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Los olores putrefactos, presencia abundante de zancudos, y suciedad en general próxima a quebradas hídricas del municipio de San Antonio del Tequendama llamaron la atención de la comunidad y de la autoridad ambiental, cuyo personal se acercó al punto para verificar una posible afectación ambiental.
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En efecto, la diligencia efectuada en las últimas horas por la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) corroboró la emergencia ecosistémica en la vereda La Rambla, del municipio ya mencionado.
Al llegar a este lugar, profesionales de la Dirección Regional Tequendama evidenciaron la presencia de residuos líquidos y sólidos que estaban siendo dispuestos de forma irregular sobre el suelo y las quebradas aledañas.
Luego, tras seguir el rastro del material contaminante, el personal de la CAR llegó a un predio en donde se llevaba a cabo actividades porcícolas. En el lugar, se criaban 700 cerdos cuyos residuos no estaban siendo dispuestos de la forma adecuada y con omisión de todos los parámetros ambientales para dicho fin.
La directora regional Tequendama, Nidia Cruz, aseguró que entre las principales consecuencias ambientales se identificaron una acumulación de residuos. “En el sitio hay presencia de vectores como moscas, así como olores desagradables, producto de los residuos originados en los corrales y que son conducidos a tanques de tratamiento, algunos de los cuales presentan colmatación, provocando vertimientos directos al suelo sin la debida disposición”, puntualizó la funcionaria.
Asimismo, durante la visita se observaron depósitos de agua superficiales, los cuales en algunos tramos se encuentran canalizados, pero que finalmente transitan de forma natural por el terreno muy cerca de los corrales y llegan a fuentes hídricas ubicadas en cotas más bajas del terreno, las cuales se pueden ver contaminadas por el contacto con los residuos del criadero.
En vista de todo lo anterior, la CAR suspendió las actividades porcícolas en el predio, con una medida de carácter preventivo y transitorio, con la cual se busca evitar daños mayores a los recursos naturales en la zona.
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Por Redacción Bogotá
