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Ya lo habían advertido a finales de 2013. Líderes de carreteros de la ciudad advirtieron que aún había propietarios de ‘zorras’ sin incluir en el programa de sustitución de vehículos de tracción animal, que permitió prohibir a partir de este año su circulación en las calles bogotanas después de 11 años de retraso de la tarea. El 10 de diciembre un grupo de carreteros llegó a la Plaza de Bolívar para exigirle al alcalde Gustavo Petro que los escuchara, pero su manifestación se cruzó con las protestas de los indignados tras la destitución del mandatario ordenada por la Procuraduría.
Así, decidieron salir nuevamente este miércoles unos 900 carreteros que dicen estar por fuera del censo de la Secretaría de Movilidad y manifestarse en la Plaza de Bolívar.
En el encuentro estuvo el vocero del Movimiento MIRA, Carlos Eduardo Guevara, quien dijo que el proceso de sustitución debe ser revisado caso por caso, ya que hay carreteros que han entregado sus caballos y no han recibido nada a cambio, cerca de 300 están en el censo pero no figuran como beneficiarios y hay personas que no son carreteros y que fueron beneficiarios del programa y ahora tienen los vehículos nuevos.
Este diario pudo constatar que la Secretaría General de la Alcaldía va a estudiar casos de algunos carreteros que argumentan haber quedado fuera del programa de sustitución de sus “zorras”, pues algunos de ellos tienen documentos y pueden probar que sí realizaban labores con vehículos de tracción animal. Sin embargo, se sabe que no se trata de más de 100 personas que serán analizados con minuciosidad.
Fuentes de la Secretaría de Movilidad han advertido sobre los casos de personas que intentan sacar provecho del programa de sustitución organizado por el Distrito para entregar un vehículo, un plan de negocio o un apoyo para conseguir vivienda en un valor de unos $22 millones.
Respecto a algunos carreteros que aún no han recibido el beneficio a cambio de la entrega de su caballo, la Secretaría de Movilidad ha explicado que aquellos carreteros que no entregaran sus animales en óptimas condiciones o incumpliendo requisitos del programa, quedarían en los últimos lugares para recibir el apoyo que otorga el Distrito.
También han sido conocidos los casos de robos de caballos a las afueras de la ciudad como el que contó El Espectador en diciembre, cuando un habitante del municipio de La Calera descubrió que su animal estaba en la Universidad Nacional, donde los animales han sido entregados por los carreteros para su jubilación.