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Un año y medio después de que Nidia Romero tuviera que despedir para siempre a la menor de sus dos hijas —Anita, como la llamaba cariñosamente—, las preguntas sin resolver tras los hechos que conllevaron a su muerte siguen siendo un misterio para la justicia. El proceso penal ha tenido varios tropiezos, pues la audiencia preparatoria ha sido aplazada cuatro veces, previa al inicio del juicio contra Paul Naranjo y Julián Ortegón, a quienes la Fiscalía acusa de feminicidio agravado.
Sin embargo, con el paso del tiempo se han conocido elementos claves del caso que requerirán la agudeza investigativa de la Fiscalía, para que su tesis de asesinato por celos no se desmorone. El último de ellos es el resultado que indicó la valoración psicológica con fines forenses que se le practicó, por pedido del fiscal Carlos Javier Gutiérrez, a Mateo Reyes Gómez, testigo del ente acusador en el proceso. Su importancia radica en que fue la última persona conocida de Ana María Castro en verla con vida, la madrugada del 5 de marzo de 2020, luego de una noche de rumba en el norte de Bogotá.