Pocas pistas y muchas preguntas rodean la muerte del médico Carlos Fabián Herrera Merchán, de 28 años, a quien encontraron sin vida en la tarde del pasado viernes en zona rural del barrio Compostela, localidad de Usme. Aunque para las autoridades se trata de una muerte violenta, por ahora no saben las circunstancias ni las causas de su deceso. (LEA: Familiares le dan último adiós al médico Carlos Fabián Herrera)
El cuerpo no presenta lesiones por arma de fuego o cortopunzante. Según Carlos Valdés, director de Medicina Legal, “el cuerpo del joven presenta un trauma de cráneo que no explica las causas de su muerte”. Por esta razón, los forenses esperan los resultados de varias pruebas toxicológicas y biológicas, para determinar qué provocó su deceso. Lo único que ha logrado establecer es que había muerto 48 horas antes del hallazgo de su cuerpo. (LEA: Sin vida encontraron al médico que desapareció el pasado martes en Bogotá)
Herrera Merchán desapareció en la madrugada del martes 30 de mayo, luego de salir de una fiesta en la que celebró con varios compañeros de trabajo. Casi a las 3:00 a.m. salió de un bar, en la calle 85 con carrera 15. Quienes lo vieron salir notaron que estaba un poco desorientado. Desde entonces le perdieron la pista, hasta que se conoció la fatal noticia. (VEA: Con plantón familiares y amigos rechazan muerte de Fabián Herrera)
Hasta donde se sabe, Herrera Merchán no tenía enemigos, ni amenazas. Incluso, sus familiares y amigos lo describen como un joven luchador y con un gran don de servicio, que lo hacían destacar en cualquier grupo. Aunque la principal hipótesis podría apuntar al denominado “paseo millonario”, ninguna autoridad ha confirmado aún esta versión, pues no hay evidencias suficientes. Los investigadores trabajan en la revisión de los videos de la zona para aclarar el crimen.
“Facha” fue un luchador*
Carlos Fabián Herrera Merchán nació el 18 de marzo de 1989, en Bogotá. La misma que vivió su partida el pasado 3 de junio, cuando lo encontraron sin vida. Facha, como lo llamaban sus amigos, era hijo único, médico del hospital Meredi, voluntario de la organización Techo, músico, tenista y un creyente devoto de las personas, de que Colombia podía ser un lugar de oportunidades para todos.
Era un apasionado por la vida. Desde niño fue tenista, pero tuvo que retirarse por problemas físicos. Fue cuando decidió ser médico, convencido de que con sus manos podía hacer grandes cosas por el mundo. Empezó su carrera en el 2007 en la Universidad del Rosario, donde seis años después recibió su título. Estaba en camino a convertirse en neurocirujano, porque, según él, al ser una de las ramas de la medicina más difíciles e importantes, quería asumir ese reto.
En el año 2008 se convirtió en voluntario de la ONG Techo, donde materializó su don de servicio, por el que lo recuerdan sus familiares y amigos. Facha les entregó hasta el último de sus días a los demás. En su voluntariado trabajó en temas de educación, salud y vivienda con comunidades vulnerables. En el año 2010, tras el terremoto de Haití, fue voluntario en la reconstrucción de ese país.
Sus familiares y amigos coinciden en que con su alegría, optimismo y autenticidad marcó la vida de muchas personas. Un líder desde el ejemplo, que sacrificó varios meses de universidad por servirles a los desfavorecidos. Su conexión con sus compañeros voluntarios y las comunidades en las que trabajaba sorprendía a todos.
La mayor muestra de su gran corazón es que para su búsqueda se movilizaron más de 500 personas, entre amigos, familiares y habitantes de comunidades que durante los angustiosos cinco días de su desaparición no durmieron, no comieron, movidas por la esperanza de volverse a encontrar con él.
Incansable, disciplinado, amante de la vida y de su familia: su mamá, tía y abuelos. Con su labor social benefició a cientos de familias en situación de pobreza; representó a Colombia en un encuentro de voluntarios en el año 2010 en Chile, y en otro de líderes comunitarios, en 2011 en Perú. Sus amigos recuerdan que Fabián hacía hasta lo imposible para poder coordinar su exigente carrera y turnos, para poder continuar llevando a cabo sus actividades de voluntariado. Hizo su año rural en el hospital público de Gachetá.
Fue un luchador hasta el final de sus días y sus allegados lo llevan en la memoria por su sentido del humor, a pesar de cualquier dificultad. Otra de sus grandes pasiones era la música; cantaba y tocaba la guitarra cada vez que se reunía con su familiares y amigos. Le cantó siempre a la vida.
La visión que tenía de su profesión y las necesidades de la gente quedaron plasmadas hace apenas unos meses, durante su intervención en un evento de Techo. “Después de graduarme experimenté un gran choque entre la percepción que tenía de la medicina y la realidad de un sistema de salud que opera desde la rentabilidad. Eso provoca que muchos doctores tomen actitudes que anulan casi por completo el sentido humano de su labor. ¿Qué haría para cambiarlo? Reorientar la formación que recibimos, promoviendo una mirada que nunca deje de tomar en cuenta el trato digno y la consideración de lo que piensan y sienten los pacientes. Si humanizamos nuestro oficio, quienes nos desempeñamos en esta área seremos agentes de cambio que aportarán a construir un país más justo y pacífico”.
Fabián buscó todas las formas posibles para transformar a las personas, pero su sueño se apagó a los 28 años. Facha es el rostro de los casi 12.000 desaparecidos que se han registrado en los últimos tres años en Bogotá. Su muerte y la movilización de tantas personas, medios de comunicación e instituciones deben ser aliciente para que los familiares de esas personas obtengan una respuesta y para que nunca más haya un bogotano, ni un colombiano, lejos de sus seres queridos.
* Escrito por familiares y amigos.
Por Redacción Bogotá
