'Colombia no sabe manejar su agua'

El 2015 empezó en Colombia, como ya se había advertido, con alteraciones de orden climático no tan inesperadas. A finales de diciembre y comienzos de enero, como sucede en este momento, es usual que se presenten heladas en el altiplano cundiboyacense y Nariño. Esta vez, esa situación ha venido a coincidir con el inicio del fenómeno de El Niño, que en repetidas ocasiones durante el 2014 el Ideam anunció para este año.

Un desabastecimiento de alimentos como consecuencia de ese escenario, según ha dicho el Ministerio de Agricultura, no es la preocupación. Específicamente sobre las heladas lo que preocupa es que los cultivos de frutas, flores, papa y pasturas, entre otros, se quemen. En el caso de la ganadería, como ha explicado la cartera, “por la disminución en el consumo de forrajes y el estrés calórico e hídrico, se reduce la producción de leche, carne y en la natalidad”.

Fedegán ha explicado que el altiplano tiene afectación de por lo menos el 20%, lo que se traduce en menores ingresos. La zona produce cerca de 2 millones de litros de leche. Con las heladas, unos 400.000 litros, que en el mercado tienen un valor de $28.000 millones, se estarían dejando de producir.

Detrás de todo, para Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), hay un mal manejo del agua y una estructural falta de precauciones. “Las heladas se podrían controlar si tiene distritos de riego, suficientes equipos para regar y para mejorar pastos, por ejemplo en el caso de las verduras y hortalizas”. El problema no sólo es que el llamado de las CAR y del Gobierno, ad portas de un fenómeno de El Niño, es ahorrar agua, sino que, para Mejía, “Colombia no tiene embalses, no tiene reservorios, distritos de riego y drenaje. Colombia no sabe manejar su agua”. En definitiva, el Gobierno “no se anticipa con obras y bienes públicos”.

Sobre eso, el ministro Aurelio Iragorri ha anunciado el plan para construir pequeños distritos de riego y un presupuesto total de $300.000 millones para el manejo del agua en el país, adicionales a los más de $600.000 millones anuales que hay para terminar los distritos de Ranchería, Tesalia-Paicol y el Triángulo del Tolima.

Ahora, para la SAC son pocas las recomendaciones que individualmente los agricultores puedan seguir para mitigar el impacto de las heladas. “Todos los años cuando hay heladas, el gobierno dice “guarde agua”. Pero, ¿cómo si se secó el río?”. El llamado es, a tiempo, “guardar el agua y usarla”, tanto en el centro del país, donde se sufre por las bajas temperaturas, como en zonas como la costa caribe, donde, por el contrario, se teme una sequía por el fenómeno de El Niño.

El 2015 empezó en Colombia, como ya se había advertido, con alteraciones de orden climático no tan inesperadas. A finales de diciembre y comienzos de enero, como sucede en este momento, es usual que se presenten heladas en el altiplano cundiboyacense y Nariño. Esta vez, esa situación ha venido a coincidir con el inicio del fenómeno de El Niño, que en repetidas ocasiones durante el 2014 el Ideam anunció para este año.

Un desabastecimiento de alimentos como consecuencia de ese escenario, según ha dicho el Ministerio de Agricultura, no es la preocupación. Específicamente sobre las heladas lo que preocupa es que los cultivos de frutas, flores, papa y pasturas, entre otros, se quemen. En el caso de la ganadería, como ha explicado la cartera, “por la disminución en el consumo de forrajes y el estrés calórico e hídrico, se reduce la producción de leche, carne y en la natalidad”.

Fedegán ha explicado que el altiplano tiene afectación de por lo menos el 20%, lo que se traduce en menores ingresos. La zona produce cerca de 2 millones de litros de leche. Con las heladas, unos 400.000 litros, que en el mercado tienen un valor de $28.000 millones, se estarían dejando de producir.

Detrás de todo, para Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), hay un mal manejo del agua y una estructural falta de precauciones. “Las heladas se podrían controlar si tiene distritos de riego, suficientes equipos para regar y para mejorar pastos, por ejemplo en el caso de las verduras y hortalizas”. El problema no sólo es que el llamado de las CAR y del Gobierno, ad portas de un fenómeno de El Niño, es ahorrar agua, sino que, para Mejía, “Colombia no tiene embalses, no tiene reservorios, distritos de riego y drenaje. Colombia no sabe manejar su agua”. En definitiva, el Gobierno “no se anticipa con obras y bienes públicos”.

Sobre eso, el ministro Aurelio Iragorri ha anunciado el plan para construir pequeños distritos de riego y un presupuesto total de $300.000 millones para el manejo del agua en el país, adicionales a los más de $600.000 millones anuales que hay para terminar los distritos de Ranchería, Tesalia-Paicol y el Triángulo del Tolima.

Ahora, para la SAC son pocas las recomendaciones que individualmente los agricultores puedan seguir para mitigar el impacto de las heladas. “Todos los años cuando hay heladas, el gobierno dice “guarde agua”. Pero, ¿cómo si se secó el río?”. El llamado es, a tiempo, “guardar el agua y usarla”, tanto en el centro del país, donde se sufre por las bajas temperaturas, como en zonas como la costa caribe, donde, por el contrario, se teme una sequía por el fenómeno de El Niño.