Caminar más para llegar al jardín infantil en nueve localidades de Bogotá

Cerca de 3.000 niños de nueve localidades de Bogotá iniciaron su año escolar en jardines diferentes a aquellos donde estuvieron el año pasado. Sus padres, por tanto, deben caminar más para llevarlos a un lugar seguro donde los cuiden. La razón es que 20 centros educativos no abrieron sus puertas este año por inconvenientes como malas condiciones de infraestructura, falta de servicios públicos y de mobiliario, de acuerdo con la Alcaldía.

Un caso característico es el de Portadores de Sueños, en el barrio Lucere, en Ciudad Bolívar. La pasada administración lo inauguró en octubre de 2013 como el “jardín Acunar más grande de la ciudad”, con cupo para 405 niños de una población vulnerable. El Distrito, ahora, lo mantiene bajo “concepto de no apto” y con una observación sentenciosa: “cierre definitivo”, bajo la cual hay otros tres jardines en esa localidad y en Tunjuelito. El resto los abrirán de aquí a junio (ver gráfico).

Esta situación es llamativa después de una administración que hizo de la apertura de jardines una noticia frecuente, incluso por periodos en los que inauguró uno diario. Hasta los últimos días de diciembre lo hizo, con un agravante: entregó jardines sin servicios públicos.

A estas dificultades se suman las inquietudes por la contratación. Luis Velásquez, vinculado por décadas a las organizaciones de casas vecinales (que agrupaban a madres comunitarias y cuyo modelo cambió la administración de Gustavo Petro por el de jardines) afirma que “la pasada administración dejó contratos hasta el 31 de enero y la actual los está renovando por ocho meses, supuestamente porque no alcanza la plata, a pesar de que los recursos estaban”. También le han llegado reportes de maestras a quienes no les han renovado contrato.

La Secretaría de Integración Social (SDIS) responde que los contratos se han firmado por ese tiempo debido a la reducción de presupuesto que estableció la administración Petro (de $1 billón a $886.000 millones) y que no ha habido recortes, pues han remplazado las maestras salientes.

Esa Secretaría le envió a este diario un oficio en el que precisa que 92 educadoras no siguieron por incumplir sus contratos o porque sus perfiles no se adecuaban a los cargos. Trabajaban en jardines de Antonio Nariño, Bosa, Chapinero, Ciudad Bolívar, Engativá, Kennedy, San Cristóbal, Suba, Tunjuelito, Usaquén y Santa Fe. Anota, por otra parte, que si a 31 de diciembre de 2015 había 3.789 trabajadores para atender a los niños, este año planea llegar a 3.983 (194 más). La secretaria de Integración Social, María Consuelo Araújo, anunció que ante las dificultades con los jardines que cerraron y la contratación que quedó hasta el 31 de enero debió aplicar un plan de contingencia para garantizar el servicio.

Jorge Rojas, que trabajó como secretario de Integración de Petro hasta el 31 de diciembre, dice que desde el final de su gestión advirtió los problemas de algunos jardines, y anota: “Yo mismo entregué ese informe”. Ante la inquietud por la inauguración de jardines sin servicios públicos en los últimos días de gobierno, insiste en que lo hicieron sin niños y teniendo claro que las empresas de servicios ya habían programado la instalación.

Sobre la contratación, responde que no hay novedades, pues los contratos suelen asegurarse hasta el 31 de enero y hasta el 31 de marzo, dependiendo del caso, y eso fue lo que hizo. “Es algo que sabía la nueva secretaria”. Siempre, agrega, hay que hacer planes de contingencia después de esas fechas para garantizar la vinculación de maestras. La reducción de presupuesto se debió a dos factores, según él: la difícil situación económica nacional y que ya no se requiere construir más jardines. “Cumplimos con ampliar la cobertura de 60.000 niños en 2011 a 180.000 en 2015, si se suman los que van a jardines con los atendidos directamente en sus hogares con el programa Ámbito Familiar. Lo que importa es el impacto de esta política”.

Esta discusión se suma a la del programa Territorios Saludables, la estrategia de promoción de salud en los barrios, cuyos contratistas se quejan porque les renovaron su vinculación por menos de un mes mientras que el nuevo gobierno responde que su antecesor dejó recursos insuficientes. El caso de los jardines, no obstante, es especialmente sensible, si se tiene en cuenta que cualquier falla en el sistema afecta la atención de niños entre cero y cinco años.

Otra discusión es sobre la forma como funciona el sistema. Velásquez, el vocero de las madres comunitarias, duda de la eficacia del modelo de jardines que implementó Petro y que, por ahora, continúa la administración de Enrique Peñalosa. Él y sus compañeras, algunas de las cuales están sin empleo desde hace un año, esperan los planes de la nueva Alcaldía, que tomarán forma con el Plan de Desarrollo que se discutirá este semestre.

