Bogotá no tuvo política unificada de seguridad en últimos 4 años: Personería
El organismo de control asegura que el problema del Distrito en seguridad no es de carencia de programas y proyectos, sino de ejecución, coordinación y materialización de los mismos.
El Espectador
La confusión de roles y funciones, además de la desarticulación de esfuerzos entre las entidades oficiales, tuvieron al Distrito sin una política unificada de seguridad durante los últimos cuatro años que permitiera la implementación del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes en Bogotá, según lo reveló un estudio de la Personería de Bogotá.
Dice el informe que en el Plan de Desarrollo, la Administración Distrital planteó varias estrategias en materia de seguridad basadas en la prevención como las Zonas de Atención Integral en Seguridad y Convivencia, los Planes Integrales de Seguridad, las Juntas Zonales de Seguridad y Convivencia Ciudadana y la Gestión Social Integral, que aunque mantuvieron bajos los índices de violencia en el Distrito con relación a la tasa nacional, no tuvieron los impactos deseados en términos de percepción de seguridad y de la articulación que debería existir con las Alcaldías Locales y la Policía Nacional.
“Además la Administración parece olvidar que las dinámicas de inseguridad son diferentes en cada localidad y requieren políticas específicas y focalizadas para atender situaciones concretas. La investigación estableció que en algunas de las zonas analizadas la violencia y el delito se vinculan principalmente con el crimen organizado, en especial con el narcotráfico. En otras, el principal problema es la violencia social; y en otras se desarrollan situaciones donde se destaca la violencia juvenil”, señala el estudio.
El Plan Cuadrantes, que en Chile y algunos países europeos tuvo buenos resultados por su acción integral y preventiva, en Bogotá se encuentra en el plano policivo por la falta de impacto en lo social y de articulación institucional, dice el estudio, que además, encontró que el programa de cuadrantes es insuficiente pues las delimitaciones son muy extensas y no cuenta con los recursos técnicos, logísticos y de personal necesarios para afrontar las problemáticas que en materia de seguridad y convivencia se presentan en los diferentes sectores.
Para la comunidad los cuadrantes no han logrado su objetivo de acercarlos a la Policía y aumentar su confianza. Manifiestan por el contrario que en algunas localidades los uniformados no contestan y se demoran mucho en atender los requerimientos desmejorando significativamente el servicio. También en algunas zonas de la ciudad, le atribuyen a la Policía complicidad en algunos delitos como el expendio de sustancias psicoactivas y la propiedad de algunos clubes sociales dificultando la acción de las autoridades locales.
Para la realización del estudio, la Personería concentró la labor de veeduría con la comunidad en las siguientes cuatro zonas que presentan, según el Distrito, índices de concentración delictiva: Territorio Social La Sabana (Localidad de Mártires); Territorio Social Guerreros de Paz (Ciudad Bolívar); Territorio Social 4 Corabastos (Kennedy); Territorio Social Patrimonial (Teusaquillo).
Al respecto, con el propósito de mejorar la seguridad en la ciudad, la principal recomendación de la Personería para la nueva Administración es realizar una intervención territorial integral permanente con la convergencia de todas las instituciones, que vincule la seguridad con los programas sociales necesarios, de acuerdo a la caracterización de cada territorio.
La confusión de roles y funciones, además de la desarticulación de esfuerzos entre las entidades oficiales, tuvieron al Distrito sin una política unificada de seguridad durante los últimos cuatro años que permitiera la implementación del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes en Bogotá, según lo reveló un estudio de la Personería de Bogotá.
Dice el informe que en el Plan de Desarrollo, la Administración Distrital planteó varias estrategias en materia de seguridad basadas en la prevención como las Zonas de Atención Integral en Seguridad y Convivencia, los Planes Integrales de Seguridad, las Juntas Zonales de Seguridad y Convivencia Ciudadana y la Gestión Social Integral, que aunque mantuvieron bajos los índices de violencia en el Distrito con relación a la tasa nacional, no tuvieron los impactos deseados en términos de percepción de seguridad y de la articulación que debería existir con las Alcaldías Locales y la Policía Nacional.
“Además la Administración parece olvidar que las dinámicas de inseguridad son diferentes en cada localidad y requieren políticas específicas y focalizadas para atender situaciones concretas. La investigación estableció que en algunas de las zonas analizadas la violencia y el delito se vinculan principalmente con el crimen organizado, en especial con el narcotráfico. En otras, el principal problema es la violencia social; y en otras se desarrollan situaciones donde se destaca la violencia juvenil”, señala el estudio.
El Plan Cuadrantes, que en Chile y algunos países europeos tuvo buenos resultados por su acción integral y preventiva, en Bogotá se encuentra en el plano policivo por la falta de impacto en lo social y de articulación institucional, dice el estudio, que además, encontró que el programa de cuadrantes es insuficiente pues las delimitaciones son muy extensas y no cuenta con los recursos técnicos, logísticos y de personal necesarios para afrontar las problemáticas que en materia de seguridad y convivencia se presentan en los diferentes sectores.
Para la comunidad los cuadrantes no han logrado su objetivo de acercarlos a la Policía y aumentar su confianza. Manifiestan por el contrario que en algunas localidades los uniformados no contestan y se demoran mucho en atender los requerimientos desmejorando significativamente el servicio. También en algunas zonas de la ciudad, le atribuyen a la Policía complicidad en algunos delitos como el expendio de sustancias psicoactivas y la propiedad de algunos clubes sociales dificultando la acción de las autoridades locales.
Para la realización del estudio, la Personería concentró la labor de veeduría con la comunidad en las siguientes cuatro zonas que presentan, según el Distrito, índices de concentración delictiva: Territorio Social La Sabana (Localidad de Mártires); Territorio Social Guerreros de Paz (Ciudad Bolívar); Territorio Social 4 Corabastos (Kennedy); Territorio Social Patrimonial (Teusaquillo).
Al respecto, con el propósito de mejorar la seguridad en la ciudad, la principal recomendación de la Personería para la nueva Administración es realizar una intervención territorial integral permanente con la convergencia de todas las instituciones, que vincule la seguridad con los programas sociales necesarios, de acuerdo a la caracterización de cada territorio.