
La Secretaría de Ambiente hace monitoreos constantes al ruido en Bogotá.
Foto: Secretaría de Amb
El ruido que produce una ciudad como Bogotá tiene consecuencias sociales y de salubridad insospechadas. Historias de personas que optaron por abandonar sus casas o piensan en hacerlo, para huir del desespero que genera el estar expuesto a un estruendo continuo, son cuentos de nunca acabar. Bogotá, la capital del país, y cuya actividad diaria ha dimanado en una inherente condición de bullicio, se ha consolidado como una de las urbes más ruidosas del continente y del país.
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Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com