2025, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) atendió 4.585 casos de animales atropellados y más de la mitad (2.675) murieron debido a la gravedad de sus heridas. Muchos de ellos, valga recalcarlo, abandonados a su suerte luego de ser atropellados, situación que encendió las alarmas del instituto, según su director Antonio Hernández Llamas.
“Cuando revisamos los animales que debíamos someter a eutanasia por un diagnóstico que le impidiera seguir viviendo dignamente, vimos que una gran mayoría provenía de atropellamientos. Ya no era un asunto aislado: la situación respondía a una tendencia clara. Y para nosotros se convirtió en prioridad que esta situación entrara en la agenda pública”, explica.
La respuesta fue la creación de la Mesa Distrital de Prevención de Atropellamientos de Animales, que reúne a entidades con incidencia en la movilidad, la infraestructura y el bienestar de la fauna como
- IDPYBA
- Secretaría de Ambiente
- Secretaría de Movilidad
- Instituto de Desarrollo Urbano (IDU)
- Secretaría de Gobierno
- Secretaría de Salud
- Transmilenio
- Terminal de Transporte
- Policía de Tránsito
El objetivo es trabajar de manera coordinada para reducir la siniestralidad vial que afecta tanto a fauna doméstica como silvestre, integrando acciones de pedagogía, control de velocidad, señalización, infraestructura y respuesta ante emergencias.
Mapeo e intervenciones
Como es de esperarse, en las localidades con más densidad poblacional, el número de animales de compañía suele ser mayor. Así, según la encuesta multipropósito de 2021, el documento más reciente que mapeó la distribución de las mascotas por localidad señala que Suba, Engativá y Kennedy lideran el escalafón. En cuanto a atropellamientos, señala el director del IDPYBA, Ciudad Bolívar, Kennedy, San Cristóbal y Bosa son las localidades con mayores tasas.
Para enfrentar la situación, la Mesa plantea que cada entidad involucrada construya un plan de acción, según su experiencia. “Desde el Instituto el objetivo es potenciar la buena tenencia y la convivencia responsable con los animales. El trabajo con las juntas de acción comunal, rescatistas y copropiedades también será fundamental en esta etapa de formación. Insistir en que los paseos sin correa o la falta de supervisión en parques son peligrosos y aumentan las posibilidades de un accidente. Parece obvio, pero en estos casos la insistencia nos ayuda a salvar vidas”, señala Hernández Llamas.
Por otro lado, una de las causas de atropellamientos es la poca o inexistente señalización que advierta tránsito frecuente de mascotas o animales. Esa tarea, junto con la instalación de reductores y pasos seguros para fauna silvestre, en el caso del Sumapaz y demás zonas rurales, será tarea de la Secretaría de Movilidad y del IDU.
Los pasos seguros en zonas rurales e, incluso en puntos ecosistémicos clave atravesados por avenidas como la Autopista Norte, se trabajarán de la mano con la Secretaría de Ambiente. Aves migratorias, pequeñas especies de felinos y reptiles, además de zorros, comadrejas, ardillas y roedores como las zarigüeyas suelen ser las víctimas más comunes en vías cercanas al extremo oriental, a humedales o vías de acceso a la ciudad.
Finalmente, desde Transmilenio, el compromiso tiene que ver con el fortalecimiento de los protocolos exigidos a los conductores, particularmente a quienes conducen buses zonales del SITP, involucrados en numerosos accidentes.
Hacia una ciudad interespecie
El director del IDPYBA subraya un fenómeno social que explica la urgencia de estas medidas: las familias interespecie son cada vez más comunes. “Hoy la ciudad ya no se piensa solo para familias tradicionales. Muchas se componen de personas y animales. Eso obliga a repensar cómo construimos vivienda, cómo nos movemos, cómo diseñamos los parques y la infraestructura”.
