La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) declaró en las últimas horas la alerta amarilla en la cuenca baja del río Bogotá, desde el municipio de Soacha hasta Girardot, debido al aumento significativo de caudales derivado de las recientes lluvias registradas en las cuencas alta y media de esta corriente hídrica.
Dentro de las medidas preventivas, la CAR ordenó el cierre total de las compuertas del embalse de El Sisga y la reducción a 1 metro cúbico por segundo de los caudales liberados en Tominé.
“Según los reportes de la Empresa de Energía ENEL, que administra las compuertas de Alicachín ubicadas en Soacha, se vienen registrando caudales de 116,5 metros cúbicos por segundo aguas abajo de la Central La Guaca, donde se ha declarado la alerta amarilla”, detalló la Corporación.
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Ante este escenario, la CAR hizo un llamado urgente a los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo (CMGRD), de los municipios de San Antonio del Tequendama, El Colegio, Apulo, Anapoima, Tocaima y Girardot, para que se mantengan atentos a las condiciones del río y sus habitantes, acojan las recomendaciones de las autoridades y de los organismos de emergencia a fin de evitar incidentes que comprometan la seguridad y la integridad de la población.
Desde el Centro de Monitoreo Hidrológico y del Clima de la CAR seguirán realizando un seguimiento ininterrumpido al comportamiento de las afluencias registradas tanto en los sistemas de regulación como en el propio río.
Desde mediados de marzo, el Ideam declaró oficialmente el inicio de la primera temporada de lluvias del año en el país, la cual, esperan, se extienda hasta junio. La región Andina y la zona al oriente de la región Caribe son las que experimentarán las mayores precipitaciones de la temporada. Ante el aumento sostenido en la humedad del suelo, sumado con la predicción de lluvias, aumentan los riesgos.
Según Natalia Gómez, directora de la Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca (UAEGRD), los municipios en alerta están en permanente monitoreo, especialmente La Mesa, Anapoima, Apulo, Tocaima, Agua de Dios, Girardot, Ricaurte, Cabrera, Pandi, Arbeláez, Silvania y Nilo, por su cercanía al afluente.
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“Los ojos están puestos allí, porque ahí hemos tenido el mayor número de emergencias y están las alertas rojas emitidas por el Ideam”, explicó Gómez a El Espectador.
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