Optimizar la movilidad en Bogotá, colapsada por los casi 1.000 frentes de obras, es uno de los retos de la administración, en especial en el corredor oriental, donde las obras del metro se sienten en el tráfico lento. Por eso, para tratar de ganarle algunos minutos al trancón, el Distrito revivió una medida que promete, ahora sí, hacer respetar el carril preferencial de la carrera séptima. Sin embargo, la decisión ha generado controversia, pese a que está justificada no solo porque de los 14 millones de viajes que se realizan a diario en la ciudad, 4,6 millones pasan por este corredor, sino porque es una disposición que beneficiará, en especial, a quienes viajan en transporte público, que son la inmensa mayoría.
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Así lo indica el estudio “Ciudad viva, inteligente y conectada (Civica)”, de la U. de los Andes y la U. Nacional, en el que, promediando los viajes de quienes viven en la zona y los que llegan a trabajar, el 53,5 % lo hace en bus y el 20,7 % en carro o en moto. Y a pesar de que el 56,6 % de la séptima está dedicada a la movilidad de vehículos, la mayoría lo ocupan los carros particulares. De ahí la necesidad de reforzar el carril preferencial. Aunque no surge de la administración Galán, porque en la séptima existe desde 2014-con espacio dedicado para el transporte público desde la calle 31 hasta la 134-la novedad es la promesa de que ahora la vigilancia será más estricta.
¿Cómo funciona la medida?
La Secretaría de Movilidad anunció que para hacerlo se usarán cámaras de fotodetección, ubicadas en cinco puntos del corredor. Aunque desde el 19 de mayo se imponen comparendos pedagógicos, desde este lunes 26 de mayo comenzarán las multas de $601.400.
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Pero el anuncio del fortalecimiento de control a partir de la tecnología ha suscitado críticas, como la de Nelson Rojas, un vocero de los taxistas, quien cuestionó el impedirles transitar por el carril exclusivo. “Somos transporte público y, por obligación, debemos recoger y dejar al pasajero por el carril de la derecha. El que se parquee sobre la vía que lo sancionen, pero la ley nos permite movilizarnos por la derecha cuando vamos sin pasajero”, señaló.
No obstante, en este punto llega la primera aclaración: si bien la secretaria de Movilidad, Claudia Díaz, señala que este carril priorizará el transporte masivo, esto no quiere decir que los taxistas no puedan parar a recoger o a dejar pasajeros. Incluso, los particulares lo podrán hacer, desde que no se queden bloqueando la vía.
A la crítica de Rojas (ya aclarada) se suma la del concejal y motociclista Julián Forero. “Ahora se pretende reducir más el espacio para particulares en la séptima, sin ofrecer alternativas. ¿Cómo sabrán si un conductor invade el carril o va a girar para entrar a su garaje?”. Y otra de ciudadanos: ¿los carros particulares podrán transitar por el carril preferencial si no lo bloquean? Ante esto, la Secretaría aclaró que el comparendo, para quienes invadan estos espacios sin justificación, aplicará para aquellos que parqueen en el carril preferencial (incluyendo el cargue y descargue) o bloqueen una intersección.
Entonces, ¿en qué casos se puede usar el carril preferencial? La norma establece tres situaciones específicas: cuando se estaciona para recoger o dejar pasajeros, para girar a la derecha o ingresar a predios. Asimismo, las ambulancias, los bomberos, la Policía y el Ejército lo podrán usar durante una emergencia. Eso sí, no está permitido circular de manera continua o prolongada por el carril preferencial.
El carril preferencial
Mientras en un bus se movilizan, en promedio, 50 personas, en un carro particular lo hacen 1,2. Esta es la principal justificación detrás de los ocho carriles preferenciales que hay en las principales avenidas de la ciudad: Calle 72, Av. 15, Av 7, Av. NQS, Av 19, Av Américas, Av. Boyacá y Av. Primera de Mayo.
Pese a ello, en casos como el de la carrera séptima, donde el tramo del carril preferencial sentido occidente-oriente es dos carriles, nuevamente surge la preocupación entre conductores por la congestión que se genere. Aquí vale recordar que los bogotanos pierden 117 horas al año en un trancón.
“Las personas suelen medir el beneficio del número de carriles con la velocidad. Pero, así sea solo un carril, si garantizamos el flujo permanente, la velocidad también va a ser buena. Sí tienen razón en algo y es que cuando hay cambios en la capacidad se va a generar un cuello de botella importante y de ahí hacia atrás van a empezar a acumularse, como en la Autopista Norte. Por eso es importante que se tomen medidas como la presencia de agentes de tránsito controlando para que fluya lo más rápido posible”, instó José Ignacio Nieto, profesor del Centro de estudios en vías y transporte de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
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Nieto recomienda fortalecer la señalización en piso y vertical durante el tramo de carril preferencial, para que los conductores puedan interactuar de mejor manera y sepan cómo incorporarse al carril sin problema. “Hay personas que necesitan más distancia que otras. Estandardizarlo es delicado, pero establecer las zonas donde pueden incorporarse está muy bien. (...) Faltó tal vez una semana más de pedagogía. Hay conductores nuevos y otros que no conocían la medida”, concluyó.
Según la Secretaría de Movilidad, la ocupación indebida de los carriles preferenciales reduce hasta un 30 % la velocidad del transporte público, que beneficia a diario a más de 120.000 usuarios de Transmizonal, que realizan cerca de 245.000 viajes en las horas de máxima demanda en todos los corredores.
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Una mayor pedagogía, basada en datos, hubiera aliviado el humo de algunos inconformes, pues al final la emblemática carrera séptima se mueve a ritmo de los pasajeros en bus. Ajustarlo será indispensable para no repetir confusiones cuando la imposición de comparendos con fotodetección sea próximamente en la carrera 13.
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Por María Angélica García Puerto
