Por culpa de los trancones, las obras y el estado de las calles, la inseguridad y el ruido, hoy muchos bogotanos y residentes en la ciudad sienten que padecen dolores de cabeza con mayor frecuencia, que disfrutan menos con sus familias, que son más agresivos y que fuman y toman más. Así lo revela un estudio de la Escuela de Posgrados de la Universidad Manuela Beltrán titulado Factores de estrés en Bogotá y su impacto en la población.
El documento, elaborado a lo largo de dos meses por un equipo de ocho investigadores de la institución, da cuenta de los resultados de una encuesta realizada en Chapinero, Kennedy y Barrios Unidos a 478 ciudadanos, escogidos al azar. Las preguntas dirigidas al encuestado fueron, básicamente, dos: ¿qué situación le incomoda más de la ciudad? y ¿qué impacto le causa ésta? Las respuestas evidencian que el caos en la movilidad es uno de los principales generadores de estrés en la capital (ver infografía).
Más de la mitad de los encuestados (51%) se estresan por el tiempo que demoran en desplazarse diariamente de sus viviendas a sus lugares de trabajo o estudio y viceversa. El 18% señaló que le incomodan las aglomeraciones en el transporte y en las calles, mientras que el 13% se refirió a la sensación de inseguridad, a las obras y al estado de las calles como factor de disgusto. El 2,9% habló del ruido y el alto volumen del tráfico y el 0,2% de la falta de plazas y espacios verdes cerca de los sitios donde se encuentran habitualmente.
El psicólogo Paulo Daniel Acero Rodríguez, director de la Escuela de Posgrados de la Universidad Manuel Beltrán y quien lideró el estudio, explica que si esas condiciones no se resuelven de manera adecuada, pueden provocar alteraciones en cualquier parte del organismo, “ya que la totalidad de los sistemas son susceptibles a las sobrecargas emocionales”. Para el experto, no es gratuito que alrededor del 75% de las consultas médicas que se piden hoy en día sean por estrés.
En ese sentido, el 41% de los encuestados afirma que lo que le incomoda de la ciudad le genera dolores de cabeza con mayor frecuencia y lo lleva a disfrutar de menos tiempo con su familia (al 22%). La agresividad es un impacto para el 11,3% y el 3,1% asegura que ya fumaba, pero la situación de caos lo ha llevado a hacerlo más que antes. Asimismo, un porcentaje similar siente que se le han agravado enfermedades que venía padeciendo y el 1,3% respondió que contaba con menos espacios para alimentarse.
“Cuando discriminamos las respuestas por rango de edad, llama la atención que los dolores de cabeza se presenten entre gente adulta, aunque hay mucha población joven que reconoce padecerlos por causa del caos. Así las cosas, creo que es preocupante pues los muchachos podrían estar consumiendo más medicamentos de lo normal”, dice Acero.
El investigador agrega que el estrés podría estar llevando a comportamientos y estilos de vida equivocados y que sería necesario trabajar mucho en cultura ciudadana. “Las familias y las empresas podrían ayudar a bajar los niveles de estrés con mecanismos de ayuda”.
Acero recomienda: mucho diálogo con la familia y, en las oficinas, ejercicios de relajación, como ya se hace en empresas japonesas.
Mientras tanto, siguen abiertos más de 100 frentes de obras en toda la ciudad, a los que en un mes podría sumárseles nada menos y nada más que la construcción del Transmilenio por la carrera 7ª. Y aunque las autoridades prometen que esos trabajos no generarán más caos, ya hay muchos que empiezan a estresarse.