Carreteros: un oficio a punto de desaparecer
Expertos aseguran que la actividad, que se realiza en la ciudad hace más de seis décadas, genera congestión en las vías.
El Espectador
La idea es que con el tiempo desaparezca el oficio, que se realiza por las calles bogotanas desde hace más de 60 años. Los llamados carreteros de la ciudad comenzaron a ser censados la semana pasada por la Secretaría de Movilidad, con el apoyo de la Universidad Distrital. Una vez se tenga la cifra oficial de cuántas familias viven de esta actividad, las autoridades anuncian la implementación de una política pública para ofrecerles alternativas de trabajo.
La razón es que, a pesar de la importancia del reciclaje —labor a la que se dedican los carreteros o zorreros—, los vehículos de madera tirados por caballos suelen provocar trancones en las ya muy congestionadas vías de la capital. “Además del problema de movilidad, queremos acabar con el maltrato animal”, explica el ingeniero Fernando Sánchez, encargado del censo por parte de la Universidad Distrital.
Es la primera vez que se intenta regular este oficio. Para ello, Movilidad cuenta con 20 encuestadores, muchos de los cuales son los hijos de las familias de carreteros, quienes fueron capacitados para colocar unos microchips a los caballos por medio de jeringas.
“El chip, que se pone en el cuello, permite una lectura electrónica posterior con datos del animal y su dueño”, dice el concejal Javier Palacio, autor del proyecto de acuerdo que ordenó la encuesta.
Se estima que unas cinco mil personas laboran como carreteros en al ciudad y 20 mil —las familias— viven de la actividad. La regulación contemplada luego del censo, que finalizará en febrero, pasa por ahora por tres ejes: un trabajo nuevo, unas capacitaciones para crear microempresas y la posibilidad de adquirir un vehículo, pero motorizado.
“En el último punto, sin embargo, estamos considerando el asunto de la contaminación”, aclara Sánchez, quien cuenta que luego de la recolección de la información, la Universidad tardará un mes más procesando y actualizando los datos.
Sánchez llamó a los carreteros para que accedan a contestar la encuesta y advirtió que “no tiene ningún costo, pues hay gente inescrupulosa asegurando lo contrario”.
La idea es que con el tiempo desaparezca el oficio, que se realiza por las calles bogotanas desde hace más de 60 años. Los llamados carreteros de la ciudad comenzaron a ser censados la semana pasada por la Secretaría de Movilidad, con el apoyo de la Universidad Distrital. Una vez se tenga la cifra oficial de cuántas familias viven de esta actividad, las autoridades anuncian la implementación de una política pública para ofrecerles alternativas de trabajo.
La razón es que, a pesar de la importancia del reciclaje —labor a la que se dedican los carreteros o zorreros—, los vehículos de madera tirados por caballos suelen provocar trancones en las ya muy congestionadas vías de la capital. “Además del problema de movilidad, queremos acabar con el maltrato animal”, explica el ingeniero Fernando Sánchez, encargado del censo por parte de la Universidad Distrital.
Es la primera vez que se intenta regular este oficio. Para ello, Movilidad cuenta con 20 encuestadores, muchos de los cuales son los hijos de las familias de carreteros, quienes fueron capacitados para colocar unos microchips a los caballos por medio de jeringas.
“El chip, que se pone en el cuello, permite una lectura electrónica posterior con datos del animal y su dueño”, dice el concejal Javier Palacio, autor del proyecto de acuerdo que ordenó la encuesta.
Se estima que unas cinco mil personas laboran como carreteros en al ciudad y 20 mil —las familias— viven de la actividad. La regulación contemplada luego del censo, que finalizará en febrero, pasa por ahora por tres ejes: un trabajo nuevo, unas capacitaciones para crear microempresas y la posibilidad de adquirir un vehículo, pero motorizado.
“En el último punto, sin embargo, estamos considerando el asunto de la contaminación”, aclara Sánchez, quien cuenta que luego de la recolección de la información, la Universidad tardará un mes más procesando y actualizando los datos.
Sánchez llamó a los carreteros para que accedan a contestar la encuesta y advirtió que “no tiene ningún costo, pues hay gente inescrupulosa asegurando lo contrario”.