Por ello, el IDU y las demás entidades deberán integrar la protección de la vida animal en los proyectos viales y urbanísticos. Actualmente la discusión que se lleva a cabo sobre los lineamientos ambientales que debe contemplar el proyecto de ampliación de la Autopista Norte, que plantea un paso de fauna que, a su vez, servirá de vehículo para la conexión hídrica entre los humedales de Torca y Guaymaral.
El proyecto plantea que, en ocho partes del tramo que va de la calle 191 a la calle 240, instalarán box culvert, para canalizar el agua y allí pondrán pasos seguro de fauna. Sin embargo, la discusión ahora se centra en el tamaño de los senderos para permitir un tránsito de animales sin que represente un riesgo.
Datos, mapeo y primeras acciones
Tras el anuncio del Distrito, la Mesa ya inició su trabajo formal. En un primer momento, el trabajo se centrará en realizar un mapeo detallado en las localidades con más casos reportados, las causas, los horarios de incidencia y otros patrones, que permitan tomar decisiones. Se empezará con acciones inmediatas de señalización y pedagogía.
Hernández Llamas. anticipa que un primer informe estará listo en los próximos días, lo que permitiría iniciar intervenciones preliminares incluso antes de finalizar el año. Se espera que las labores extendidas arranquen, a más tardar, el 15 de enero.
“Bájele, perrito”: nueva campaña de cultura vial
Como parte de estas acciones, el IDPYBA lanzará la campaña “Bájele, perrito”, una estrategia pedagógica que busca que los conductores reduzcan la velocidad antes de que ocurran emergencias.
“No se trata de una campaña que incentive a usar el freno, sino a desacelerar la cotidianidad. Si usted pisa el freno es porque ya viene rápido. Queremos invitar a bajar la velocidad desde antes: saber que en las vías, así como hay niños, hay perros, gatos y animales silvestres. Hay que tener todo eso claro, sobre todo en un entorno barrial”, señala Hernández Llamas.
¿Qué hacer si me encuentro un animal atropellado?
El Instituto atiende los casos a través de la ruta de atención inmediata y unificada de emergencias 123. Así, cualquier ciudadano puede reportar un animal herido, indicando ubicación y situación. El IDPYBA recibe las solicitudes y activa de inmediato sus equipos de rescate.
Sin embargo, una de las denuncias más persistentes tiene que ver con las demoras en la atención de emergencias. El IDPYBA, consciente de ese vacío, busca fortalecer la relación con rescatistas, proteccionistas y fundaciones, que suelen ser los primeros en auxiliar a los animales heridos.
El director del instituto explica que uno de los grandes cambios en 2024 y 2025 ha sido reforzar su capacidad de respuesta y su trabajo con la comunidad, tarea que reforzarán de la mano con la Mesa de Prevención y programas como “Gracias Totales”, que apoya a rescatistas con formación en primeros auxilios y brigadas de cuidado, y “Somos una misma manada”, que vincula profesionales voluntarios (veterinarios, ingenieros, arquitectos) para apoyar refugios y hogares de paso.
Se busca, además de reconocer la labor anónima de las personas que han llevado el peso y la responsabilidad de cuidar a los animales durante años, lejos de los focos, crear una red de colaboradores que integre tanto al Distrito como a la ciudadanía, en torno al fin común de la disminución de atropellamientos.
“El instituto ahora llega más rápido y a más lugares, en parte gracias rescatistas y a la solidaridad y empatía de la ciudadanía, pero sabemos que no basta. Por eso, fortalecemos a quienes están en el territorio salvando animales”, anuncia Hernández Llamas.
Tras el anuncio, ya empezó la articulación de las entidades involucradas en dar los primeros pasos para que la estrategia empiece a andar. Entre tanto, mientras el mensaje cala en el grueso de la ciudadanía, la invitación es a no hacer del sufrimiento un elemento más del paisaje. A vernos reflejados, como decía Lorca: “en la patita de ese gato quebrada por el automóvil”. Al final, todos podemos ser ese animal malherido y abandonado.
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