Cerca de 3.000 niños de nueve localidades de Bogotá iniciaron su año escolar en jardines diferentes a aquellos donde estuvieron el año pasado. Sus padres, por tanto, deben caminar más para llevarlos a un lugar seguro donde los cuiden. La razón es que 20 centros educativos no abrieron sus puertas este año por inconvenientes como malas condiciones de infraestructura, falta de servicios públicos y de mobiliario, de acuerdo con la Alcaldía.

Un caso característico es el de Portadores de Sueños, en el barrio Lucere, en Ciudad Bolívar. La pasada administración lo inauguró en octubre de 2013 como el “jardín Acunar más grande de la ciudad”, con cupo para 405 niños de una población vulnerable. El Distrito, ahora, lo mantiene bajo “concepto de no apto” y con una observación sentenciosa: “cierre definitivo”, bajo la cual hay otros tres jardines en esa localidad y en Tunjuelito. El resto los abrirán de aquí a junio (ver gráfico).

Esta situación es llamativa después de una administración que hizo de la apertura de jardines una noticia frecuente, incluso por periodos en los que inauguró uno diario. Hasta los últimos días de diciembre lo hizo, con un agravante: entregó jardines sin servicios públicos.

A estas dificultades se suman las inquietudes por la contratación. Luis Velásquez, vinculado por décadas a las organizaciones de casas vecinales (que agrupaban a madres comunitarias y cuyo modelo cambió la administración de Gustavo Petro por el de jardines) afirma que “la pasada administración dejó contratos hasta el 31 de enero y la actual los está renovando por ocho meses, supuestamente porque no alcanza la plata, a pesar de que los recursos estaban”. También le han llegado reportes de maestras a quienes no les han renovado contrato.

La Secretaría de Integración Social (SDIS) responde que los contratos se han firmado por ese tiempo debido a la reducción de presupuesto que estableció la administración Petro (de $1 billón a $886.000 millones) y que no ha habido recortes, pues han remplazado las maestras salientes.

Esa Secretaría le envió a este diario un oficio en el que precisa que 92 educadoras no siguieron por incumplir sus contratos o porque sus perfiles no se adecuaban a los cargos. Trabajaban en jardines de Antonio Nariño, Bosa, Chapinero, Ciudad Bolívar, Engativá, Kennedy, San Cristóbal, Suba, Tunjuelito, Usaquén y Santa Fe. Anota, por otra parte, que si a 31 de diciembre de 2015 había 3.789 trabajadores para atender a los niños, este año planea llegar a 3.983 (194 más). La secretaria de Integración Social, María Consuelo Araújo, anunció que ante las dificultades con los jardines que cerraron y la contratación que quedó hasta el 31 de enero debió aplicar un plan de contingencia para garantizar el servicio.

Jorge Rojas, que trabajó como secretario de Integración de Petro hasta el 31 de diciembre, dice que desde el final de su gestión advirtió los problemas de algunos jardines, y anota: “Yo mismo entregué ese informe”. Ante la inquietud por la inauguración de jardines sin servicios públicos en los últimos días de gobierno, insiste en que lo hicieron sin niños y teniendo claro que las empresas de servicios ya habían programado la instalación.

Sobre la contratación, responde que no hay novedades, pues los contratos suelen asegurarse hasta el 31 de enero y hasta el 31 de marzo, dependiendo del caso, y eso fue lo que hizo. “Es algo que sabía la nueva secretaria”. Siempre, agrega, hay que hacer planes de contingencia después de esas fechas para garantizar la vinculación de maestras. La reducción de presupuesto se debió a dos factores, según él: la difícil situación económica nacional y que ya no se requiere construir más jardines. “Cumplimos con ampliar la cobertura de 60.000 niños en 2011 a 180.000 en 2015, si se suman los que van a jardines con los atendidos directamente en sus hogares con el programa Ámbito Familiar. Lo que importa es el impacto de esta política”.

Esta discusión se suma a la del programa Territorios Saludables, la estrategia de promoción de salud en los barrios, cuyos contratistas se quejan porque les renovaron su vinculación por menos de un mes mientras que el nuevo gobierno responde que su antecesor dejó recursos insuficientes. El caso de los jardines, no obstante, es especialmente sensible, si se tiene en cuenta que cualquier falla en el sistema afecta la atención de niños entre cero y cinco años.

Otra discusión es sobre la forma como funciona el sistema. Velásquez, el vocero de las madres comunitarias, duda de la eficacia del modelo de jardines que implementó Petro y que, por ahora, continúa la administración de Enrique Peñalosa. Él y sus compañeras, algunas de las cuales están sin empleo desde hace un año, esperan los planes de la nueva Alcaldía, que tomarán forma con el Plan de Desarrollo que se discutirá este semestre.