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La fundación Pocalana lanzó la campaña "#Ustednosabequiensoyyo" que busca dar un giro a la célebre frase para dar a conocer las historias de recicladores y habitantes de calle de Bogotá, que según afirmó su director, valen la pena ser contadas.
"Esa frase en Colombia ha sido utilizada por personas que quieren aprovecharse de su poder para generar beneficios, entonces quisimos darle un giro de lo negativo a lo positivo, y pensamos que estas historias pueden ser contadas y podemos aprender de ellas", aseguró el director de la fundación, Daniel Herrera, en una entrevista telefónica con Efe.
Con esta campaña, Pocalana visibiliza dos grupos vulnerables de la ciudad con el objetivo final de ofrecer ayuda a los más desfavorecidos.
Para acceder a ese apoyo, los habitantes de calle deben pasar un proceso de aproximadamente dos meses en el que "las personas demuestran que quieren salir adelante con pruebas sencillas de dar y recibir", agregó Herrera.
El proyecto cuenta con un sitio web en el que cuenta historias de personas anónimas como María Paula, una niña de 15 años que desde su infancia ha trabajado recogiendo basuras para el reciclado.
Debido a las condiciones en las que ha vivido, no pudo acceder a la educación hasta el pasado domingo, cuando gracias a la ayuda de Pocalana pudo acudir a la escuela.
A su lado, el programa relata la historia de habitantes de calle como Carlos Londoño, de 43 años, quien después de una decepción amorosa se inició en el consumo de drogas, una adicción que ahora intenta superar.
De este modo, le dan la vuelta a la historia de Nicolás Gaviria, el joven que hace unas semanas se enfrentó con agentes de la Policía al grito de "usted no sabe quién soy yo" y rompe con una actitud que también mantienen otros miembros de la alta sociedad colombiana.
Así, las personas con un apellido anónimo y menos recursos saltan a la primera plana con historias duras de superviviencia.
Pocalana, mediante este proyecto y su trabajo diario, "quiere dignificar la vida de esas personas con charlas y actividades para demostrarles que todos somos iguales y que somos amigos", añadió el director de la fundación.
En su labor cotidiana, los integrantes de la fundación se encuentran cada jueves y sábado en la noche con recicladores y habitantes de calle en sectores como Plaza España, donde se reúnen las personas con escasos recursos.
Asimismo, la fundación dicta talleres de arte, Break Dance y fútbol a 156 niños y niñas del popular barrio El Mochuelo, ubicado en el sur de la ciudad, con el fin de "captar esta población y enseñarles valores y principios" de convivencia y paz.
Con estos cursos, Pocalana intenta alejar a los menores del círculo vicioso que componen la pobreza, la marginalidad y la violencia que son omnipresentes en esa región de Bogotá.
Herrera manifestó que ellos mismos son quienes hacen la inversión para realizar las actividades y que este tipo de actividades es "la única forma de construir paz".
Por EFE
